SEMANA: ¿Cómo fue el proceso de buscar consenso con estudiantes y profesores?María Victoria Angulo: Fueron más de 16 sesiones de trabajo y muchas de ellas de más de 14 horas diarias. Pero lo más positivo del escenario fue el tono pacífico y propositivo de todas las partes. Fue una mesa que estudió y llevó muchas ideas. Nosotros como gobierno también llevábamos propuestas, pero casi que nuestro reto fue más pedagógico de explicarles a los estudiantes qué era viable, qué requería reformas de ley, en qué cosas definitivamente no disponíamos de los recursos y más bien qué podíamos proponer con recursos de los próximos años. Ahí llegamos a los acuerdos de saneamiento de pasivos por 500.000 millones de pesos, el incremento a la base presupuestal de más de 1,34 billones, un aumento de la inversión de 1,35 billones y un aporte de regalías de 1,5 billones de pesos, entre otros recursos. Resalto también que el acuerdo no solo responde a la necesidad coyuntural, sino que trae un plan para reformar los artículos de financiación de las universidades públicas en la Ley 30 y el Sistema General de Regalías. Eso es importantísimo para que estos esfuerzos trasciendan y no se queden en un plan de cuatro años.SEMANA: Pero además del aumento presupuestal, hay un tema de cómo distribuyen esos recursos, porque algunas universidades reciben de la Nación menor presupuesto por estudiante que otras, como denunció la Universidad Distrital...M.V.A.: Ese es un punto clave que debemos mirar en la reforma a los artículos de financiación de las universidades públicas en la Ley 30. Debemos hacer una lectura de lo que hoy son las instituciones de educación superior, que son diferentes de lo que eran en 1992 cuando se formuló la ley. Ahí veremos cuáles son las inequidades en la distribución de recursos, donde, por ejemplo, la Universidad Distrital recibe la mayor parte de su presupuesto no de la Nación, sino del Distrito. Esa es una discusión que hay que dar para ir cerrando las inequidades de la educación superior. Ahí también será importante el programa Generación E, que no solo tiene un componente para dar más recursos a la educación superior (que es lo consignado en el acuerdo), sino otros dos de Equidad y Excelencia.SEMANA: El componente de Excelencia de Generación E es el que viene a reemplazar Ser Pilo Paga, que era blanco de muchas críticas. ¿Cambiará eso con el nuevo modelo?M.V.A.: Sí, porque el reconocimiento del valor que el Estado da al programa por grado de desarrollo de la universidad es el mismo valor que se reconoce por semestre en una pública o una privada. Ese es un gran cambio. Esa es una señal de que el reto es enseñarle a la sociedad cómo han avanzado las universidades estatales. Por otro lado, el Estado cubrirá el 100 por ciento de la matrícula en las universidades públicas, pero solo cubrirá el 50 por ciento en las privadas. En esos casos, la universidad costeará un 25 por ciento y las donaciones de privados el 25 por ciento restante.Puede leer: En fotos: los estudiantes que marcharon por última vez en este 2018SEMANA: ¿Y en qué consiste Equidad?M.V.A.: Equidad, que no se ha dado mucho a conocer, es gratuidad en instituciones de educación superior públicas para jóvenes de estratos socioeconómicos vulnerables con puntaje igual o menor a 32 en el Sisben. Está pensado para atacar la deserción, que es muy alta en el sistema de educación superior.SEMANA: ¿Qué viene ahora para el ministerio? ¿En qué cambia la hoja de ruta después del acuerdo?M.V.A.: Una cosa que hay que dejar muy clara es que nuestro trabajo va más allá de un acuerdo. Son muchas cosas las que ha hecho el ministerio y eso hay que explicárselo a la ciudadanía. Nosotros encontramos un sector donde crecieron, en los últimos años, los rezagos y las disparidades entre las políticas implementadas y la realidad de los recursos, no solo en la educación superior, sino en todos las etapas de formación. Por eso, el primer reto para nosotros fue lograr un presupuesto para 2019 que atendiera todas las necesidades y los compromisos adquiridos. Ahora el segundo reto es atender ciertas reformas importantes que permitan nuevas estructuras en diversos temas: financiación del Sistema General de Participaciones para la educación básica, recursos adicionales para atención integral a la primera infancia, alianzas con entidades privadas para mejorar la educación rural y acabar con las inequidades en la educación superior. Eso nos pinta un cuatrienio retador, no solo en mejorar la calidad de la educación, sino en acompasar la política educativa con buenas estructuras financieras.SEMANA: ¿En qué va la reforma al Sistema General de Participaciones, que quedó en el acuerdo con el sindicato de maestros del año pasado?M.V.A.: Seguimos trabajando en esa estructura financiera para educación preescolar, básica y media. Este será parte no solo del Plan de Desarrollo, sino de varios espacios de discusión que ya estaban construidos con