María Jimena Duzán: Sorprende que cuando usted habla en cualquier medio se presenta como ingeniero, no como el alcalde de Bucaramanga... Rodolfo Hernández: Ingeniero seguiré siendo toda la vida, hasta el día que me entierren. Alcalde no, eso se me acaba en cuatro mesecitos. M.J.D.: Y precisamente por eso me parece muy interesante hacer un balance, en vista de que ya se está acabando su gestión. Usted llegó al poder bajo el lema de “lógica, ética y estética”. ¿Qué quería plantear con eso y qué fue lo que encontró? ¿Cuál ha sido su diagnóstico faltando tan poco tiempo para que entregue su puesto? Encuentre todos los capítulos de Semana en Vivo aquí R.H.: Hicimos un análisis sobre la politiquería para llegar al poder y nos dimos cuenta de que nuestros adversarios solamente se dedican, hablándolo francamente, a la compraventa de votos. Nosotros queríamos hacer algo totalmente diferente. Mi hermano Gabriel me dijo que la única manera de poder ganar era a través de las emociones. El primer principio para hacerlo era un gobierno con “lógica, ética y estética”. ¿Qué es la lógica?, meter la plata de los impuestos donde la gente más lo necesita. ¿Qué es la ética? Pues no robarme la plata, robar al Estado es lo más fácil que hay. ¿Qué es la estética? que todo lo que hiciéramos fuera bello. La estética conmueve al mundo. Nadie creía que fuéramos a ganar con esa filosofía, yo nunca salí a la calle, yo hice campaña en redes sociales. M.J.D.: Al usted llegar a la Alcaldía encuentra que fue saqueada. ¿Qué más encontró? ¿Cuál ha sido su gran hallazgo en estos cuatro años? R.H.: Que se robaron todo con la politiquería, todos aliados. El alcalde traicionó los intereses de la colectividad y eso también venía de atrás. Cuando llegué, me sorprendí cuando ví ese saqueo sin misericordia: 310.000 millones de pesos en cuentas por pagar en un presupuesto total de 320.000 millones. Es decir, el presupuesto del año entrante estaba totalmente consumido. Son unos descarados, unos sinvergüenzas. Vamos a ver si Bucaramanga el próximo 27 de octubre vuelve y elige a los mismos ladrones que saquearon la ciudad, que hoy se presentan como independientes o avalados por otros partidos. Creo que la ciudad ya aprendió la lección. M.J.D.: Otra de las cosas que le reconocen a usted es que ha saneado las arcas de la Alcaldía. ¿Qué fue lo que encontró y cómo fue el proceso de sanear? ¿Ha podido hacer obras? R.H.: ¿Qué hice? Sacar a 2.040 personas que tenían contratos de prestación de servicios, que eran simplemente activistas politiqueros, y que habían metido los concejales que están actualmente en ejercicio. Lo que hice fue pagar, duré 34 meses pagando robos y apretando, porque la única manera de poder hacer es con plata y tocaba hacer una restricción draconiana del gasto. Hicimos 300 obras sin deber ni un peso adicional a lo que las anteriores administraciones quedaron debiendo. Es que lo que dejaron fue un saqueo inmisericorde, 310.000 millones de cuentas por pagar, dejaron 285.000 millones debiendo en los bancos. ¡Se robaron las retenciones de la Dian!
