La médica María Paula Pizarro de Bucaramanga, de 27 años de edad, fue incapacitada más de un mes, después de haber recibido una golpiza por, según ella, el afamado cirujano cardiovascular Antonio Figueredo. En ese sentido la orden reseña: “Paciente quien requiere incapacidad por reposo total durante ocho días”, que fue desde el 16 al 23 de noviembre.
En la historia clínica, facilitada por María Paula a SEMANA, quedó registrada su versión del ataque: “Ya había pasado antes. Nos fuimos en el carro, yo estaba muy cansada y me quedé dormida. Cuando me levanté, él estaba revisando el celular completo, me dijo vagabunda y puta, me pegó el primer puño, me agarró del pelo y me botó al piso, me pegó un puño en el mentón. Entonces, me acostó y me quería ahorcar”.
El certificado médico señala que la paciente se encuentra en “regulares condiciones generales” y amplía sobre el estado de sus ojos, donde recibió varios de los golpes, “ojo izquierdo: a nivel de párpado inferior se evidencia equimosis, sin edema, párpado superior, con equimosis y edema”. El diagnóstico fue “violencia física”.
Además, el reporte médico de nueve páginas asegura que María Paula llegó con una “perforación timpánica”. En el resto del cuerpo su situación también revelaba el nivel de agresión que sufrió por el reconocido cirujano Figueredo, según la denuncia instaurada ante la Fiscalía: “Petequias a nivel del hemicuello izquierdo, a nivel de las mamas se evidencian mordeduras con equimosis y edema”, se lee en el documento.
Esa noche le hicieron a María Paula toda clase de exámenes y radiografías. Su odontólogo le diagnosticó fractura en tres dientes (número 11, 21 y 13) y “disminución de la apertura bucal”. De inmediato, le hicieron una restauración a María Paula en su dentadura.
Las fotografías que le tomaron la noche de la agresión a María Paula Pizarro hablan por sí solas. El ataque fue brutal y quién lo haya hecho debe pagar ante la justicia.
En entrevista con SEMANA, la joven compartió su estremecedora historia: “Llamé a mi mamá, le dije: ‘Me están pegando, el que me está pegando es Antonio Figueredo (...)’. Él me da un puño en el pómulo izquierdo y me vuela tres dientes”.
La joven el pasado 12 de noviembre vivió el peor día de su vida a manos de quien es considerado el más importante cirujano cardiovascular de Bucaramanga. Un héroe para sus pacientes y, paradójicamente, un monstruo para quienes serían sus víctimas.
La mujer aseguró, en entrevista con SEMANA, que supuestamente mantenía una relación clandestina con Figueredo, quien era amigo de su padre, prestigioso anestesiólogo de una clínica reconocida en la capital santandereana.
Ese día, según el testimonio de María Paula, ella salió con su presunto agresor a Macondo, un bar de Bucaramanga. Allí las cosas se habrían complicado, ya que, según la mujer, Figueredo la empezó a maltratar de forma verbal y psicológica.
“Él paga la cuenta con mi plata. Nos montamos al carro y empieza a decirme que yo no merecía ir a un hotel. Me lleva a una residencia, me pide que le baile, yo le digo que no; me quitó el celular, empezó a ver algunos mensajes de mis amigos, y me dio un puño en el ojo izquierdo. Me tiró al piso, me empezó a pegar patadas, yo me puse en posición fetal, como pude me subí al carro”, relató la mujer. Y agregó: “Luego me llevó al sótano de un parqueadero, se cogía la cabeza, decía: ‘Usted se tiene que perder, no se puede ir para su casa así, váyase para la casa de una amiga (...)’. Yo estaba muy asustada, le pedí a Dios que me ayudara, estaba temblando”.
La historia de esta joven médica es impactante y, según ella, no sería la única víctima de la presunta violencia que habría ejercido Figueredo de tiempo atrás, aparentemente, contra por lo menos otras 20 mujeres desde 2007. “Cada una decidirá si quiere denunciar”, aclaró María Paula.