“Mami, quiero decirte algo”, dijo la voz temblorosa de una niña de tres años la mañana del 17 de enero en la puerta del cuarto de sus papás. A esta pequeña, que llamaremos Amelia, se le sentía el miedo. Su mamá, de inmediato, se levantó de la cama y escuchó a su hija. “Es que no sé por qué la miss me dice que si te digo tú te vas a enojar”.
La mujer, un poco conmocionada, la llenó de seguridad y le preguntó a quién se refería directamente. “A miss Teissha”, se escuchó en su voz aguda.
La niña se refiere a Teissha Ariza, docente del American Garden, uno de los jardines más prestigiosos de Bogotá, que enfrenta un proceso laboral disciplinario por presunto maltrato físico y psicológico al grupo de párvulos.
Este jardín cuenta con más de 38 años de servicio y es uno de los semilleros del Colombo Británico, considerado uno de los colegios más prestigiosos del país.
Amelia, para hacerse entender mejor, acudió a la mímica, describió a la profesora y le dijo a su mamá lo que sucedió el día anterior. “Yo estaba corriendo. Ella me agarra de los brazos, me mira los ojos, me arruga la cara y me dice que me va a encerrar en un salón. Me dijo que yo era una niña mala y que si te contaba, tú te enojabas conmigo”.
Según le dice la mamá de esta menor a SEMANA, su hija, que asiste desde los dos años al American Garden, empezó a adquirir comportamientos inusuales desde que comenzó en la jornada de ocho de la mañana a tres de la tarde. Pasó de ser una niña tranquila a mostrar constante enojo y tristeza. “Llegaba con pellizcos y morados en las piernas”, revela la madre.
Aturdida por lo que descubrió esa mañana, acudió al jardín de inmediato. Fue recibida por la coordinadora académica, Magdeleine Rozo, que al escucharla aseguró que no había recibido quejas de Teissha, quien trabajó durante cuatro años en la institución. “Meto las manos al fuego por ella”, dice que le respondió Magdeleine.
La mamá de Amelia no solo argumentó maltrato físico y psicológico, también insistió en hablar con la docente que su hija reconoció como presunta agresora. Según dice, Teissha Ariza aceptó lo que hizo. “Sí lo hice, sí la cogí de los brazos, la miré con enojo. La próxima respiro y me controlo más para no descargarme con la niña. La senté en el piso y le dije que la encerraría en un salón”, afirma la mamá que le confesó Ariza.
Además, llamó a la madre de una de las amiguitas de su hija, que llamaremos Juliana, para contarle lo sucedido. Juliana, que es menos expresiva que Amelia, le contó a su mamá que efectivamente a ella y a su compañerita las regañaron y las sentaron fuertemente en el piso. La pequeña, además de reconocer a miss Teissha, habló de “miss Sandrita”, refiriéndose a Sandra Piñeros, quien, al parecer, estuvo presente mientras sucedió todo y no hizo nada.
Esta mamá también decidió acercarse al jardín. En la institución le explicaron que fue un llamado de atención respetuoso, pero ella exigió ver los videos de seguridad. Lo hizo delante de la asistente administrativa, que tiene acceso a las cámaras, la psicóloga, la directora general y una coordinadora.
“En la escena se ve a mi hija gateando para ir donde su amiguita. Sandra Piñeros la hace volver a su puesto. Esta señora Teissha sale del salón, la coge de los dos antebrazos, la suspende en el aire, mi hija parece forcejear, y la miss, a la fuerza, se la lleva al salón. Se nota la sevicia. Mi hija no estaba haciendo nada. Estuvo en ese salón durante tres minutos y no sé qué pasó”, cuenta, entre lágrimas, la mamá de Juliana. Según relata, la reacción al video de las otras personas en la sala incluyó el llanto de Clara Inés Salcedo, directora general del American Garden.
Ante los hechos, con el reconocimiento de lo sucedido por parte de Teissha Ariza, la supuesta complicidad y el silencio de Sandra Piñeros y lo evidenciado en el video, según denuncian las mamás, el American Garden no activó los protocolos de manera inmediata. SEMANA tiene en su poder los comunicados del jardín en los que se pronunciaron dos días después del hecho. Es decir, el 18 de enero.
En el primero explicaron que el comité laboral iniciará un proceso disciplinario a las docentes y que serían relevadas. “Por el momento, la docente Teissha Ariza será relevada de la función de acompañamiento con el grupo de Párvulos durante el descanso de la tarde. Respecto a la docente Sandra Piñeros, continuará realizando sus funciones hasta obtener la respuesta definitiva por parte del comité laboral”.
