El paradero de los cuatro niños que iban a bordo de la avioneta tipo Cessna 206 que se accidentó y cayó en la espesa selva del Caquetá, el pasado primero de mayo, sigue siendo un misterio.
Tres personas fallecieron en el siniestro: Hernando Murcia Morales, quien era el piloto; Magdalena Mucutuy Valencia y Herman Mendoza Hernández, familiares de los cuatro niños. Sus cuerpos ya fueron recuperados, sin embargo, los menores aún no aparecen.
Recientemente, se conocieron posibles rastros que habrían dejado los menores a su paso por la espesa selva, motivando la esperanza de que sigan con vida. De hecho, el presidente Gustavo Petro había publicado un trino diciendo que los niños habían sido hallados con vida, aunque luego lo borró y explicó que dicha información no había sido confirmada todavía.
No obstante, los indicios apuntarían a que los hermanos de 13, nueve y cuatro años, y el bebé de 11 meses, aún siguen con vida, pues los organismos de búsqueda han encontrado rastros que soportan la hipótesis.
En un principio se pensó que la hermana mayor estaría guiando a sus hermanos a través de la selva, sin embargo, el abuelo de los menores considera una opción diferente, que incluso figura en lo sobrenatural.
En entrevista con la emisora Blu Radio, Fidencio Valencia, abuelo de los cuatro niños perdidos, expuso que —de momento— no maneja información adicional a la que ya conoce el país. El paradero de sus nietos es desconocido, además, criticó que no ha visto suficiente voluntad de parte de las autoridades.
Sobre su nieta mayor, la niña de 13 años, dijo que es muy cariñosa con sus hermanos y bien pudo haberlos guiado durante los momentos posteriores al accidente del avión. Sin embargo, anotó que ha conversado con personas de la región y la conclusión a la que han llegado es que algo “muy raro” está sucediendo.
“Ellos dicen: ‘Algo los está cargando’”, manifestó Valencia. La opinión no es menor teniendo en cuenta que se estarían desplazando demasiado rápido en la zona selvática donde cayó la aeronave.
“Esa zona donde están los niños tiene misterio”, apostilló el abuelo. “Los niños ya no están guiados por la niña. Tiene que haber alguien que los está guiando. No es indígena, es algo de esa región”, agregó.
Los niños pertenecen a la comunidad indígena muinane, cuya creencia considera la existencia de espíritus en la selva. Teniendo en cuenta este detalle, Fidencio Valencia hizo un llamado para que los indígenas de la región ayuden desde la parte tradicional, con el idioma o el conocimiento sobre espíritus.
Operación Esperanza: continúa la búsqueda de los cuatro niños desaparecidos en siniestro de avioneta en Caquetá
Aunque la búsqueda inició el mismo primero de mayo, día del siniestro, la Operación Esperanza se establece como un objetivo y estrategia militar días después, completando hoy 19 de mayo, 14 días de arduas labores de búsqueda en la selva del Caquetá.
Los hermanos de 13, nueve y cuatro años, y el bebé de 11 meses siguen desaparecidos luego de que la aeronave en la que viajaban cayera en la Amazonia colombiana hace más de dos semanas. Allí, más de cien soldados buscan a los menores y siguen pistas que sugieren la posibilidad de que haya al menos un sobreviviente, de acuerdo con el Ejército Nacional.
Dicho esto, SEMANA tuvo acceso a un video en el que muestran a los efectivos del Ejército y de las Fuerzas Especiales haciendo recorridos en la selva entre Guaviare y Caquetá, realizando labores y tareas de perifoneo diurno; en ancho frente, las Fuerzas Militares hacen el rastreo y búsqueda de pistas que permitan ubicar a los cuatro pequeños.
Por cielo y tierra
Árboles gigantescos de hasta 40 metros, animales salvajes y fuertes lluvias dificultan la búsqueda. No obstante, la selva no ha sido inconveniente para que indígenas de pueblos cercanos se sumaron a las labores de rescate.
En paralelo, la Fuerza Aérea recorre la selva tupida con tres helicópteros y en compañía las Fuerzas Especiales del Ejército adelantan la búsqueda de los menores bajo la denominada Operación Esperanza.
Uno de ellos lleva un parlante capaz de cubrir un área de cerca de 1.500 metros con un mensaje grabado por la abuela de los menores. En lengua huitoto, la mujer indica a sus nietos que los están buscando y les pide no seguir avanzando por la selva.
Las autoridades no han informado las razones del vuelo de la familia de origen indígena. Según se ha conocido de forma extraoficial, uno de los pasajeros era un líder de esa comunidad.
En esa región el acceso es difícil, se puede ingresar por río o por aire, pero no cuentan con carreteras y algunos pobladores suelen viajar en vuelos privados.
Por otra parte, vale la pena recordar que el piloto reportó problemas en el motor de la aeronave minutos antes del siniestro, de acuerdo con el cuerpo oficial de atención de desastres.