Indignación ha generado la masacre que dejó cuatro personas como víctimas en el sur de la capital del país. Este medio conoció nuevos detalles del crimen. Pasadas las 9:00 de la mañana del 30 de marzo, tres hombres ingresaron a uno de los ranchos improvisados que se construyeron en el sector de Compostela. En la invasión, habitan alrededor de 300 familias. Una de ellas fue la atacada, al parecer, por ajuste de cuentas. Los hechos son materia de investigación.
Los homicidas dispararon contra un hombre que quedó herido, identificado como Cesar Polanía; las tres mujeres con las que vivía, al parecer su esposa y dos hijas, una de ellas menor de edad, salieron corriendo buscando refugio en el bosque. Sin embargo, fueron alcanzadas por sus verdugos. Ellas murieron al instante y Polanía horas después, en el hospital de Meissen.
Pero ellos no eran los únicos habitantes del rancho. Tenían una perrita de mascota que recientemente había dado a luz cinco cachorros. Los autores de la masacre también le dispararon a ella. La perrita murió y dejó a la deriva a sus crías, según lo confirmó el alcalde local de Usme, Dorian Coquies.
Coquies asegura que, una vez encontraron la cruel escena, entregaron a los miembros de la oficina de Protección Ambiental de Bogotá a los indefensos cachorros.
“Rechazamos las situaciones en donde los animales también son víctimas de la violencia. En el marco de los hechos ocurridos hoy en la localidad de Usme, recibimos mediante la línea 123 el reporte de una canina víctima de un disparo por arma de fuego que terminó con su vida”, dijo la entidad protectora de animales en sus redes sociales.
La perrita era la madre de una camada de cinco cachorros de aproximadamente 15 días de nacidos, que ahora se encuentran en custodia de la alcaldía local.
A la perrita ya le realizaron la necropsia correspondiente y la Fiscalía General de la Nación también está al tanto de la investigación del homicidio de la mascota, al igual que de sus amos.
Cabe recordar que una de las mujeres que falleció en el momento del ataque fue identificada como Yudy Montaño, de 41 años de edad. Cerca a ella, quedó el cuerpo de una joven menor de edad.
Los hechos se registraron en un asentamiento ubicado a unos 30 minutos en carro desde el sector de Santa Librada, por la vía que conduce a los cerros orientales.
Coquies aseguró que las víctimas vivían en un asentamiento ilegal, en el que han denunciado incluso pleitos por venta ilegal de tierras, por lo que no se descarta que este hubiese sido el móvil del crimen. Se calcula que unas 1.000 personas viven en el lugar. Sin embargo, investigadores judiciales también estarían mirando si detrás de las muertes hubo un ajuste de cuentas por microtráfico.