El contralor de Antioquia, Sergio Zuluaga, llegó el pasado 16 de abril al hospital público La María de Medellín -la misma entidad que tiene por obligación auditar- con un solo objetivo: "mejorar el contorno corporal". Ese día, Zuluaga pasó de fiscalizador a paciente. Aunque Semana.com no conoció ninguna historia clínica por ser objeto de reserva, fuentes médicas confirmaron que su diagnóstico fue una alteración del tejido graso. Su procedimiento -distinto a como ocurre normalmente en los hospitales públicos- fue atendido con prontitud. Tanto así que dos días más tarde, el 18 de abril, Zuluaga ingresó a cirugía. Sin embargo, primero se habría realizado una prostatectomía abierta (que se refiere a la extracción de la próstata) y luego le practicaron la liposucción. La cirugía estética del contralor tiene características muy similares a otras a las que se sometieron familiares del gerente del hospital, William Marulanda Tobón, quien lleva dos períodos en su cargo. Marulanda, cuya gestión es fiscalizada por Zuluaga, fue ratificado por el gobernador Luis Pérez Gutiérrez por solicitud de la junta directiva del hospital. El nuevo ciclo de Marulanda empezó desde el primero de abril del 2016 y va hasta el 31 de marzo del 2020. Para sus cirugías estéticas, tanto el contralor como familiares del gerente vieron en la E.S.E La María -un hospital que hace 70 años atendía a personas de bajos recursos que padecían tuberculosis- la mejor opción. Fue el caso de una hermana del gerente, cuyo nombre Semana.com omite. Ella llegó por una hernia el 15 de noviembre del 2015. Las mismas fuentes médicas indicaron que al igual que el contralor, fue diagnosticada por una alteración del tejido graso. El 16 de noviembre, es decir, un día después, a la paciente le practicaron una abdominoplastia, más otra cirugía de implantes de mama. Días más tarde, la hermana del gerente se sometió a una liposucción en tórax, abdomen y muslos, además de una gluteoplastia. A través Plan Obligatorio de Salud (POS), a la mujer se le facturaron conceptos como transfusiones de sangre, radiografía de cráneo, medicinas y la habitación, que costó 541.200 pesos. En el caso del contralor, también se le facturó, a través del POS, la habitación por un valor de 318.300 pesos. Otra hermana del gerente también vio en la E.S.E La María la posibilidad de hacer realidad un cambio en su apariencia. El 29 de enero pasado, la mujer llegó al hospital para mejorar su "contorno corporal" y las formas de sus senos. En efecto, su cita tuvo un ágil resultado. Un día después del diagnóstico, la paciente se realizó procedimientos estéticos en el abdomen, los glúteos y los senos. Semana.com conoció de otra familiar de Marulanda Tobón que también usó los servicios del hospital para varias cirugías. Entre ellas una liposucción abdominal que fue facturada por un precio de 584.800 pesos. Al ser consultado por este portal, Marulanda Tobón aseguró que las cirugías estéticas a las cuales se sometieron sus familiares fueron pagadas de forma particular y no se incluyeron dentro del POS. “Como gerente no me enteré mucho de la situación, pero mi exigencia fue que pagaran como particular y me informan que la cosa se hizo con toda la transparencia”, dijo. Semana.com: ¿Pero esas cirugías se incluyeron dentro del POS? William Marulanda Tobón: Eso no debe estar incluido dentro del POS. Pero por ejemplo, una persona puede tener una hernia umbilical y la pueden corregir y por ahí derecho le hacen otro procedimiento, o sea, hay procedimientos mixtos. (…) En esas cirugías puede haber múltiples pagadores, hay medicamentos que están dentro del POS y otros que son no POS. Semana.com: ¿Usted habló con el contralor antes de la cirugía? ¿Supo que se iba a operar en la entidad a que audita? W. M. T: No directamente conmigo. El departamento médico, y directamente el subgerente, posiblemente hizo las gestiones. Y la parte de mercadeo. Y sí fui muy consciente de que él se operó en la institución. Fui consciente