Más tarde, en otra misiva, anunciaron otra decisión. “El jardín, junto con el comité laboral, ha tomado la decisión de separar temporalmente de sus cargos a las docentes Teissha Ariza y Sandra Piñeros mientras se concluye el proceso disciplinario que ya inició”.
Una de las mamás exigió que le entregaran el video que muestra el presunto maltrato a las niñas, y el jardín se negó el 19 de enero. “Dentro de estos procesos disciplinarios, el video captado será tenido en cuenta como un elemento probatorio. Sin embargo, debido a las limitaciones que tenemos en materia de transmisión de datos personales, al jardín no le resulta posible entregarles el video”, afirmó el comunicado.
SEMANA buscó insistentemente una respuesta oficial de la institución mediante correos, llamadas y mensajes en sus canales oficiales. Según argumentaron, la línea telefónica del jardín presentó fallas. No obstante, el viernes 26 de enero este medio se acercó a las instalaciones y allí sí hubo una respuesta escrita. Insisten en que la razón de ser del jardín es el cuidado y bienestar de los menores.
Aceptaron que el hecho ocurrió y que “estuvieron involucrados dos docentes y dos estudiantes durante el horario de juego y de descanso, en donde una de las profesoras las alza de manera inadecuada para prevenir situaciones de conflicto”.
Además, por su política y principios separaron a las maestras de sus funciones e impulsaron procedimientos disciplinarios. “Ambas docentes ya no pertenecen a la institución”. Alegan, pese a las pruebas obtenidas por SEMANA, que activaron de manera inmediata el protocolo de atención informando a la Secretaría de Educación del Distrito y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y que esta es una situación “atípica en la comunidad”.
La Secretaría de Integración Social confirmó que la próxima semana harán una visita de inspección y vigilancia al jardín.
Más denuncias
SEMANA habló con otras cuatro madres y una profesora que trabajó hace cinco años en el jardín. Todas las versiones coinciden en que los presuntos maltratos ocurren después de la hora del almuerzo.
Las madres conocieron estos tratos a sus hijos gracias a que una de ellas las invitó a disfrutar un cumpleaños infantil. Todas aseguran que la institución evita que los papás tengan reuniones entre ellos.
Jeraldine, otra de las niñas afectadas, habló de miss Teissha cuando escuchó que su mamá la mencionó en una llamada telefónica. “Mamá, ella es una miss que me coge duro, durísimo”, dijo, señalando con su mano el brazo izquierdo y apretándolo. Además, confesó que se burlaba de ella delante del salón si lloraba. La mamá de esta pequeña agrega que su hija se volvió a orinar en la cama, que sentía miedo constante, se tornó agresiva con su hermana y que le dijo que no volvería al jardín mientras estuviera esa docente.
Pablo, otro de los niños que manifestó sentirse igual a Jeraldine, hizo una escabrosa confesión. “Mamá, a mí en el colegio me secuestraron y me encarcelaron con una compañerita en un cuarto oscuro, y no me gusta”. Esa misma reacción la tuvo Sofía viendo a Rapunzel, por lo que la sacaron de la institución el año pasado. “Mamá, miss Martica es como la bruja de Rapunzel. Ella me dice todo el tiempo que si me porto mal, me va a dejar en un salón encerrada sola, así como la princesa”.
Lina, otra menor, también habló de los encierros a los que presuntamente era sometida en el jardín. “No me gusta ir al jardín porque hay una miss que me encierra. Miss Teissha me encierra con niños que no conozco cuando me porto mal”.
Una maestra que por más de cinco años trabajó en el American Garden no está sorprendida con los casos denunciados. “Mi trabajo hizo mucho ruido en el jardín y fue incómodo para mis colegas y las directivas. Las cosas que pasaban no las normalizaba, eran escandalosas. El maltrato también es gritar, amenazar y zarandear”.
No compartió la política de dejar a estudiantes sin recreo, quitarles el postre, direccionarlos hasta en su tiempo libre, sobornarlos con un dulce, minimizar con malas palabras sus esfuerzos y echarles con un espray agua en la cara. Renunció porque se enfermó. “American Garden te paga mejor que en cualquier otro lugar, pero a un costo muy alto. Es un lugar absolutamente castrador”, concluyó.