La izquierda y la centroizquierda están cada vez más divididas. Y así lo confirma el calibre de los mensajes entre sus principales líderes políticos. El vandalismo, la primera línea y la quema de un bus en Suba en la tarde de este lunes forman parte de los nuevos hechos por los cuales se enfrentan.

La alcaldesa Claudia López, mientras respondía a quienes le exigen más medidas de seguridad y tomar cartas en el asunto frente a la primera línea, acusó al petrismo de estar detrás del vandalismo y los hechos de violencia.

“Rechazar a los politiqueros como Gustavo Bolívar y el petrismo que radicalizan jóvenes y los mandan como carne de cañón y después vienen a posar de paz…”, expresó la mandataria en diálogo con Noticias Caracol.

La acusación no es nueva. Hace un par de semanas, en medio del furor de las marchas del 28 de abril, la alcaldesa señaló directamente a Gustavo Petro de estar detrás de los hechos de vandalismo en Bogotá.

Lo hizo en su momento motivada porque Gustavo Bolívar, la mano derecha del líder de la Colombia Humana, promovía una recolecta para obtener gafas y escudos de protección para estos jóvenes, una campaña que se convirtió en la peor enemiga de Bolívar porque está en el ojo del huracán de la Procuraduría y la Corte Suprema de Justicia.

Ante los señalamientos nuevamente de la alcaldesa, esta vez, molesta porque uno de los jóvenes de la primera capturados confesó que les pagaban hasta 70.000 pesos para protagonizar un hecho vandálico, el senador Gustavo Bolívar le salió al paso y le respondió: “Claudia López, eres una rastrera de la peor calaña. Yo no financio vándalos. Fueron 4.988 personas que donaron para proteger a jóvenes a los que usted les manda el Ejército y el Esmad para que los maten y los mutilen. Te quedó grande la ciudad y descargas las culpas en otros. Mediocre”.

Aunque se defienda, el senador Gustavo Bolívar cargará entre pecho y espalda el piano de apoyar y buscar financiación para los jóvenes de la primera línea, un grupo que empezó como protector a las marchas de abril pasado, que empezó con el respaldo, e incluso la admiración de gran parte de la ciudadanía, pero se fue desdibujando, se quedó solo y se convirtió en un grupo delincuencial como lo ha denunciado no solo el presidente Iván Duque si no el fiscal general Francisco Barbosa.

Recordemos que esta no es la primera vez quer Bolívar ha tenido que salir a aclarar su papel frente a la primera línea, el nuevo dolor de cabeza de la alcaldesa Claudia López y las autoridades.

En diálogo con SEMANA, respondió que hizo una colecta pública, “participaron 4.988 personas, se recogieron 332 millones de pesos. Vaki (la empresa digital encargada de la colecta) nos entregó 299, descontando sus comisiones. Esa información está en www.manoslimpias.com: se gastaron solamente 54 millones en los cascos y gafas porque se agotaron. Se habría comprado más, pero escasearon. Los más de 200 millones restantes están en la caja”.

“Yo lo autorizo para que pregunte qué saldo queda. No les he dado un solo peso a los de la ‘primera línea’, no los conozco, no sé quiénes son, solamente me he solidarizado con esa lucha de esos jóvenes y les entregué esos elementos de protección. En Cali, por ejemplo, nos ayudó a repartirlos la ‘primera línea’ ecuménica, unos sacerdotes que tienen una ‘primera línea’. Iban a los portales con las cajas, repartían y se iban. Lo demás tocó mandarlo por correo. En Barranquilla me ayudó un amigo. Le dije: “Búsquelos y les entrega”. Yo nunca me aparecí por allá. Yo he ido a las marchas, como en el centro, no adelante…”.

Bolívar insiste en argumentar lo ocurrido con la primera línea, pero no le basta para quitarse de encima la estigmatización de apoyar a un grupo delincuencial que hoy genera los mayores desmanes en Bogotá.