Un escándalo sacude a la Policía de Barranquilla luego de que la Fiscalía advirtiera que tiene pruebas sobre la posible participación de un mayor de la Policía en los actos criminales del Clan del Golfo. Al parecer, el oficial les cobraba coimas a los integrantes de la organización criminal para dejarlos trabajar en su jurisdicción. La información sobre las decisiones administrativas que se tomaron contra el uniformado fueron confirmadas por la propia institución.
La presunta participación del mayor de la Policía con el Clan del Golfo quedó en evidencia luego de investigaciones e interceptaciones telefónicas que les hicieron a varios integrantes de la organización en las que ponían de presente el nombre del uniformado, quien al parecer hacía exigencias económicas para no interferir en sus actividades delincuenciales.
Los audios fueron revelados durante la audiencia de judicialización a diez personas que fueron capturadas por hacer parte, presuntamente, del Clan del Golfo. Para lograr demostrar ante el juez el modus operandi de la organización, la Fiscalía reveló parte del material probatorio y allí se puso en evidencia la posible participación del integrante de la Policía.
El comandante de la Policía de Barranquilla, el general Luis Carlos Hernández, dijo que se le solicitó a la Fiscalía que se remita la pruebas que se tienen en contra del mayor.
“Le solicitamos a la Fiscalía que nos hiciera llegar los elementos materiales de prueba y nosotros procedimos aperturar las investigaciones disciplinarias y penales a que haya lugar. La Policía Nacional, en el marco de políticas de transparencia institucional, envía un mensaje a todos nuestros policías, nadie puede estar violentando y nadie puede salir de los preceptos constitucionales”.
Sobre el mayor se conoció que era comandante de una estación en Barranquilla, lleva 16 años de servicio y ahora está apartado de su cargo por hacer parte, al parecer, de una de las organizaciones narcotraficantes más peligrosas del país.
Sobre el Clan del Golfo es de recordar que recientemente fue capturado su máximo cabecilla, Darío Antonio Úsuga, alias Otoniel. En una operación policial y militar fue descubierto el capo del narcotráfico escondido en zona selvática de Turbo, Antioquia.
Hasta esa zona llegaron comandos especiales de la Policía y las Fuerzas Militares. Fue un contingente de más de 500 uniformados de distintas especialidades. Se tenía la información exacta de dónde estaba el capo, pero no se sabía con qué se podían encontrar los uniformados, por esta razón se diseñó una operación especial para enfrentar esta amenaza.
Luego de obtener las coordenadas, un equipo pequeño de cuatro hombres, unos comandos especiales del Ejército, fueron insertados a pocos metros de la casa de Otoniel. Durante varias horas estuvieron inmóviles, camuflados en medio de la selva para evitar ser detectados por los equipos de seguridad del narcotraficante. Su inserción se dio en horas de la madrugada, los militares estuvieron allí hasta el mediodía del siguiente día. Tras las largas espera, los uniformados esperaron el momento exacto y procedieron a la captura de Otoniel.
El máximo jefe del Clan del Golfo no opuso resistencia, solo les pidió a los uniformados que le respetaran la vida. Sobre Otoniel había una operación militar desde hace siete años, la operación Agamenón, que tenía como objetivo desarticular el Clan del Golfo. Durante ese periodo de tiempo la organización fue golpeada en todos sus niveles desde mandos bajos hasta la captura del máximo cabecilla.
Por Otoniel, según confirmó la Policía, se pagará una recompensa de hasta $ 3.000 millones a quienes brindaron información sobre su paradero. Estados Unidos ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por el cabecilla de la estructura criminal.