Si hay una persona paradigmática en la política colombiana es Gustavo Petro. Su nombre produce mucha resistencia en el statu quo, pero al mismo tiempo despierta simpatías en varios sectores sociales. Es, si se quiere, una persona de odios y amores. El país le reconoce su oratoria, su don para el control político, que lo hizo protagonistas durante su paso por el Congreso. Desde la Cámara (2002-2006) realizó duros debates por todo el escándalo de la parapolítica, e incluso varios de sus señalados terminaron condenados por la Corte Suprema de Justicia.Reviva el análisis de los resultados de la Gran Encuesta a través de Facebook Live:
Y desde el Senado (2006-2010) se le recuerda por el liderazgo que asumió en todo lo relacionado con el escándalo de corrupción en Bogotá, pues que se haya destapado el cartel de la contratación de la administración de Samuel Moreno -su compañero en el Polo por muchos años- se debe en gran parte a sus investigaciones como congresista.Puede leer: Petro se trepa al primer lugar en intención de voto en la Gran EncuestaFueron dos periodos en el Capitolio en los que Gustavo Petro, desde la oposición a Álvaro Uribe Vélez, se catapultó a nivel nacional y se proyectó como un hombre con una alta capacidad combativa, dialéctica y electoral. Pero el mismo país que le celebró sus debates y denuncias desde el Legislativo, le ha cobrado con fuerza lo que se califica como una deficiente capacidad administrativa. Resulta que con la imagen nacional que había logrado, y tras renunciar a la militancia en el Polo por sus denuncias contra Moreno, Petro fundó su propio movimiento, Progresistas, y el 1 de enero de 2012 asumió la Alcaldía de Bogotá.Se puede decir que ahí comenzó a conocerse esa otra imagen de Petro, la polarizante, la que puso en el radar de los colombianos a una persona con mucha capacidad de crítica, pero con poca disposición a negociar con sus contradictores. Durante toda su gestión fue controvertido, al punto que salió del cargo por orden de la Procuraduría y regresó a él con ayuda de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.Llevó a sus seguidores a las calles, dio discursos desde un balcón del palacio de Liévano y libró una dura batalla jurídica, no solo por quedarse en el puesto, sino por evitar que una revocatoria de mandato que se impulsó en su contra diera frutos. Todos estos hechos, más las duras confrontaciones ideológicas que dio durante sus años en la Alcaldía, llevaron a que terminara su controvertido mandato con una imagen negativa que superaba el 70 por ciento en varias mediciones de opinión. No hay duda que Petro provocó una pelea de clases en la ciudad. Por eso es que sorprende, y a muchos sectores -no solo de opinión-, que ahora que Colombia se precipitó en un debate electoral para las elecciones de Congreso y de presidente, Petro lidere con porcentajes altos la intención de voto para el siguiente inquilino de la Casa de Nariño.Rodrigo Pardo, director editorial de SEMANA, analiza los aspectos más importantes de la encuesta:
Le recomendamos: ¿Quiénes son los votantes de Gustavo Petro?Su discurso siempre ha estado ligado a lo que califica como persecución política, pues siente que es un perseguido de los sectores tradicionales que no quieren que la Colombia Humana asuma las riendas del país. Argumenta que lo han perseguido por todos los frentes, incluido el judicial.Más allá de las polémicas, que no son pocas las que a diario compra -especialmente en las redes sociales-, Petro logró un cómodo 23,4 por ciento en la intención de voto de los colombianos en la primera Gran Encuesta del 2018 que Invamer realizó para SEMANA, Noticias Caracol y Blu Radio.En el pelotón lo siguen Sergio Fajardo, con el 21,6 por ciento, y Germán Vargas Lleras, quien logra el 14,8 por ciento. Los tres punteros son candidatos por firmas. Pero, ¿cómo se explica este salto con garrocha en las encuestas? Por un lado está la fuerza que conserva en Bogotá. A pesar de su polémica gestión, en los estratos 1 y 2 -en los que enfocó su administración- tiene mucha fuerza, pero en general en la capital tiene el 36,4 por ciento de intención de voto. La capital es un escenario atípico a nivel electoral, pues las maquinarias no funcionan igual que en otras regiones y el voto de opinión tiene mucho peso. Y con su discurso antisistema fue que se subió a la Alcaldía y ahora puntea en las encuestas; le habla a los jóvenes y a los indignados. El 39,2 por ciento de los consultados entre 18 y 24 años dicen que le darían su voto.Y, por otra parte, en la costa Caribe tiene el 35,5 por ciento de la intención de voto. Aquí también es fuerte porque es su tierra natal y le ha dedicado bastante tiempo de su vida pública. Además, en esta región también cobran fuerza las tesis de izquierda.En contexto: Abrumadora ventaja de Petro sobre CaicedoEs claro que la foto de febrero, mes en que se presenta esta Gran Encuesta de Ivamer para SEMANA, Blu Radio y Caracol Televisión, no es definitiva. También los es que el 11 de marzo, día de las elecciones de Congreso, el ajedrez político se reacomodará y los candidatos sin representación parlamentaria, o por lo menos apoyo, está demostrado que en el territorio nacional no cobran fuerza.Lo cierto de todo esto es que el discurso de Petro ante tanto descontento lo está enganchando con quienes dicen tener la intención de votar, pero ahora tiene el reto de convertir ese respaldo en votos. Su nombre genera mucha resistencia, por eso no le cuajó ninguna coalición grande, y es casi seguro que si pasa a segunda vuelta habrá una unión de fuerzas para atajarlo. Gustavo Petro habrá para rato, pero solo se sabrá de su viabilidad el 27 de mayo.