El ministro de Justicia, Wilson Ruiz, entregó un informe revelador sobre la situación de personas que se inyectan drogas en Colombia. En primer lugar, Armenia y Cúcuta presentan las prevalencias más altas de VIH, sífilis y hepatitis B y C en personas que se inyectan drogas.

El estudio de prevalencia de VIH, hepatitis B, hepatitis C y sífilis y comportamientos asociados en personas que se inyectan drogas en seis ciudades de Colombia, estimó “la prevalencia de las enfermedades mencionadas y analizó los comportamientos asociados al consumo de sustancias psicoactivas en personas de 18 años y más que se inyectan drogas”.

El panorama es estremecedor a nivel nacional. Quindío y Norte de Santander ―donde se presentan las más altas prevalencias―, más del 60 % estaba entre los 25 y 44 años, ganaba menos de un salario mínimo y pertenecía al régimen subsidiado. En cuanto al consumo de sustancias, las mayores prevalencias estaban relacionadas con heroína, marihuana, cigarrillo, alcohol, bazuco y metadona.

Algunos de los datos más relevantes de la investigación son los siguientes:

  • Medellín, Cali, Pereira y Cúcuta presentan el mayor consumo reciente de heroína (últimos seis meses).
  • En Cali, Pereira y Armenia se identificaron los mayores consumos de bazuco en los últimos seis meses, con porcentajes superiores al 70 %, y en Armenia y Cúcuta. Esta sustancia se empieza a consumir, en promedio, a los 13 años.
  • La prevalencia de VIH en Cali fue del 23,9 %; en Pereira/Dosquebradas, del 17,6%; en Medellín, del 11,2 %; en Armenia, del 6%; en Cúcuta, del 4,6%, y en Bogotá, del 3,2%, entre consumidores de sustancias inyectadas.
  • En cuanto a hepatitis C, el indicador fue del 80,2 % en Cali. Le siguen Pereira/Dosquebradas (71,4 %), Armenia (69,6 %), Cúcuta (62,8 %), Medellín (32,7 %) y Bogotá (10,7 %), entre consumidores de sustancias inyectadas.
  • Respecto a la sífilis, la mayor positividad se identificó en Armenia (16,6 %), seguida por Cúcuta (15 %) y Cali (11,8 %), entre consumidores de sustancias inyectadas.

“Estos hallazgos resultan preocupantes (...) y enfatizan en la necesidad de fortalecer los procesos de planeación territorial con intervenciones e iniciativas colectivas dirigidas a la reducción de riesgos y daños en esta población, con el fin de generar un gran impacto, disminuyendo las conductas de riesgo y mejorando las prácticas a la hora de inyectarse”; señala el informe.

“Entre junio y diciembre del año anterior se realizó un muestreo dirigido en el que participaron 1.733 personas que se inyectan drogas en Bogotá, Cali, Medellín, Pereira/Dosquebradas, Armenia y Cúcuta y en el que se aplicó una encuesta estructurada. El diagnóstico de las cuatro enfermedades se logró gracias a la aplicación de pruebas rápidas que se utilizan en programas poblacionales de tamizaje y requieren una muestra de sangre”, señala el informe.

La investigación la hizo un grupo de entidades lideradas por Ministerio de Justicia y del Derecho y del que también hacen parte el Ministerio de Salud y Protección Social y la Empresa Promotora del Desarrollo Territorial (ENTerritorio), en articulación con la Fundación Salutia y la Universidad CES.