En medio de un operativo de rutina de la Fiscalía en una investigación por receptación (comercializar objetos robados) en contra de un hombre señalado de vender carros hurtados en Soledad, Atlántico, agentes del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía se encontraron con un hecho más grave y que dejó a una niña de dos años como víctima: el sujeto capturado tenía en su celular las pruebas de la explotación y abuso sexual de una niña de dos años.
Todo empezó cuando funcionarios de la Fiscalía llegaron hasta un establecimiento donde tenían a la venta un vehículo de alta gama y que fue objeto de hurto días atrás, en ese sitio fue donde encontraron al hombre que vendía el vehículo y que además guardaba en su celular un oscuro y criminal secreto. En ese momento los investigadores sabían para qué llegaron al sitio. “El procedimiento estaba dirigido a intervenir un sitio que funciona como compraventa de vehículos hurtados. Durante la diligencia, los uniformados incautaron un automóvil gama alta reportado como robado, autopartes y dos celulares”, dijeron.
Fue en el proceso de judicialización cuando los investigadores, al revisar el material incautado, descubrieron que en el celular, el hombre capturado, tenía las pruebas de explotación y abuso sexual a niña de apenas dos años de edad. “En los análisis técnicos a uno de los equipos encontrados, los investigadores encontraron videos y fotografías de conductas sexuales que, al parecer, habría cometido con una menor de dos años.
Los agentes de inmediato informaron al fiscal del caso, que sin dudarlo le sumó a la imputación por el delito de receptación, las conductas de pornografía con persona menor de 18 años, acto sexual con menor de 14. Cargos que fueron endilgados al hombre en audiencias concentradas ante un juez de control de garantías en el municipio de Soledad.
Adicionalmente la Fiscalía explicó que en registros adelantados por los investigadores se estableció cómo el hombre, ahora judicializado, era conocido de la víctima y su familia, por eso aprovechó dicha condición para cometer los abusos y vejámenes con la niña. “En las verificaciones se constató que los registros se hicieron en una vivienda del barrio El Porvenir de Soledad (Atlántico), en noviembre de 2020. El procesado, supuestamente, era conocido de la familia de la víctima y aprovechó esa cercanía para someter a la niña a situaciones indebidas y que atentan contra su integridad”.
Bajo estas condiciones, un fiscal de la unidad de estructura de apoyo de la seccional del Atlántico imputó los cargos al señalado abusador, que tras la contundencia del material probatorio que tenía en su propio celular, decidió aceptarlos. Solo negó responsabilidad en el delito de receptación y en la presunta vinculación con organización dedicada a la venta de vehículos hurtados.
Por obvias razones, la Fiscalía solicitó al juez de control de garantías que acogiera la solicitud de una medida aseguramiento en centro carcelario en contra del imputado, petición que fue aceptada con una orden inmediata de reclusión al considerar que representa un peligro para la víctima el proceso y existe un riesgo de fuga.