No hay derecho a que los colombianos, en pleno siglo XXI, tengan que acudir a la tutela para recibir su servicio de salud. La situación ha intentado corregirse, tanto para garantizar el derecho a la salud, como para descongestionar los estrados judiciales, pero los incrementos en las cifras alrededor de este mecanismo de reclamo de los colombianos no bajan.

Eso es lo que evidencia la Defensoría del Pueblo en un informe en el que muestra que, durante 2021 se interpusieron 92.499 acciones de tutela, es decir, 253 acciones por día.

En medio de la situación está un tema que ha sido frecuente en los últimos tiempos: las liquidaciones de EPS, que ahora son las campeonas de las tutelas en el sector salud. Es lógico que si una entidad promotora de salud entra en dificultades y llega a la liquidación, no es porque esté andando sobre ruedas. Pero el derecho a la salud es prioritario y no da espera a las transiciones.

Es así como, en el informe de la Defensoría, se observa que Medimás tuvo 42,70 acciones de tutela por cada 10.000 afiliados; seguida de la también liquidada Coomeva, con 40,23. Entre tanto, Savia Salud sumó 23; mientras que el Servicio Occidental de Salud–SOS registró 24,04, y Ecoopsos con 22,61.

Las citas médicas con especialistas, entre las que más causan tutelas. | Foto: Libre de derechos

En consecuencia, una de las conclusiones de la Defensoria, en el informe presentado, es que las EPS más empapeladas con tutelas constituye un indicador de calidad y un llamado para que los prestadores protejan y garanticen el derecho sin dilación alguna.

¿Por qué reclaman?

De acuerdo con la revisión realizada por la Defensoría a la ‘tutelitis’, entre los temas que más reclaman los colombianos están: la falta de oportunidad en las citas con especialistas, principalmente las relacionadas con temas que son prioridad, pero que las EPS en liquidación las van aplazando, como las ortopédicas, que representan 13,1 %.

No obstante, también hay tutelas por citas que generan mayores preocupaciones, como las de oncología, que se ubican en un segundo lugar con 10,5 %. Estos pacientes, en muchos casos, tienen que ser atendidos de manera expedita, tanto porque padecen fuertes dolores, como porque si se trata de un cáncer prematuro y le extienden el tiempo de detección y aplicación de tratamientos, podrían agravarse y hasta llegar a un desenlace fatal.

En el escalafón continúa la neurología con 9,1 % y oftalmología con 5 % de las tutelas.

Escalafón por departamentos

Otro de los resultados que se evidencian en el informe de la Defensoría del Pueblo, sobre tutelas a la salud, es que los departamentos de Arauca, Caldas, Norte de Santander, Quindío y Amazonas están a la cabeza, como los que más acciones de este tipo motivan.

Arauca, por ejemplo, tiene 71,2 tutelas por cada 10.000 habitantes, eso equivale a 101 % más que las interpuestas en 2020.

Entre tanto, Caldas ocupa el segundo lugar, con una relación de 58,4 por cada 10.000 habitantes. En el caso de Norte de Santander, la cifra es de 44,7, la de Quindío de 31,08 y la de Amazonas con 30,8.

Carlos Camargo, defensor del pueblo. | Foto: Defensoría del Pueblo

Desde la perspectiva de Carlos Camargo, defensor del pueblo, parte de los resultados de los departamentos con más tutelas se debe a la migración. “Los ciudadanos en las zonas de frontera -receptoras de alto flujo de migrantes y desplazados por cuentas de las acciones de grupos armados ilegales-, deben acudir cada vez más a la tutela para lograr la garantía de este derecho”.

El papel de la tutela

En el país se han desatado controversias por el mecanismo de la tutela, que es el que ha permitido la defensa de los derechos fundamentales de los ciudadanos. En muchos casos se critica que se abusa de ella, pero los colombianos no tienen más salidas. Por esa razón, el alto número de acciones de este tipo evidencia la forma en la que se está pasando por encima del derecho a la salud de las personas.

Algunos expertos en el tema, como Mauricio Olivera, señalan que esta resurrección de la ‘tutelitis’ evidencia que el sistema de salud colombiano está pidiendo a gritos una reforma. Solo que “ponerlo en manos del Estado podría ser peor”, advierte el economista.