La Fiscalía General de la Nación ha logrado avanzar en un caso de suma gravedad, llevando a la judicialización de Manuel Ranoque, padre de dos de los menores que duraron desaparecidos en selvas del Guaviare tras el accidente de la avioneta en la que viajaban, y quien es acusado de abusar sexualmente de su hijastra de 13 años.
De acuerdo con el ente investigador, durante el proceso que se adelanta en contra de este sujeto, el fiscal del caso presentó ante un juez de control de garantías el suficiente material probatorio que sustenta las acusaciones en contra de este hombre, quien en un principio fue acusado por los abuelos de los menores y padre de la mamá de los mismos, quien falleció en el accidente.
Las labores de investigación, dirigidas por un fiscal de la Unidad del Centro de Atención a Víctimas de Abuso Sexual (Caivas) de la Seccional Caquetá, junto a miembros del Cuerpo Técnico de Investigación CTI y fiscales especializados del Grupo de Trabajo Nacional de Violencia de Género para la Atención de Delitos que Afecten a Mujeres, Niños, Niñas y Adolescentes de la Delegada para la Seguridad Territorial, han sido determinantes en la construcción del caso.
El acusado, quien es padre de dos de los cuatro niños que fueron rescatados tras un incidente en la selva del Guaviare en junio pasado, enfrenta acusaciones de haber abusado de su hijastra desde que esta tenía apenas 10 años. Estos desgarradores hechos habrían ocurrido en un resguardo indígena de Solano, en el departamento de Caquetá.
La detención del individuo se materializó en el Parque de Los Periodistas, en Bogotá, gracias a los esfuerzos del grupo CTI de la Delegada para la Seguridad Territorial de la Fiscalía. Esta detención se llevó a cabo en estricto cumplimiento de una orden judicial en su contra, emitida en el contexto de la investigación.
La imputación de cargos por parte de la Fiscalía incluye acusaciones por los delitos de acceso carnal violento agravado y actos sexuales abusivos con menor de 14 años agravado. La profundidad y rigor de la investigación se reafirmaron cuando el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) identificó señales de posible abuso sexual durante la atención médica y psicológica brindada a los menores de edad rescatados. Esto llevó al ICBF a comunicar sus hallazgos a la Fiscalía, desencadenando así el proceso legal.
En respuesta a la solicitud de la Fiscalía, el juez de control de garantías a cargo del caso determinó que el imputado debía enfrentar medidas de aseguramiento privativas de la libertad en un centro carcelario. Aunque el acusado no aceptó los cargos en su contra, la imposición de esta medida busca garantizar la seguridad y protección de la víctima, así como el desarrollo de un proceso legal justo y transparente.
“Servidores de policía judicial, adscritos al grupo CTI de la Delegada para la Seguridad Territorial de la Fiscalía, lo detuvieron este viernes 11 de agosto en el Parque de Los Periodistas, en Bogotá, en cumplimiento a la orden judicial que tenía en su contra. La Fiscalía lo imputó por los delitos de acceso carnal violento agravado y actos sexuales abusivos con menor de 14 años agravado”, indicó la Fiscalía.
Las supuestas mentiras de Ranoque
Durante los 40 días que los cuatro niños permanecieron perdidos en la selva, Manuel Ranoque se convirtió en el más grande símbolo de fe. Sin embargo, después del rescate en medio de la Operación Esperanza, también comenzaron a salir a la luz situaciones que no lo dejaban bien parado.
“Tengo amenazas. Para ellos soy un objetivo”, aseguró Ranoque ante los medios de comunicación con miedo. “El frente Carolina Ramírez (de las disidencias de las Farc) me está buscando para matarme”, añadió.
Dicha denuncia fue negada por el mismo frente disidente, que mediante un comunicado aclaró que las versiones de Ranoque eran falsas. “No es cierto, y desconocemos las razones de las declaraciones del señor padre de los menores, cuando afirma ante los medios de comunicación que los niños y su señora esposa venían huyendo de la región de Puerto Sábalo y el río Cahuinarí, en el alto Amazonas, por amenazas de nuestras unidades”, señaló el bloque guerrillero.
Otra de las afirmaciones hechas por Manuel Ranoque, que generó revuelo entre la familia de Magdalena y que sacó lágrimas a muchos colombianos, hacía referencia a que su esposa estuvo viva durante cuatro días y que en su lecho de muerte le dijo a la niña mayor: “Váyase, usted va a mirar quién es su papá y van a saber del amor de su papá”.
Esta versión fue refutada por el padre de Magdalena. “Eso es mentira, porque la misma niña dice que los tres (adultos) ahí mismo, cuando cayó la avioneta quedaron muertos. Si la persona que dijo que mi hija Magdalena quedó viva tres o cuatro días, eso es mentira (sic), porque en ese momento, ¿quién los miró para decir que está viva?, eso es mentira”, aseguró Narciso Mucutuy, el abuelo.
Pero esto no fue lo único que hizo pasar a Manuel Ranoque de héroe a villano. La familia de Magdalena también aseguró que Ranoque presuntamente habría tratado de abusar de una las niñas y que también ejercía violencia intrafamiliar contra Magdalena.
Sobre las graves acusaciones, Ranoque se defendió e indicó que desde hace seis años vivía con los niños y con Magdalena. “Las dos niñas mayores las tengo como mis hijas, les he brindado estudio y comida (…), esto es una pelea económica de familias”.
Respecto a la violencia intrafamiliar, manifestó que “los problemas de hogares, los problemas familiares, eso es entre marido y mujer, eso no es un chisme para el mundo”. Reconoció que verbalmente y físicamente sí agredió a Magdalena, “físicamente muy poco, porque nosotros teníamos más problemas de palabra”.
Frente al supuesto abuso, dijo que la niña implicada, según él, ya dijo que era falso. “Me han tratado de violador y la niña les ha cerrado la boca diciéndoles que yo soy su papá y aclaró eso”, señaló Ranoque.