Luis Carlos Vélez: ¿Se acabó la cuarentena? Fernando Ruiz: Se acabó la cuarentena como la conocimos en la primera etapa, que era encerrarnos, aislarnos y separarnos del virus. Ahora entramos en una etapa en donde nos abrimos y lo que buscamos es aislar el virus. L.C.V.: La responsabilidad ahora está más en los ciudadanos que en el Estado… F.R.: Totalmente. Por eso le introducimos dos palabras que son críticas además del aislamiento. Primero, individual, y segundo, responsable. Esos dos adjetivos son fundamentales para entender que la mayor parte del esfuerzo ahora reside en lo que hagamos nosotros mismos. L.C.V.: ¿Y cuáles son sus recomendaciones? F.R.: En esta época el seguimiento a los protocolos por parte de la población y de los empresarios es fundamental. Vamos a empezar una etapa en la que nos contagiábamos mucho más frecuentemente dentro de nuestra casa con las personas que llegaban, a una etapa en donde vamos a empezar a contagiarnos en el trabajo, en el espacio público, en otros espacios. De manera que allí el seguimiento y la nueva disciplina que tenemos que tener los colombianos es fundamental.
L.C.V.: Entonces los que pueden continuar con teletrabajo deben hacerlo así… F.R.: Totalmente. Los empresarios deben desarrollar esa responsabilidad y la pandemia demostró que se puede trabajar eficientemente desde la casa. L.C.V.: Pero siguen sumando muertos y afectados. ¿Qué los llevó a tomar esa determinación? F.R.: El hecho de que nos encontramos ya claramente en el tope o en la meseta de los contagios, y que tenemos varias ciudades que ya están reduciendo el contagio a niveles muy bajos como Barranquilla y Cartagena. Y el hecho de que las ciudades grandes como Medellín, Bogotá y Cali ya se encuentran en tendencia a la reducción. L.C.V.: ¿Tenemos riesgo de un rebrote? F.R.: Sí tenemos riesgo de un rebrote, como lo hemos visto en Europa y en otros países de otros continentes. Lo que no tenemos claro es la dirección del rebrote y en qué lugares. Nuestras ciudades han tenido diferentes desarrollos a la epidemia; algunas más prolongadas y otras más cortas. Todo depende de la proporción de la población susceptible, o sea sin contagio, que nos quede luego de este primer brote. L.C.V.: ¿Cuándo van a abrir los colegios? F.R.: Esa es una decisión exclusiva del Ministerio de Salud con el Ministerio de Educación. Nosotros creemos que deberíamos empezar a trabajar en definir las condiciones de riesgo que existen en los ámbitos escolares de ciudad, del área rural, de área urbana, con lo cual podríamos definir las condiciones de apertura. Pero yo esperaría que fuera relativamente pronto.
L.C.V.: ¿Qué pasa con los restaurantes? F.R.: Los restaurantes quedan abiertos con estas nuevas normas, obviamente con todos los protocolos y todas las condiciones de ampliación a espacios abiertos. Pero es una buena noticia para este sector tan importante. L.C.V.: ¿Vuelos nacionales e internacionales? F.R.: Los vuelos nacionales quedan abiertos y para los vuelos internacionales tenemos ya un concepto del Ministerio de Salud en el que decimos que las condiciones iniciales por las que tomamos la decisión de cerrar ya están superadas y que se podría con protocolos y con una adecuada gradualidad ir generando apertura. Aún no hay fechas y eso lo definiremos con la Aeronáutica Civil. Pero ya tenemos el concepto para hacerlo. L.C.V.: El costo económico ha sido muy grande. ¿Se le fue algo la mano, ministro? F.R.: Es muy difícil saberlo. En salud siempre trabajamos con el principio de precaución y es un principio constitucional para salvar vidas. Pero lo más difícil ha sido tratar de mantener ese equilibrio entre preservar las condiciones de menor riesgo en salud con la posibilidad de generar una apertura económica que, por otro lado, también nos conlleva a tener riesgos en salud. L.C.V.: ¿Hubo mucha presión de los sectores económicos para que se tomara esta decisión? F.R.: No. La verdad desde el presidente, como desde los otros sectores y los otros ministerios de la economía siempre hubo una gran comprensión y un conocimiento bastante profundo de lo que significa la pandemia. Yo, personalmente, nunca me he sentido presionado. Me he sentido acompañado y con la información necesaria para tomar decisiones.