M.J.D.: Cuando usted dice robaron, ¿quiénes fueron? R.H.: Los concejales. Tengo como 80 denuncias en la Fiscalía y apenas están investigando cuatro o cinco contraticos que no suman sino 15.000 millones de pesos, que son los de Manantial del Amor, y que los encabeza penalmente el alcalde Luis Francisco Bohórquez. Eso es lo que están investigando, el resto está todo escondido. M.J.D.: ¿Usted cree que ha tratado de plantear una buena relación con el Concejo? R.H.: No me interesa una relación con el Concejo, porque ellos lo que quieren es contratos y puestos. M.J.D.: ¿Se puede gobernar sin el Concejo? R.H.: Se puede. Los concejales sirven para cinco cosas: para endeudar al municipio, para vender activos del municipio, para aprobar el Plan de Desarrollo, para aprobar el presupuesto y para cambiar el organigrama del municipio. M.J.D.: ¿Y el POT? R.H.: Ya estaba aprobado, se aprobó en el 2014. M.J.D.: ¿Y el presupuesto? R.H.: Cuando no lo aprueban lo apruebo por decreto. M.J.D.: ¿Y usted lo aprobó por decreto? R.H.: Sí, eso no pasa nada, no los necesito para nada. M.J.D.: Un concejal le pide a usted una cita en donde le habla de un caso... quiero que me explique si le pega o no, y si su hijo estaba o no de mediador de este contrato con los mexicanos. R.H.: Mire, cómo serán de mala fe. El concejal John Claro, de la ASI, me pidió una cita. Yo siempre desprevenido le dije ‘venga a las 10 a.m.‘ y llegó con luces, cámara y acción. La cita era para hablar de unos problemas que él quería aportar como argumentos para mejorar algunas cosas de la ciudad. Cuando llegó me empezó a cambiar el tema, él planificó esto y hay testigos. Orlando Cancelado, un periodista que fue testigo (sabe que el concejal) dijo: “Le voy a sacar la piedra al alcalde para ver si lo hacemos destituir, con la reacción que va a tener conmigo”. Lo que dijo es cierto. ¿Qué pasó con mi hijo? Como todos los negociantes del país cometió la estupidez de decir que iba a representar la venta de unas maquinarias y motores. M.J.D.: ¿Y él era el representante de los mexicanos? R.H.: No, de una compañía estadounidense. Es como si le dijeran a cualquiera: “Represente usted esto”. Lo planearon para vincularlo. Yo nunca supe, lo digo por lo que más quiero, que son mis hijos. No supe. M.J.D.: Pero sí estaba vinculado... R.H.: Él firmó como representante, fue a la notaria y autenticó la firma. La única mancha que tengo es esa, que yo no la generé, ni sabía, porque si hubiera sabido yo reprendo eso, lo reprimo, lo rechazo. Sin embargo, el contrato no se hizo y todos los días me sacan eso, porque no tienen ninguna mancha en 50 años de actividad profesional. M.J.D.: Lo que queda claro es que sí le pegó al concejal... R.H.: Bueno, sí María Jimena, pero muy leve, eso no es nada. M.J.D.: Por eso el concejal presentó una demanda... R.H.: Sí, tengo 120 procesos andando en contra mía. M.J.D.: ¿Usted no cree que se pasó de la raya al haberle pegado? R.H.: Sí, fue mal hecho, reconozco que hice mal, pero ya lo que hice mal no tiene reversa. Lo que tengo es que afrontar el proceso. M.J.D.: ¿Y el proceso cómo va? Él lo demandó a usted en la Procuraduría disciplinariamente... R.H.: Con eso me suspendieron el 19 de noviembre y regresé el 9 o 10 de diciembre. M.J.D.: ¿Por qué? R.H.: Porque la procuradora delegada, de apellido Benalcázar, me dijo que yo había hecho eso con dolo, cuando el dolo fue de él, que lo hizo con la mala intención. Todo lo planificaron para sacarme de casillas. M.J.D.: Pero entonces, ¿ese proceso todavía está pendiente? R.H.: Sí, y durará 20 años más. Lástima la plata. M.J.D.: Después del escándalo, ha tenido que afrontar una crítica pública, pero en general a usted eso le importa muy poco. R.H.: No me importa nada, vuelvo y repito, lo que me han pagado lo he entregado, no me he robado un peso y como usted dijo, toda mi experiencia, cincuenta años de ingeniero produciendo plata y pagando impuestos, toda esa experiencia se la entrego a la ciudadanía, estoy feliz y tranquilo, no me ofusca nada. M.J.D.: Muchos ven en usted esa manera santandereana de hablar, duro y puntual al conversar. ¿Usted se considera así? R.H.: Es que con estos bandidos usted no puede con el lenguaje diplomático. Porque ellos utilizan es el “encarame pendejos”, que es encaramar al alcalde para arrodillarlo, para que el alcalde se canse de ir a la Fiscalía, Procuraduría, Contraloría municipal, Contraloría General de la República... Lo arrodillan, y el alcalde termina aliándose con todos esos bandidos para