El pasado 27 de mayo, de este año, un alud de tierra por poco sepulta completamente los sueños y la vida de varios niños en Casabianca, un apartado municipio situado en el noroccidente del departamento de Tolima.
Su escuela, la única por cierto que hay en el municipio para niños que llegan a la formación de primaria, quedó prácticamente destruida en su totalidad tras una gran avalancha que se registró en la zona.
Mientras los pequeños estaban dentro de sus salones de clases, cerca al medio día y casi listos para terminar la jornada escolar, la avalancha se desprendió de una de las montañas que rodean al colegio.
Un padre de familia de una niña que estudia en la institución, quien pidió total reserva de su identidad por temor a represalias en su contra, contó que la situación de aquella tarde, pudo ser una tragedia y todavía no ven la salida de aquel túnel.
“Me enteré de la emergencia porque mi esposa me llamo y me contó. Se vino un derrumbe y eso casi ocasiona una tragedia porque cuando hubo el derrumbe los niños estaban en clases, eso fue a las 12:05 de la tarde, el derrumbe se vino y tumbó unos muros de la escuela y en el salón donde estudia mi hija se cayó una pared”, relató el padre de familia.
Desde ese momento los menores fueron trasladados a la sede de niños de secundaria del colegio y alternarse los horarios para poder recibir las clases mientras se realizaban los trabajos de reconstrucción del plantel educativo, pero dichos trabajos dice el padre de familia, que no se han ejecutado.
“Desde ahí enviaron un geólogo, el geólogo vino hizo los estudios y él hizo una serie de derechos y peticiones para que eso se normalizara, pero hasta el momento no han hecho nada”, aseguró el hombre.
Los padres de familia de los estudiantes han alzado la voz de varias maneras para lograr ser escuchados, por lo menos por la administración municipal, pero no ha sido posible que los ojos de las autoridades se vuelquen a las necesidades de los estudiantes.
Trasladarlos a todos temporalmente a una biblioteca pensaron que iba a ser eso, precisamente una medida temporal, pero se ha convertido en el día a día de los pequeños que deben recibir sus clases en malas condiciones.
“Aquí en el municipio hay una sola escuela y hay un solo colegio y son al menos 100 niños que no están teniendo acceso a la educación”, puntualizo.
El llamado tanto de los padres como de los mismos niños, ha sido directamente a la alcaldesa del municipio, Yineth Cifuentes Giraldo, con quien según la fuente consultada, sostuvieron una reunión en la que aseguró que a mediados del mes de julio quedaría resulta la situación y hasta ahora no se ha reportado.
“La alcaldesa se la pasa de paseo en paseo, nunca está en el despacho de la alcaldía y no atiende las necesidades de la comunidad entonces aquí no hay con quien quejarse, se han hecho una serie de oficios y no hemos tenido respuesta”, aseguró el informante.
El deseo de los menores de estar nuevamente en sus salones de clases; según contó el hombre que habló con SEMANA, es del mismo tamaño de sus sueños y los sueños de sus padres, un ideal por una vida mejor, un futuro lleno de oportunidades y de educación, como el escritor, poeta, fabulista, traductor, intelectual y diplomático, Rafael Pombo, nombre de su institución, hoy sepultada bajo los escombros.