En un operativo vial en el municipio de Villagómez, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) confiscó tres vehículos que transportaban 280 bloques de madera de diferentes dimensiones, provenientes de especies nativas del nombre común Caco (árbol de cacao) presente en zonas de bosque seco tropical.
“Luego de realizar diligencias administrativas logramos identificar que no contaban con el salvoconducto único nacional que permite la movilidad de flora silvestre, por lo que se procedió a la captura de cinco personas en flagrancia, quienes fueron puestas a disposición de la fiscalía”, manifestó Alejandro Fiquitiva, director de la CAR Regional Rionegro.
Según explicó el funcionario, el salvoconducto único nacional es el documento otorgado por la autoridad ambiental que permite la movilidad de flora para el aprovechamiento forestal y es indispensable presentarlo en el momento de un operativo o retén con el que autoridades hacen control a la movilización de este tipo de material.
El operativo fue desarrollado por la Policía del municipio de Villagómez, que alertó a la entidad ambiental sobre la movilización del material.
La madera fue trasladada al centro de Atención y Valoración de flora silvestre de la CAR, ubicado en el municipio de Mosquera, donde es almacenada mientras se define el proceso sancionatorio.
De acuerdo con Carlos Bello, director de Evaluación, Seguimiento y Control Ambiental de la CAR, cuando se realiza este tipo de incautación, este material pasa a un proceso de disposición final que puede ser uso en uno de los parques ecoturísticos de la Corporación, donación o eventualmente le puede ser entregado al usuario si demuestra que tiene los permisos y los salvoconductos.
La CAR hizo un llamado a la comunidad a informar y denunciar cualquier falta a la normativa ambiental, lo que ayuda a contrarrestar la tala de especies nativas que tanto afecta a los ecosistemas naturales.
Arbolado en decadencia
Las fuertes lluvias en Bogotá no solo han puesto de manifiesto la falta de cultura ciudadana y de gerencia de la administración de Claudia López, en especial de la Uaesp, por la cantidad de toneladas de basura que colapsan las redes de alcantarillado. También encendieron una señal de alerta por los árboles que podrían estar en crisis o en decadencia.
La Secretaría de Ambiente reveló que al 15 de abril han sido 233 los árboles volcados completamente, es decir que a diario se cayeron 2,2 en este 2022. Usaquén, Suba, Engativá y Fontibón son las localidades más afectadas.
La temporada de lluvias es la principal causa del volcamiento de árboles, pues aumenta la humedad del suelo, cambia su estructura y afecta directamente la capacidad de carga. Esto se refleja en las estadísticas: en enero de este año se volcaron 38 árboles; en febrero, 66; en marzo, cuando comenzó la temporada de lluvias, 98, y hasta el 15 de abril iban 31.
Pero la lluvia no es la única razón. Bogotá, con su movilidad, contaminación, intervenciones viales y de infraestructura, desaseo y demás, también les está pasando factura a los árboles. En 2020, se volcaron 472 dentro del perímetro urbano. Para 2021, y con el regreso paulatino a la normalidad después de la pandemia, subió 68 por ciento a 793 casos.
Y como si fuera poco, los años y la vejez de los árboles también están afectando. “La arborización de la ciudad está compuesta por especies plantadas en las décadas de los años cincuenta y sesenta, y está conformada por eucaliptos, urapanes, acacias y pinos, que fueron traídos del exterior. Se eligieron por ser especies de rápido crecimiento y porque al no ser nativos se enfrentaban con menos plagas o enfermedades. Sin embargo, esa arborización no prevista y el crecimiento de la ciudad, que ha hecho que esos árboles que estaban en las zonas rurales ahora estén en zonas urbanas, ya empiecen a cumplir su ciclo, desprendiendo ramas, muriendo o desplomándose”, afirmó el subdirector técnico operativo del Jardín Botánico, Germán Darío Álvarez.
El funcionario también reconoció el impacto negativo de la sociedad bogotana sobre el arbolado. “El mal manejo de las raíces es otro factor que aumenta el riesgo de volcamiento.
Muchas veces se cortan las raíces para construir una vía o una casa, pensando que no tendrá efectos; pero, cuando la raíz se rompe y pierde su capacidad de retención, el árbol queda expuesto”, precisó.
El volcamiento de árboles preocupa aún más cuando Bogotá no cumple las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la ciudad hay 1,37 millones de árboles, lo que significa que hay un árbol por cada seis habitantes, y lo ideal, de acuerdo con la OMS, es tener un espécimen por cada tres habitantes.