L.C.V.: ¿Hay un estimado de las cifras de vidas que se han salvado con la cuarentena? F.R.: Eso tenemos que hacerlo al final de la epidemia. Pero lo que sí puedo asegurar es que si no hubiéramos hecho nada, si hubiéramos tenido una apertura demasiado temprana. O si no hubiéramos alcanzado la preparación del sistema de salud, las unidades de cuidados intensivos, la mortalidad habría sido mucho más grande. Hoy estamos llegando a una letalidad del 3 por ciento de los casos de covid. Yo me atrevería a decir que habríamos podido llegar a una letalidad del 10 por ciento si no hubiéramos tomado medidas adecuadas. Eso implicaría multiplicar 17.000 muertes que tenemos ahora. En Colombia es muy difícil porque tenemos muchas ciudades densamente pobladas. No es como Argentina, en donde solo es una ciudad con la mayoría de los contagios con una estructura sanitaria fuerte. Nosotros tenemos una tremenda vulnerabilidad en toda la costa pacífica y en el sur del país. L.C.V.: ¿Hasta cuándo durará la pandemia en Colombia? F.R.: Es muy difícil saberlo. Pero el aproximado es que estaremos con la pandemia probablemente hasta enero o febrero del año entrante. La buena noticia es que tenemos una nueva normalidad. Queda el riesgo de que la inmunidad que se logre no sea absoluta y hay algunos estudios que prevén eso, pero hay que esperar que la evidencia se consolide. L.C.V.: ¿Qué tan lejos estamos de la llamada inmunidad de rebaño? F.R.: Nosotros estimamos que en Colombia podemos tener entre 10 y 30 por ciento de población infectada. Es muy difícil saberlo sin estudios de prevalencia, pero con ese cálculo estamos hablando de que, como máximo, 12 millones de personas podrían tener inmunidad. Para tener inmunidad necesitamos el 70 por ciento, estamos hablando de 30 millones de personas. L.C.V.: Ahora viene el proceso de la vacuna. ¿Cómo vamos? F.R.: Con la vacuna vamos trabajando con todas las iniciativas y los desarrollos que hay. Esta semana tuvimos la buena noticia de que vamos a iniciar los estudios clínicos con Johnson & Johnson. Estamos teniendo conversaciones con otras empresas y atendiendo el mecanismo Covac, que es el organismo multilateral para poder tener acceso a la vacuna. L.C.V.: ¿Tenemos ya contrato con alguna empresa para la vacuna? F.R.: No, estamos en conversaciones. Hay una expectativa que tenemos de que la vacuna va a estar en enero y, la verdad, yo creo que esto va a ser difícil que lo logren los desarrolladores. En Europa y Estados Unidos las expectativas para la vacuna son de tenerla en junio del año entrante.
L.C.V.: ¿Cuándo se va a vacunar a la primera persona en Colombia? F.R.: Nuestras expectativas son vacunar a la primera persona en el primer semestre de 2021, pero eso depende de la velocidad y el alcance del desarrollo de las farmacéuticas. El 94 por ciento de los estudios que son positivos en más de uno, en más de tres no resultan positivos para la vacuna. La incertidumbre es grande. L.C.V.: ¿Todos los colombianos serán vacunados? F.R.: En el contexto de la garantía de la salud en Colombia, todos los colombianos deben ser objeto de vacunación. Sin embargo, tendremos prioridades hacia las poblaciones de mayor riesgo y a los trabajadores de la salud. L.C.V.: ¿Cuánto valdrá la vacuna y quién la pagará? F.R.: El mejor precio de referencia que tenemos es el del Covac y es de 10,25 dólares por vacuna. Pero hemos escuchado valores de 30 o 40 dólares la unidad. La debe pagar el Gobierno nacional, pero hay otros mecanismos de riesgo con los organismos multilaterales. L.C.V.: Todo este proceso ha sido muy desgastante. ¿Continuará usted en el cargo? F.R.: Yo continuaré. Mi voluntad es continuar aquí hasta que sienta que tenga fuerzas para poder trabajar. Yo soy de las personas que sienten que los objetivos hay que terminarlos. Tengo cada vez más energías afortunadamente.