robarse el presupuesto público. No todos, pero si muchos. M.J.D.: Dicen que su flanco débil es la parte de seguridad y, efectivamente, hay un incremento en los homicidios en la ciudad. R.H.: Para mí la inseguridad es una consecuencia de la corrupción, los gobernantes en Colombia tienen código de comportamiento, muchos de ellos como los mafiosos que son, los que giran dineros de los ciudadanos de manera corrupta para enriquecer un circulo que les ayudó a llegar al poder. M.J.D.: ¿Y en el tema de la migración venezolana? R.H.: Pero qué hace usted ante una realidad como esa. Donde la gente se está viniendo a pie de Cúcuta, pasan por el páramo, gente muy pobre, usted como los detiene. ¿Qué estamos haciendo? Las señoras que estén embarazadas son atendidas con un plan que lo están pagando todos los bumangueses, ni un peso el gobierno nacional, para atender preparto, parto y posparto, y no más. Es un drama mundial, es un éxodo. M.J.D.: ¿Usted cree que los votantes en Bucaramanga van a poder distinguir entre un candidato corrupto y uno que no es corrupto? R.H.: Yo creo que los candidatos de los partidos alternativos y los independientes van a ganar la alcaldía, y por bastante votación, o si no estos 44 meses que llevo se van a perder. Ese es el mayor legado que le dejo a los bumangueses y también a Colombia: cambiar la mentalidad. M.J.D.: ¿Qué piensa usted del presidente Iván Duque? R.H.: Yo, al menos, no siento que él tenga un norte definido, puedo estar equivocado. Le pregunto a mi mamá qué siente y me dice: “Ese no se sabe si es chicha o limonada”. Lo vemos ambivalente, lo vemos ambiguo, al menos yo, y lo digo de frente. Creo que ha sido muy indiferente conmigo desde que estaba en la campaña, y ahora de presidente cuando va a Bucaramanga. Lo que le pueda a uno ayudar realmente en la gobernanza es que le digan la verdad, para poder hacer una reflexión y corregir el rumbo porque apenas está empezando, y tiene todo por hacer. M.J.D.: Usted ideológicamente como se definiría, porque usted es amigo de Duque, amigo de Uribe, amigo de Santos... R.H.: Yo soy una persona sensible, eso de los partidos de derecha, izquierda, es pura mentira. El hambre no es de derecha ni de izquierda, es hambre. El trabajo no es ni derecha ni izquierda, es falta de trabajo, que ha llevado a la gente a veces a meterse en pequeñas proporciones a la delincuencia. A esos si les clavan 10 o 15 años, pero a todos estos ladrones que robaron en Bucaramanga, ahí no han hecho nada, están todos en la calle muertos de la risa.
M.J.D.: ¿Y usted siendo empresario qué les diría a los empresarios en Colombia? R.H.: Toda la corrupción es generada entre el sector público y privado, en un amancebamiento. Las mejores empresas del mundo y las más éticas son las que ganan más plata. Lo que pasa es que no esculcan, como es una mafia no dejan hacer nada, pero todo está en la chequera, todas las huellas, porque cuando van a sobornar o dan coimas la plata la sacan de la chequera del contrato. No puede seguir Colombia así, todos los robos que han hecho a nivel macro nacen en la financiación de las campañas. M.J.D.: Lo veo tan metido en la política que me asalta la duda de si se va a devolver a su empresa de construcción o si va a seguir en la política recorriendo escaños. R.H.: Yo ya sobro en la empresa, eso ya está mecanizado. Mi esposa e hijos están ayudando allá y lo están haciendo bien, producen más plata que cuando yo estaba. M.J.D.: Entonces está con un interés profundo de seguir en la política... R.H.: Sí, tengo interés. M.J.D.: ¿Y cuáles son sus derroteros nuevos? R.H.: Vamos a esperar a ver qué pasa ahorita el 27 de octubre en Bucaramanga. Una vez tengamos esa señal firme, contundente, precisa, derrotando todos esos ladrones y poniendo una persona que siga —no haciendo lo que yo hago, cada uno tiene su manera— seguramente vendrá uno mejor. Nadie es necesario en la vida, pero si voy a intentar seguir en esto. M. J. D.: ¿Y con ganas de entrar al Congreso y de pronto a campañas? R. H.: Yo no sirvo para el Legislativo. M. J. D.: ¿O sea que va a hacer campaña para el Ejecutivo? R. H.: Vamos a intentar, la peor diligencia es la que no se hace. M. J. D.: ¿Por qué quiere llegar, por decir algo, a la Presidencia de Colombia? R. H.: Porque yo creo que puedo aportar, yo veo un desorden. Ahora hay que buscar un compañero, de vicepresidente o de presidente. M.J.D.: ¿Y quién le gusta? R.H.: Arturo Calle. M.J.D.: Bueno me parecería una gran e importante sorpresa... R.H.: Demoledora.