La elección del próximo contralor está candente. Este será el primer pulso que vivirá el nuevo Congreso, pues en ese puesto no solo se juega el futuro de una de las entidades con mayor control sobre la política y con amplia burocracia, sino el balance de las fuerzas en el Legislativo, en un Gobierno que apenas comienza.

El asunto resulta tan relevante que el Gobierno de Iván Duque, el petrismo y hasta el saliente contralor Carlos Felipe Córdoba se han visto involucrados en esta elección. Cada uno tiene a sus candidatos.

Hasta la semana pasada, las cuentas estaban relativamente claras. Durante el proceso, que tuvo varias etapas hasta la selección final de la lista de 10 candidatos elegibles, el Congreso saliente, en cabeza de la coalición de partidos que acompañó a Duque, se aseguró de que entre los finalistas quedaran candidatos afines a los partidos tradicionales y al saliente contralor Córdoba.

Pero también se encargaron de eliminar a dos de los aspirantes con los que tenía simpatía el petrismo: Julio César Cárdenas y Vladimir Fernández.

Sin embargo, con el escándalo que estalló en los últimos días por cuenta del supuesto desvío de dineros del fondo de recursos para la paz, todo se trastocó, pues tres de los 10 candidatos en contienda para la elección citada para el 3 de agosto y que estaban entre los favoritos resultaron salpicados en esta polémica.

El escándalo hace referencia al presunto cobro de coimas para direccionar los recursos del Ocad-Paz, que involucra a funcionarios del Departamento Nacional de Planeación (DNP), la Contraloría General de la República y algunos congresistas. Los sobornos serían del orden de $ 500.000 millones.

Uno de los mencionados es el candidato del Gobierno saliente, el exdirector de Planeación Nacional y exviceministro de Hacienda de Duque, el economista conservador Luis Alberto ‘Pollo’ Rodríguez, quien tenía a su favor a las bancadas del Centro Democrático y el Partido Conservador.

Rodríguez también había tenido acercamientos con congresistas de Cambio Radical, especialmente de la casa Char, para asegurarse el apoyo de esta colectividad.

Pero, tras el escándalo, su nombre ha venido perdiendo fuerza, especialmente porque en la Casa de Nariño hay molestia por el impacto que esto tendrá en la imagen del Gobierno saliente. Además, en la bancada conservadora se empezaron a generar dudas.

En el ojo del huracán también están dos candidatos cercanos a Córdoba, también mencionados en este supuesto entramado: Aníbal Quiroz, contralor delegado de la Unidad de Regalías y Juan Carlos Gualdrón, contralor delegado para el posconflicto.

Tal es el respaldo del actual contralor a estos dos candidatos, que pocas horas después de estallar la polémica, la Contraloría emitió un comunicado en el que respalda a Quiroz y a Gualdrón.

“La Contraloría General de la República respalda a los funcionarios Juan Carlos Gualdrón y Aníbal José Quiroz en cada una de sus actuaciones y conmina respetuosamente, en el marco de la colaboración armónica entre las instituciones, a que la Procuraduría General de la Nación y la Fiscalía General de la Nación investiguen a profundidad cada una de las actuaciones realizadas por los funcionarios mencionados, de manera que determinen si su accionar implica alguna responsabilidad en lo penal o disciplinario, y se llegue hasta las últimas consecuencias al respecto”, dice el comunicado

Estos dos nombres eran bien recibidos en los sectores que han venido apoyando a Córdoba, pero tras el escándalo ven como un costo político alto el llegar a elegirlos. Además, el Pacto Histórico, que tiene la bancada más grande del Senado, ya anunció que rechazará la aspiración de estos candidatos.

“La Contraloría es un antro de corrupción. Pido a la bancada del Pacto Histórico impedir que el actual contralor siga ejerciendo en cuerpo ajeno, después de manipular la lista de elegibles”, aseguró el senador petrista Gustavo Bolívar.

Pulso político

El principal objetivo del Pacto Histórico será no dejarse imponer un contralor cercano al uribismo, no se puede olvidar que la Contraloría es la encargada de hacerle control fiscal al Ejecutivo.

Como los sectores alternativos se quedaron sin candidato, en las últimas semanas han tenido acercamientos con algunos de los aspirantes que quedaron en la lista de 10 elegibles.

Una de sus cartas sería la abogada María Fernanda Rangel, directora de la Dirección de Información, Análisis y Reacción Inmediata (Diari).

Rangel trabajó con Juan Fernando Cristo, miembro de la Coalición Centro Esperanza, cuando este fue presidente del Senado y luego ministro del Interior.

Otro de los aspirantes que, según indicaron fuentes del Pacto Histórico, tiene cercanía con este sector político es Víctor Andrés Salcedo, de quien se está esperando si el propio Petro le da el guiño.

En los elegibles también está Andrés Castro Franco, cercano a sectores de Cambio Radical.

Y el ala petrista del Partido Liberal ya le hizo saber al nuevo gobierno su interés en poner contralor. De hecho, según conoció SEMANA, el senador Julián Bedoya ha intentado convocar a reuniones para tratar este tema, pero los intentos se han frustrado.

Esta elección resulta fundamental no solo por la importancia del cargo en discusión y el pulso que se juega entre el Gobierno saliente y el entrante, sino porque es parte de las discusiones que están teniendo los partidos para conformar bancadas de Gobierno.