Para todos en el sector de la tecnología, el contrato de adjudicación para darles acceso a internet a los niños era un “sueño”. Así lo recuerda Juan Carlos Cáceres, de Novotic, una fundación que hace parte de la Unión Temporal Centros Poblados.
“Era un tema inalcanzable... había que pelear con 30 o 40 compañías, las más grandes del mundo”, relató en su extenso testimonio a la Fiscalía, al que tuvo acceso a SEMANA.
El contratista narra como a cualquier aspirante se le hacía agua la boca. “Todo el mundo hablaba de eso”, sostiene. No era para menos. Se trataba de un negocio billonario que al comienzo planteaba poner más de 8.000 puntos en todo el país.
Los esfuerzos que hicieron por ganárselos correspondieron a esa ilusión y hoy estremecen al país. Se trata de uno de los escándalos de más impacto en los últimos años.
Cáceres cuenta que era tanta la expectativa que cuando la unión temporal Centros Poblados se ganó el millonario hubo júbilo en la oficina 601 de un edificio cercano al Parque de la 93, en Bogotá.
Emilio Tapia, el mismo que fue condenado por el carrusel de la contratación en la capital del país, brindó ese día con whisky junto a algunos de sus compinches. Había coronado: el contrato por un billón de pesos era suyo.
Juan Carlos Ángel Cáceres Bayona, dueño de la firma Novotics, era uno de sus socios. A la Fiscalía le dijo que piensa contarlo todo, con miras a lograr un principio de oportunidad. Su testimonio fue conocido en exclusiva por SEMANA.
“Ese día estábamos en las oficinas de la 93 en Bogotá, estaban Emilio, la esposa, Robert Gómez, yo, la doctora María Mónica Pino, el doctor Lucas, había otro abogado, y ese día llegó el momento de abrir los sobres”, les confesó Cáceres a los investigadores, el pasado 3 de septiembre.
Luego, cuando se dieron cuenta de que eran los ganadores del jugoso contrato, empezó la fiesta. “Yo inmediatamente celebré y todos celebramos, eso fue una gritería porque nos la habíamos ganado; yo me fui a una oficina, oré, lloré, llamé a mi esposa, llamé al doctor Oswaldo Medina y dije que Dios había hecho justicia porque nos la habíamos ganado. Abracé a Robert y lloramos, entonces ofrecieron una copa de whisky y después llegó el doctor Pino Ricci (...) Como a las 5:30 o 6:00 de la tarde nos fuimos a una cena todos los que estábamos ahí”, agregó Cáceres en su relato.
La escena más allá de ser episodio anecdótico refleja hasta que punto Emilio Tapia era el cerebro detrás de la organización de la Unión Temporal que iba tras el billonario contrato. El escándalo por las irregularidades que vinieron después le costó el puesto a la ministra de las Tics, Karen Abudinem.
SEMANA tuvo acceso a decenas de piezas procesales del voluminoso expediente de Centros Poblados en la fiscalía. “¿Qué papel tuvo Emilio Tapia en el desarrollo del contrato, y en los comités a los que usted hace mención?”. Si prende el ventilador, seguramente estremecerá al país como lo hizo en los tiempos del carrusel de la contratación.
Vea el testimonio completo de Juan Carlos Cáceres