maestros.SEMANA: ¿Cómo va el país en primera infancia?M.V.A.: Ya tenemos una cobertura de 1,9 millones de niños; ahora el gran desafío es llevar esta estrategia de atención integral a todos los niños menores de 5 años en condición de vulnerabilidad. Ahí el rol nuestro como Ministerio de Educación pasa por consolidar la educación preescolar, que contemple todas sus prácticas desde la filosofía de la integralidad. Por lo pronto, estaremos trabajando en el grado de transición integral con mucho foco en que las atenciones realmente sean integrales, que tengamos información para hacerle acompañamiento a las familias y que lleguemos a la universalización para los más vulnerables.Le sugerimos: Comienza la batalla del referendo por la educación superior gratuitaSEMANA: ¿Cómo están las relaciones con el sindicato de maestros?M.V.A.: Hemos tenido más de 15 reuniones con Fecode y tres compromisos muy importantes, como volver a hacer la evaluación de carácter diagnóstico formativo este año. Ya está el cronograma y se dispusieron todos los recursos financieros para hacerla. Adicionalmente, una parte importante de los acuerdos era cofinanciar los cursos de formación al 12 por ciento de los docentes que no aprobaron la evaluación. También están los recursos dispuestos. Y esto sumado a más de 8.000 becas de maestría, más de 126.000 oportunidades de formación continuada y 24.000 programas de investigación para maestros.SEMANA: ¿Cuál es la apuesta en infraestructura para llegar a la Colombia rural dispersa?M.V.A.: Nosotros encontramos que el Fondo para la Financiación de la Infraestructura Educativa tenía el plan de construir 11.400 aulas, pero de estas solo unas 1.000 habían sido entregadas. De las otras, 5.222 están apenas en diseño y las otras 5.218 tienen un promedio de avance de solo el 30 por ciento e importantes problemas contractuales. Por eso estamos haciendo todo un esfuerzo de cumplimiento desde el lado jurídico para lograr que se terminen las obras. Ese ha sido el primer plan. En ese sentido, vendrán ajustes en el Plan de Desarrollo para darle más herramientas de seguimiento al Fondo que le permitan responder en tiempos adecuados y determinar mejor cuáles son las necesidades particulares de cada zona del país en materia de infraestructura educativa.SEMANA: El programa de alimentación escolar también ha estado envuelto en muchas polémicas. ¿Qué va a cambiar?M.V.A.: El 15 de septiembre, el presidente Duque hizo pública la primera fase de ajustes del programa de alimentación escolar, un replanteamiento donde el gobierno se hace partícipe y logra un primer incremento del 48 por ciento de recursos adicionales de inversión para 2019. Además, implementamos varias medidas orientadas a lograr más transparencia y control, trabajar con las entidades territoriales en distintas formas de contratación que eviten la colusión y tener unos anexos claros de costos y calidad de las minutas. En promedio, los niños colombianos están recibiendo racion alimentaria 120 días, aunque el calendario escolar es de 180. Entonces, la primera propuesta es que el próximo año llegue ración todos los días y que pasemos de 5,3 millones beneficiados a 5,6 millones, con una meta de 7 millones en el cuatrienio."Si uno se refiere a grandes reformas educativas en otras partes del mundo, siempre han tenido detrás de ellas un gran pacto ciudadano"SEMANA: Pero, ¿cómo va a lograr que la corrupción no se siga robando esos recursos?M.V.A.: Es una combinación de acciones. Primero, buenos sistemas de monitoreo a la entrega. Pasa también por tener minutas con enfoque diferencial por región y pliegos tipo contratación. Ahí viene un trabajo con Colombia Compra Eficiente y la Superintendencia de Industria y Comercio para detectar prácticas de colusión entre los operadores. Otra cosa es el papel de las familias, que nos pueden contar, de primera mano, qué tipo de alimento reciben sus hijos cada día.SEMANA: Se ha hablado de hacer un Pacto por la Educación el próximo año. ¿Cómo será esa propuesta?M.V.A.: Vemos que hay una gran necesidad de construir en conjunto, de mostrar que la política educativa no es la apuesta de un partido. Ahí viene la propuesta del presidente, materializada en Plan de Desarrollo, de hacer un pacto por la equidad con un componente específico para educación. Si uno se refiere a grandes reformas educativas en otras partes del mundo, siempre han tenido detrás de ellas un gran pacto ciudadano. Creo que en Colombia están dadas las condiciones para eso. Tenemos una sociedad que pone primero en la agenda el tema educativo. Aprovechemos esta gran oportunidad como país. Lo que no puede pasar es que se fraccione la conversación hacia un solo nivel de formación. Debemos lograr una discusión armónica que conjugue las necesidades de cada etapa de formación, desde la primera infancia hasta la educación superior, logrando así una articulación real en el sistema educativo, que no puede verse en forma fraccionada.