que dije, ‘ojo con la factura’, porque yo soy una persona muy legalista. Hasta este momento estoy casi completamente seguro de que pagó. Semana.com: ¿Cuántos familiares se han operado allá? ¿Los precios corresponden a la tarifa del hospital? W. M. T: Realmente no tengo conocimiento, pero el hospital tiene una política general como cualquier otra, que dice que todo empleado del hospital o familiares de los empleados se les hace un descuento siempre y cuando paguen como particulares. Ese es el gancho para que se genere flujo de caja. Semana.com: ¿Cuánto descuento le hicieron a sus hermanas? W. M. T: No estoy enterado. Y no quiero equivocarme. En un debate de control a tres hospitales de Medellín, el concejal Bernardo Alejandro Guerra sacó tiempo para referirse a la situación de la E.S.E. La María, entidad que viene investigando. Frente a las cirugías estéticas del contralor y de los familiares del gerente, aseguró: “Es inaudito que la persona que audita un hospital se haga una cirugía estética allí mismo. Eso es por mera decencia. Ese debería ser el hospital destinado para los pobres. Es inaudito que, al indagar, el contralor ingrese por un tema estético, luego hablen de una prostactetomía, luego de una liposucción y después le den de alta. O por ejemplo, ¿cómo es posible que alguien va por una hernia y termina haciéndose todo un combo? (como el caso de una de las hermanas del gerente). El hospital es público y fijo todo entra al hospital. No creo en esas dobles facturaciones. ¿Qué buscaban? ¿Cobrarlo al sistema?” Las actuaciones del gerente no han sido ajenas a los entes de control. Al ser La María una Empresa Social del Estado, Marulanda deberá explicar, por ejemplo, por qué algunos de sus familiares están en la nómina de la entidad. El pasado 5 de octubre, la Procuraduría le solicitó al hospital que le allegara documentos respecto del vínculo laboral de Johana Bedoya Tobón, jefe de personal; Liliana Tobón, jefe de archivo, y Diego Ceballos Meza, subgerente de la E.S.E. El oficio de la Procuraduría lleva el carácter de “urgente” dentro de un proceso disciplinario que adelanta. El Ministerio Público quiere saber si Johana Bedoya Tobón y Liliana Tobón Garcés son primas del gerente. Y si Diego Ceballos es esposo de una de ellas.Lo anterior cobra relevancia si se leen las inhabilidades, incompatibilidades y conflictos de intereses a los que pueden incurrir los servidores públicos. En uno de los apartes de esta reglamentación dice: “estos no podrán nombrar como empleados a personas con las cuales tengan parentesco hasta el cuarto grado de consanguinidad”. En el cuarto grado están justamente los primos.Al ser consultado, Marulanda dice que tanto Johana como Liliana son familiares, pero no en cuarto grado de consanguinidad. Sin embargo, no especificó el lazo que los unía. Frente a Ceballos, que es el subgerente del hospital, señaló que es esposo de una sobrina. Y que el matrimonio se dio más de un año después de haber sido nombrado en tan alto cargo. “Por ser un funcionario tan probo no vi razones para desvincularlo”. Semana.com se comunicó con el contralor Sergio Zuluaga, quien aseguró que prefirió realizarse el procedimiento en un hospital como La María porque es especializado y le ofrece todas las garantías y la seguridad necesarias. Aclaró que pagó el procedimiento como particular y aseguró que “también se le pagó al médico que tenía que hacer la intervención como tal. Tengo cómo demostrar todos los elementos. (...) Nada se incluyó al POS”. Dijo además que haría llegar las facturas correspondientes a los procedimientos estéticos.Sobre el tema de las dos cirugías (la de la próstata y la estética), prefirió no hablar ni confirmar si fueron o no el mismo día. “No utilicé ningún tipo de artilugio para exponer una enfermedad con otra”, dijo.Frente al tema, el concejal Guerra se preguntó: “¿Por qué el contralor de Antioquia, que hace parte del régimen contributivo, se practica estas cirugías en un hospital público?”