“Estaban jugando con el arma de dotación al interior del búnker y le disparó al compañero a la altura del cuello, causándole la muerte”. SEMANA conoció el reporte de las autoridades sobre el reciente caso en donde resultó muerto un soldado bachiller por un compañero.
La víctima fue identificada con el apellido de Chacón y su presunto agresor con Benites. Los dos uniformados se encontraban, según el reporte, prestando el servicio de centinela al interior del batallón de Policía Militar #13, que presta la seguridad para Indumil.
Los uniformados al parecer se pusieron a jugar, cuando el arma de Benites se accionó, hiriendo gravemente a su compañero, quien murió dentro de la unidad militar. El presunto victimario quedó a disposición de las autoridades competentes para su respectiva judicialización.
Atención: reportan un soldado muerto en unidad del Ejército en Soacha
En las últimas horas se presentó un nuevo caso de un soldado fallecido, esta vez en el municipio de Soacha. Los hechos se presentaron en una unidad militar, en donde falleció el uniformado en extrañas circunstancias. Por el momento, la información que ha trascendido de manera extraoficial es que el incidente se presentó en el Batallón de Policía Militar #13.
Este caso, del cual el Ejército no ha entregado mayor información sobre lo ocurrido, hizo recordar el reciente hecho que se presentó en el Cantón Norte, en donde un soldado mató a su mejor amigo, otro soldado con el que estaba prestando el servicio militar.
Para el caso del Cantón Norte, los dos militares se encontraban haciendo chanzas, ocasionando que en medio de las bromas uno le dispara al otro causándole la muerte.
Exclusivo: la broma que terminó en tragedia en el Cantón Norte, donde un soldado asesinó a su mejor amigo de un disparo de fusil
Toda una tragedia envuelve a las familias de los soldados regulares Yan Carlos Ocasal Bonilla y Julio César Aguirre Aguirre. SEMANA conoció –en primicia– el expediente que se abrió en la Justicia Penal Militar por este caso.
Los dos uniformados eran grandes amigos, se cuidaban la espalda; para donde uno iba, el otro lo acompañaba, eran muy ‘mamadores de gallo’, como se dice popularmente. Por ser tan ‘llaves’, habían sido asignados para que estuvieran de guardia en las casas militares del Cantón Norte, conocidas como Santa Ana.
En medio de la misión que les habían encomendado los superiores, Bonilla y Aguirre planeaban qué iban a hacer con el permiso que habían conseguido y del cual iban a disfrutar en los próximos días. El más recochero, dicen fuentes militares, era Bonilla, quien desafortunadamente no midió el alcance fatal que tendría una de sus bromas.
Bonilla es un soldado humilde, con un ejemplo a seguir: su hermano mayor, quien también es soldado. El joven no pensó que una de sus chanzas fuera a terminar en una tragedia. El pasado jueves, en horas de la tarde, mientras cumplían la labor de brindar seguridad en Santa Ana, se puso a bromear con su fusil, omitiendo todo lo aprendido sobre el peligro de jugar con las armas.
En medio de las chanzas, el soldado Bonilla, sin querer, accionó su fusil, causándole una grave herida a su gran amigo, el militar Aguirre. Confundido por lo que había sucedido, la reacción de Bonilla fue la de huir del sitio, dejando a la suerte la vida de su lanza, quien infortunadamente murió horas más tarde.
Invadido por el miedo, Bonilla tomó rumbo desconocido para las autoridades y se internó en zona montañosa entre Bogotá y La Calera, hasta donde llegaron las autoridades luego de varios trabajos investigativos entre la Policía el Ejército.
El uniformado, a quien le cambió la vida en un abrir y cerrar de ojos, durmió entre la maraña de la selva, hasta que fue ubicado por las autoridades que lo encontraron en precarias condiciones de salud, estaba deshidratado, casi llegando a la hipotermia, sin alimentación y en estado de shock.
Luego de garantizar su seguridad y sus condiciones de salud, el soldado Bonilla fue trasladado a las instalaciones de la Fiscalía Penal Militar y Policía, que casi en tiempo récord logró recopilar todo el material probatorio en el sitio donde fue herido el soldado Aguirre, en el hospital donde falleció y donde fue encontrado el soldado Bonilla. Estos elementos fueron claves para agilizar el procedimiento de búsqueda, captura y judicialización del militar implicado en el trágico evento.
Un equipo especial de la Fiscalía Militar y Policial se hizo cargo del caso para poder resolverlo cuanto antes, al conocer que había un funcionario del Ejército evadido con un fusil y esto podría generar un riesgo para la comunidad.
Con los elementos obtenidos, la Fiscalía Militar y Policial imputó al soldado Bonilla luego de su captura tres delitos: homicidio, abandono de centinela y peculado. Tras la contundencia de las pruebas, el militar no tuvo otro camino que declararse culpable, según fuentes del proceso.