La opinión pública no termina de digerir un escándalo del exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, cuando ya se conoce otro. El exmandatario, hoy precandidato presidencial como independiente y el tercero de mayor preferencia, según el más reciente sondeo de Invamer, es protagonista de constantes polémicas a escasos nueve meses de las elecciones de 2022.

Este fin de semana, al defenderse por lo que llamó “un lapsus” al haber confundido a Albert Einstein con Adolf Hitler y declararse admirador del líder de la Alemania Nazi, se conoció una comprometedora grabación que desnudó el nivel de intolerancia y el lenguaje de Hernández. Se trata de una acalorada discusión que sostuvo con un cliente de su constructora y que incluye una amenaza, según reveló SEMANA este domingo.

En el audio filtrado, cuya fecha aún es desconocida, se escucha a Hernández acusar a su interlocutor de afectar la imagen de su empresa, a lo que el cliente se defiende argumentando que se le está afectando en sus derechos como propietario.

“No, no me calmo porque usted no tiene razón, hijueputa. He hecho todo el esfuerzo, lo único que no me ha pedido es el culo, es lo único que no le he dado. Es un hijueputa usted”, le dijo Hernández.

Y sigue: “Coma mierda. Malparido. Hijueputa. Nos vamos a ver es como hombres, hijueputa, alístese que voy allá, no me crea tan remarica usted... güevón”.

“He hecho todo el esfuerzo. Mi conciencia está tranquila y usted es un hijueputa que no agradece nada, echándome todos los clientes encima. Cuánto vale la imagen de la marca. Usted no ha hecho un culo en la vida, sino joder a los que trabajan. Eso es lo que ha hecho. Un resentido e hijueputa... ¿o no?”, concluyó el exalcalde.

Pero lo más comprometedor es que en la grabación, Hernández le anunció molesto: “Sigue jodiéndome, hijueputa. Le pego su tiro, malparido”.

La grabación deja mal parado al precandidato presidencial e incluso podría ponerlo en aprietos con la Fiscalía. Sin embargo, para la propia justicia no son sorprendentes sus actuaciones. La Procuraduría sancionó al exalcalde con cinco meses de suspensión de su cargo en la recta final de su mandato en Bucaramanga porque se dejó llevar por sus impulsos y golpeó en el rostro al concejal John Claro, un golpe que quedó registrado en imágenes que le dieron la vuelta al país y que ayudaron a que su oposición le pasara cuenta de cobro.

Aunque Hernández pidió disculpas y dijo que “fue un montaje” por parte del concejal, no hay justificación para agredir a otra persona, siendo este un servidor público y mucho menos por parte de un funcionario del calibre de Hernández, quien ha venido posicionándose con su discurso independiente desde el que ataca a la política tradicional y la corrupción.

Rodolfo Hernández no mide el tamaño de sus contrincantes. Lanza fuego hacia todos lados sin importar las consecuencias y el costo político que pueda caer sobre él. En 2019, cuando era alcalde, hizo fuertes reclamos al grupo de bomberos de Bucaramanga por no retirar una valla tras una decisión judicial.

Aunque sus funcionarios no adelantaban la tarea porque no tenían curso en alturas, Hernández llamó al director de bomberos y le dijo: “Es que tenemos que retirar unas vallas por orden de un juez, pero me dice Alba Zucena que usted dijo que no las retiraba porque tenía una tanda de barrigones gordos allá de bomberos que no eran capaces de subirse ni a un taburete”. Sus funcionarios lo demandaron y exigieron una indemnización de 327 millones porque se consideraron víctimas de matoneo.

El país tampoco olvida sus afirmaciones en contra de las mujeres venezolanas en 2019, en medio de la crisis migratoria más fuerte. “Ellas no costean nada, todo lo cubrimos nosotros y los partos que han tenido son como 400 al año, son una fábrica para hacer chinitos pobres”, dijo. Días después, la siguió emprendiendo contra las venezolanas al expresar: “Por Dios, no hagan más chinitos, más desgracias para esa gente, más pobreza. No se puede alimentar más bocas o que me cuenten esa magia”.

Los veedores tampoco escaparon a sus palabras de grueso calibre. En octubre de 2018, Fernando Martínez cuestionó la tala de un árbol, y recibió una respuesta por parte de Hernández: “Yo soy la autoridad ambiental. Yo sé que usted es un lavaculo de la politiquería. Es un lavaperro de la politiquería y de los ladrones que robaron a Bucaramanga”.

Y ni qué decir de la retractación que le ordenó la justicia en contra de la exgobernadora del Valle Dilian Francisca Toro y su familia. Según Rodolfo Hernández, el esposo de la exmandataria tendría vínculos con el narcotráfico, afirmación que no logró comprobar ante un juez y, por tanto, se le ordenó rectificar.

Seguramente, los seguidores de Rodolfo Hernández argumentarán que su aspiración presidencial y la aceptación en las encuestas lo convierten en presa fácil de sus contradictores. Sin embargo, a juzgar por los videos, audios y declaraciones, el precandidato presidencial es controvertido, polémico y no mide sus impulsos.