Lidio García causó controversia con el último de sus pronunciamientos como presidente del Senado, antes de entregar el cargo a Arturo Char. El político del Partido Liberal invitó a los parlamentarios a poner en discusión, nuevamente, "la conversión de Colombia en un Estado Federal, con la plena e indiscutible autonomía de sus regiones".
La propuesta, que es tan vieja como la misma instauración de la Constitución de 1886, cuando Rafael Nuñez dio inicio a la República de Colombia tras al menos dos décadas de federalismo, sería para García la mejor opción en tiempos de crisis por la pandemia. Aunque la efectividad de un estado centralizado se ha puesto en duda a lo largo de la historia, el coronavirus reveló con mayor contundencia la desigualdad en acceso a servicios básicos y recursos destinados a las poblaciones más apartadas de la capital del país. Como lo muestran los registros del Ministerio de Salud, el brote del virus se expandió rápidamente en aquellas poblaciones con precarios sistemas de salud, donde el traslado de los enfermos y los resultados de las pruebas diagnósticas tardan días en ser una realidad. "Sigue siendo inconcebible que las entidades territoriales tengan las funciones y peleen por recursos", añadió García durante la instalación del Congreso. Su propuesta causó revuelo en las fuerzas políticas del país que ven con recelo e intriga cómo sería posible volver a un Estado Federal en estos días. Juan Manuel Galán, senador de la República, respaldó la iniciativa diciendo: "Colombia Federal es un grito desesperado por el asfixiante centralismo nacional. Profundizar la descentralización es el camino, apoyar a las regiones para que puedan producir más recursos propios, el instrumento vital. Sin recursos la descentralización nunca pasará del discurso".
A su vez, el procurador Fernando Carrillo señaló, vía Twitter, que la propuesta es una "oportunidad de abrir el debate sobre la ausencia de la justicia a nivel local y rural". Sin embargo, este cambio es más fácil de plantear que de realizar. La reorganización administrativa y jurídica del país dependería de una reforma a la Constitución de 1991 de la que emana toda norma vigente hasta ahora. Sumado a que la propuesta debería pasar por un control político del Congreso en donde las bancadas entrarían en un constante tire y afloje que podría durar meses, incluso, los dos años que restan de legislación en el Gobierno Duque.
En el lado contrario, el representante Sergio Marín, del Partido Farc, resalta que el numeral ‘#ColombiaFederalEs‘ solo distrae la atención de lo que realmente importa en el debate de la nueva legislatura. "A las ratas corruptas les importa un bledo si Colombia es centralista, federalista, semipresidencial, parlamentario, una monarquía o una dictadura mientras se puedan robar todo. El problema es el régimen, no busquen más", escribió.
Por su parte, Clara Luz Roldán, gobernadora del Valle del Cauca, agregó que no ve posible un modelo federal en estos días, pero agregó que "sí debemos avanzar hacia un modelo de independencia financiera de las regiones, para que recursos se reinviertan en los territorios".
En el año 2000, un grupo de académicos presentaron un libro titulado el libro Anteproyecto de Constitución Federal para Colombia, elaborado durante dos años en Medellín por el Grupo de Estudios Constitucionales del Colegio de Altos Estudios de Quirama. La propuesta en sí recogía las mismas inconformidades que las planteadas actualmente y pese a eso solo quedó en una iniciativa archivada que no llegó a concretarse.