Como sacado de una película de Hollywood se conoció de la estafa a un grupo de personas de la élite bogotana en 2022 por un canadiense, quien llegó al país con la promesa de convertir aire en plata a través de los reconocidos a nivel mundial bonos de carbono.
El negocio lo planteó el canadiense Gerald Thomas Liddle, un empresario de 58 años que se mostraba como un destacado experto internacional en el campo de las ciencias climáticas y forestales, además de presentarse también como experto de mercado de fijación de precios del carbono.
La investigación, revelada por el portal ‘La Silla Vacía’, revela que entre los estafados se encuentran una empresa minera y 13 colombianos, en una estafa que podría superar los $ 2.200 millones en sueldos, arriendos y lo que se perdió de los inversionistas.
Entre estas personas se encuentra el exministro de Ambiente, exprecandidato presidencial y ex alto comisionado para la paz, Frank Pearl, quien habría perdido alrededor de $ 56 millones dentro de los acuerdos monetarios a los que llegó con el empresario Liddle.
Pearl fue la punta de lanza de Liddle en la red de relaciones que alcanzó a tejer y explotar, según revela el medio de comunicación, ya que esto permitió enlazar a la empresa RainTree con el Ministerio de Medio Ambiente, organizaciones no gubernamentales y empresas públicas y privadas.
La intención era la compra de bonos de carbono, por lo cual empresas interesadas en este negocio, potenciales inversionistas, llegaron de la mano de Pearl, como es el caso de Alquería, Colombian Natural Resources, Visión Amazónica, Ecopetrol y hasta el propio Ministerio de Ambiente.
El ex alto comisionado para la Paz del Gobierno de Juan Manuel Santos no tuvo influencia directa en lo que estaba tramando el empresario canadiense, por lo que al final terminó alertando a los inversionistas para que no dieran más plata.
“El tipo se portó como un hampón. No sé exactamente todo lo que hizo, pero se portó muy mal y le robó el trabajo a un poco de gente, incluyéndome a mí”, le dijo Pearl a La Silla Vacía, al tiempo que manifestó que trató de alertar a los inversionistas cuando Liddle se fue de Colombia.
La Silla Vacía reveló en su investigación que este canadiense presentaba un documento con su propuesta en la que tenía un rótulo de “Confidential Memorándum”, donde afirmaba que TrainTree “comenzó a posicionarse para celebrar un acuerdo de proyecto maestro con el Gobierno de Colombia”, cuando en realidad no había estado ni cerca de concretar inversiones públicas.
Según la investigación, el empresario canadiense se dio la buena vida en Bogotá desde que llegó a comienzos de 2022, pero cuando se empezó a encontrar de frente con los potenciales inversionistas, su discurso empezó a debilitarse y no logró encajar de la mejor manera la idea que tenía.
En el artículo publicado por el medio de comunicación relatan que Liddle logró sentarse con la entonces viceministra de Ambiente de Petro, Sandra Vilardy, y el presidente de Alquería, Carlos Cavelier, quien manifestó a La Silla Vacía que aunque la propuesta era interesante, no veía que tuviera los recursos para arrancar el proyecto.
En la misma línea se pronunciaron empresas como Ecopetrol, Visión Amazonia y el Instituto Von Humboldt, que no le copiaron por completo la idea del empresario, quien se fue a los Estados Unidos a finales de 2022, desde donde siguió acumulando deudas en Colombia.
Los empleados y las relaciones del canadiense
Entre las deudas que seguía acumulando en Colombia se cuenta el trabajo de muchos empleados que había contratado y que seguían laborando, así como el costo de un lujoso penthouse en el barrio Rosales, del norte de Bogotá, que siguió acumulando el costo de los intereses.
Según una carta de cobro de la inmobiliaria, conocida por ‘La Silla Vacía’, para febrero de 2023 la cuenta sumaba $ 191 millones. A esto también se sumó que la empresa minera estaba a la espera de la ejecución del proyecto por el que había pagado 100.000 dólares.
Entre los socios de la empresa RainTree Colombia, que nació oficialmente el 25 de agosto de 2022, figura Rodrigo Vivas, un empresario que conoció a Liddle a través de amigos en común y tenía acceso a altos círculos de plata y poder en Bogotá, teniendo en cuenta que su familia es dueña de la Hacienda San Rafael y el Centro Comercial San Rafael.
Según cuenta ‘La Silla Vacía’, Liddle reclutó a su equipo mostrando experiencia y el conocimiento para hacer una siembra masiva de árboles en Colombia, y competir en el mercado de bonos de carbono.
En esa red de relaciones de Liddle en Colombia también se encuentran, según la investigación del medio de comunicación, los contratistas Juan Camilo Turbay y Cristina Ángel, y los empleados Daniel Perry, Alexandra Crane, Ana Ochoa, Inés Mejía, Joaquín Caballero, Andrea Benítez y Laura Bohórquez.
Rodrigo Vivas, quien firmó como único responsable legal de RainTree Colombia, debido a que Liddle no quiso hacerlo por ser de otro país, el pasado 9 de febrero denunció a Gerald Thomas por estafa agravada en la Fiscalía. Es la única acción legal contra el hombre en Colombia.