En las celdas del búnker de la Fiscalía se encuentra este viernes un personaje que tiene mucho que decir de uno de los principales escándalos que sacudieron al país recientemente. Se trata de Eneko Laiz Moreno, capturado en las últimas horas por cuenta de un episodio de corrupción que tiene relación con una comisaria de familia. Sin embargo, el hombre también había aparecido como protagonista de un grupo que ejercía seguimientos ilegales a numerosos personajes públicos a cambio de dinero. Entre las víctimas de esa organización está el abogado Jaime Lombana y su familia, los funcionarios públicos que llevan el caso de Interbolsa, la fiscal Alexandra Ladino y la juez Luz Ángela Cely, a la que le corresponde fallar sobre ese entramado, así como algunos miembros del sindicato de Avianca. Su nombre fue mencionado en las declaraciones juramentadas de los ex oficiales de la policía Jorge Salinas y Juan Carlos Madero. El empresario español había sido hasta el momento un personaje misterioso dentro de esa trama, pero ahora en poder de las autoridades - aunque por otro proceso- hay expectativa sobre lo que pueda dilucidar también de ese episodio. El hombre fue representante del Atlético de Madrid en Colombia y se presentaba en Bogotá como el representante de la “Casa Vasca”. Su nombre fue mencionado en las declaraciones juramentadas de los ex oficiales de la policia Jorge Salinas y Juan Carlos Madero, ambos detenidos por supuestamente haber interceptado líneas telefónicas de poderosos miembros de la justicia, entre ellos el fiscal general, Néstor Humberto Martínez. La captura, sin embargo, parece estar relacionada con un proceso de alimentos que tenía pendiente con la justicia. Tanto Salinas como Madero comenzaron después de su captura un proceso de colaboración con la justicia. Puede leer: Las carpetas que enredan a Guatibonza con una organización de espionaje En el caso de la funcionaria de la Comisaria de Familia, la orden contra Laiz Moreno había sido solicitada por la fiscalía anticorrupción y avalada por un juez desde octubre del año pasado, y en este momento otra de las lineas de investigación que se abre tiene que ver con las razones que evitaron que la detención por ese proceso se produjera antes. Los seguimientos En septiembre del año pasado, se destapó una red de seguimientos ilegales que conmocionó a la clase política y judicial. Se trataba de una red de espionaje que ofrecía en su portafolio la interceptación de comunicaciones telefónicas, correos electrónicos y servicios de mensajería instantánea. La red delincuencial cobraba desde 3 millones de pesos por cada actividad ilícita y el valor variaba según el tipo de servicio y del tiempo que tomaba el trabajo contratado. Los clientes -según comenzaron a revelar los capturados- eran políticos, empresas, integrantes de la fuerza pública y funcionarios judiciales. El grupo trataba desde infidelidades hasta asuntos de seguridad nacional. Los clientes -según comenzaron a revelar los capturados- eran políticos, empresas, integrantes de la fuerza pública y funcionarios judiciales. La justicia capturó a Salinas y a Madero, y ambos comenzaron a revelar detalles de esa tramoya. Lo que más impactó fue la supuesta participación del senador Armando Benedetti, a quien se señaló de haber solicitado chuzar al fiscal general, al abogado Jaime Lombana y a su hijo menor de 16 años. Salinas aseguró en la audiencia de su caso que Madero les manifestó que el trabajo respondía a unos líos personales: "La averiguación era buscarle un talón de Aquiles a Lombana para darlo a conocer a la opinión pública. Madero me entrega el número de Lombana, la idea era buscarle cualquier cosa que tuviera que lo desprestigiara, si tiene algún nexo con el cartel de la toga, si es gay, eso era lo que me pedía Benedetti".
Información que entregó Juan Carlos Madero sobre cómo se registraban los seguimientos contratados contra distintas personas, entre ellas el abogado Jaime Lombana. “Tal vez un rambo, un kamikaze, un suicida, o un interno en una clínica de reposo...”, dijo en su momento Benedetti El senador del Partido de la U negó conocer a Madero. Aseguró que era una “vulgaridad” ese “nuevo cuento” que se levantó en su contra. Se preguntó en qué cabeza cabe que alguien se atreviera a chuzar las comunicaciones de la segunda persona más protegida del país como es Néstor Humberto Martínez. “Tal vez un rambo, un kamikaze, un suicida, o un interno en una clínica de reposo...”. Puede leer: “A este cuento sí le tengo miedo”: Benedetti El abogado Jaime Lombana le contó a SEMANA en ese momento detalles de lo que había vivido. Relató que se enteró de esos seguimientos por una llamada de la Fiscalía y que tuvo una cita en el bunker en el que le mostraron el contenido de unas carpetas con los registros que tenían de él y de su familia. "Me muestran las fotos de mi casa, los trayectos, las entradas al colegio, las entradas las porterías de los amigos de Juan. En ese paquete veo los informes de los movimientos por horas que corresponden exactamente a la vida de mi hijo... Ví eso y me di cuenta inmediatamente que todo era verdad". Lombana no era el único abogado que vivía esos seguimientos. El penalista Iván Cancino también estaba en la lista. "Me parece grave viniendo de exoficiales de la Policía y que estén sus empresas por allí activas", le dijo en septiembre a este portal. El caso de la fiscal de Interbolsa también sorprendió. En las carpetas que entregó Madero con la información de los seguimientos aparecía que se había pagado para descargar los mensajes de Whatsapp tanto de Alexandra Ladino, destacada funcionaria que ha sacado adelante ese proceso como de la juez 39, Luz Ángela Cely Serrato, a quien le corresponde fallarlo.
La captura de Laiz Moreno abrirá seguramente un capítulo nuevo sobre este escándalo. La imputación del delito de cohecho que hará la Fiscalía será muy relevante para determinar si existieron funcionarios públicos involucrados en este episodio.