Seguridad y resocialización, es el binomio que el Instituto Nacional Penitenciario - Inpec, pone en marcha para combatir la corrupción en los centros carcelarios del país. El director de la entidad, el coronel Daniel Gutiérrez, aseguró que no sólo con operativos e intervenciones se puede extirpar el cáncer de la corrupción en las cárceles de Colombia.

Justamente en ese propósito, el Inpec impulsó varios proyectos de resocialización con internos de la cárcel La Picota, escenario de los recientes escándalos por hechos de corrupción y beneficios para privados de la libertad del pabellón de extraditables. Se trata de iniciativas que incluyen deporte, cultura y arte.

“Personas que participaron en eventos culturales, como una obra de teatro, danza o la orquesta, son situaciones que empiezan a generar confianza y resocialización efectiva para todos estos privados de la libertad”, dijo el director del Inpec.

El coronel Gutiérrez aseguró que las iniciativas de resocialización no solo fortalecen los proyectos personales y profesionales de las personas privadas de la libertad, sino que crea compromiso con las condiciones propias de su reclusión en las cárceles. Además, ayuda a eliminar los escenarios que otros internos aprovechan para convertir los pabellones de cárceles como La Picota, en balnearios.

“No todo es malo, como hemos dicho en estos días; hay siete programas que incluyen un ejemplo para que en todos los establecimientos del orden nacional se puede aplicar. Son personas ejemplo para los demás compañeros que se encuentran privados de la libertad”, advirtió Gutiérrez.

En todos los centros penitenciarios del país el Inpec inició una cruzada para luchar contra la corrupción, a través del arte y la cultura. | Foto: César Flechas - Semana

Para el director del Inpec, es crucial que los operativos e intervenciones que se adelantan y ordenan desde la dirección de la entidad, se acompañen de otros procesos que unidos se convierten en una estrategia directa contra la corrupción. Los proyectos de resocialización cumplen varias funciones, más allá de solo pasar tiempo en la cárcel.

“Hay entidades que nos están ayudando, también fundaciones en temas de música, de cultura, actuación y también tenemos representantes o cónsules en Derechos Humanos que son guardianes que constantemente están implementando el buen trato, siempre enfocados en la dignidad humana”, resaltó el director.

En La Picota, el Inpec ordenó una toma masiva de todo orden: administrativo y operativo para hacer borrón y cuenta nueva, con el nombramiento de Horacio Bustamente, en el cargo de director. En este centro carcelario se adelantó un operativo que se conoce como “tarjeteo”, que básicamente es un registro e identificación de detenido por detenido, hasta completar la totalidad de la población carcelaria en La Picota.

“Cuando hay cambio de administración, nosotros tenemos que realizar un conteo general de los privados de la libertad y ese conteo se realiza bajo la modalidad de tarjeteo, que es hacer una comparación decadactilar de cada uno de los privados de la libertad, cerciorándose de que la persona que está aquí sea y, conocidas efectivamente sus huellas dactilares, a efectos de prevenir cambiarlos”, dijo el nuevo director de la cárcel La Picota.

El Inpec aseguró que, así como se mantienen los procesos de resocialización que benefician a los privados de la libertad, continuarán con los operativos e intervenciones sorpresa en las distintas cárceles con el objetivo de erradicar hechos de corrupción.