Un sorprendente giro podría dar la investigación por el asesinato del esmeraldero Juan Sebastián Aguilar, conocido como ‘Pedro Pechuga’ y quien supuestamente fue ultimado por un francotirador el pasado 7 de agosto, en un lujoso conjunto en el norte de Bogotá.
Según reveló Blu Radio, Aguilar visitó en varias oportunidades la Casa de Nariño; la información difundida por la cadena radial señala que las entradas a la casa de gobierno se dieron durante el 2023 y fueron dos las veces en las que se le autorizó el ingreso.
El registro de la Casa de Nariño, al que accedió la emisora, indica que su entrada fue autorizada por la oficina de la Alta Consejería para las Regiones, de la cual la máxima responsable era Sandra Ortiz, quien fue salpicada por el escándalo de corrupción al interior de la Unidad nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD.
Fechas de las visitas de Aguilar a la Casa de Nariño
El primer ingreso fue registrado por la seguridad de la Casa de Nariño el 5 de junio de 2023, a las 12:37; según la minuta, Aguilar llegó al lugar para visitar a Danna Stephany Cortés García, pero en el asunto, descrito en el libro de registros, dice, según Blu radio, “reunión con Lina Ortiz” y señala la oficina 212 como lugar donde se dio el encuentro.
Ortiz fue contactada por el citado medio y ella se limitó a señalar que nunca se reunió con alias Pedro Pechuga y que ella solo era la que autorizaba el ingreso de los visitantes, también dijo que la oficina reseñada en la minuta, era en la que ejercía sus funciones Sandra Ortiz.
El otro ingreso descubierto fue el 12 de octubre de 2023, sobre las 12:58 de la tarde; al parecer, en la reunión llamada como “reunión regiones”, Aguilar se encontró con Danna Stephany Cortés García, una de las más cercanas asesoras de Sandra Ortiz, quien le dijo a la cadena radial que los detalles de los encuentros con Aguilar y las preguntas al respecto serían respondidas a las autoridades competentes.
Esposa de Aguilar se habría negado a entregar declaraciones
La investigación de la Fiscalía por el asesinato del esmeraldero Juan Sebastián Aguilar avanza y las hipótesis que salieron, con los hallazgos del proceso, empiezan a evaporar la cinematográfica escena de un supuesto francotirador como autor del crimen.
Además, resultó bastante particular para los investigadores que la esposa del esmeraldero, en los actos urgentes, posteriores al crimen, se negó a entregar declaraciones sobre los hechos, particularmente porque era ella quien estaba en la casa cuando el supuesto francotirador atacó al esmeraldero.
La declaración de la mujer, como testigo presencial de los hechos, resultaba fundamental para avanzar en la investigación, sin embargo, la Fiscalía tuvo que avanzar sin el testimonio y recurrir a otros actos de investigación que, por ahora, abrieron nuevos escenarios para indagar, empezando por descartar al francotirador.
Para los investigadores es bastante complejo que las víctimas no colaboren con administración de justicia, con los testimonios de quienes estuvieron en la casa del esmeraldero el día y la hora de su asesinato, y que podrían generar el esclarecimiento de los hechos. Sin embargo, la negativa resultó generalizada en los propios testigos.
El Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía encontró en los alrededores del conjunto residencial lo que sería una especie de colchoneta militar y un improvisado trípode de madera que dibujaba en el sitio una escena de película con una persona que, aparentemente, permaneció por varias horas mientras encontraba, de acuerdo con esa versión, el momento más oportuno para atacar.
Sin embargo, los resultados de criminalística, en especial de balística forense, advierten escenarios completamente distintos a la idea del francotirador y anticipan que el responsable de asesinar al esmeraldero estaría mucho más cerca que el francotirador que supuestamente se ubicó en una zona boscosa cerca de la vivienda.
Sería esta la razón para entender que los peritajes forenses, los estudios de necropsia al cuerpo del esmeraldero, se convierten en el elemento de prueba más importante en el curso de las investigaciones y que podrían descifrar lo que realmente ocurrió en el conjunto residencial, cuando la víctima se despedía de un sacerdote que ofreció una misa en la casa.