SEMANA: ¿Qué piensa de la carta de los antiguos líderes del Nuevo Liberalismo que decidieron renunciar al Consejo Nacional?

A.T.: Es una carta que apareció en medios porque nosotros no la recibimos. Es una carta extensa, un poco tratando de darle contexto a una decisión que finalmente lo que esconde es algo insólito: el desconocimiento a una sentencia del máximo tribunal de Colombia. En el Nuevo Liberalismo históricamente hemos creído en el Estado de Derecho y el acatamiento a los órganos supremos del Estado.

Entonces, que unas personas a nombre del Nuevo Liberalismo consideren que los fallos judiciales se pueden recibir con beneficio de inventario me parece poco menos que insólito. En la práctica, lo que hay detrás es que dentro de las personas que firmaron esa carta hay por lo menos dos que se opusieron al restablecimiento de la personería del Nuevo Liberalismo. Y durante los últimos cuatro años nosotros tuvimos toda clase de problemas u obstáculos para impedir que el Nuevo Liberalismo recuperara su personería jurídica y la actitud de ellos coincide con esas acciones.

SEMANA:¿ Quiénes son esas dos personas?

A.T.: Está Alfonso Valdivieso, miembro activo de Cambio Radical, y César Pardo, miembro activo del oficialismo liberal. Y lo que es increíble es que hayan participado en reuniones sin haber declarado ese impedimento, es decir, estar discutiendo sobre el futuro de un partido cuando siguen siendo miembros activos de otros partidos. Este partido es una amenaza particularmente para Cambio Radical y el Partido Liberal porque muchos de los ciudadanos preferirán acompañar al Nuevo Liberalismo. Hubiéramos querido que no hubiera esa confrontación. Entendemos que la gente está temerosa del surgimiento de este partido, pero lo que es increíble es que dos personas que actúan con esos intereses se estén pronunciando públicamente sobre la manera que se debe organizar el Nuevo Liberalismo después de haberse opuesto.

SEMANA: ¿Pero también firma la carta Iván Marulanda, quien ayer renunció a la Alianza Verde para saltar al Nuevo Liberalismo?

A.T.: Eso me pregunto yo. En el caso de Iván Marulanda, la Corte crea una regla especial en favor de él al permitirle regresar al Nuevo Liberalismo, su casa, sin incurrir en doble militancia. Esa parte de la sentencia le parece adecuada y correcta, pero el resto de la sentencia, donde se definen unas reglas basadas en la tutela, no. Esa parte le pareció mal. Creo que estamos hablando más de unas vanidades heridas que de cosas sustanciales. Él es un parlamentario valioso, un líder histórico del Nuevo Liberalismo, su participación y vigencia política son importantes y respetables en este país y nosotros le damos la bienvenida. Nos alegra mucho que venga a reforzar la actividad política del Nuevo Liberalismo. Nos parece un poco lamentable que haya quedado rehén de los intereses de estos dos personajes que se oponían al restablecimiento de la personería.

SEMANA: ¿El partido tiene claro que ellos renunciaron a la colectividad como tal o al Consejo Nacional?

A.T.: Uno no puede renunciar a lo que no es parte. Ellos lo que están es desistiendo de retomar funciones en el Consejo Nacional. La Corte en su sentencia dice que se puede integrar nuevamente un órgano máximo de administración con personas que fueron parte hace muchos años de ella, de la coordinación territorial y con los accionantes de la tutela que lograron el restablecimiento de la vida jurídica del partido. Una fórmula que encuentra la Corte, a mi modo de ver equilibrada y respetuosa con todos los actores, es convóquese a quiénes sigan vivos de ese viejo órgano de dirección, a quienes tuvieron representación en direcciones territoriales y a accionantes, militantes y fundadores del partido. La idea es que se conforme un órgano para que se tomen decisiones. Lo que sucedió es que, interferidos por estos personajes, lo que pretendían era que quienes recuperamos la personería renunciáramos a lo que la sentencia nos reconoce y les entregáramos todos los órganos y ni las gracias. Eso no es lógico, no tiene sustento jurídico ni político. Y lo que revelaba era una terrible soberbia, una vanidad herida.

SEMANA: ¿Qué pasó con ellos en estos 30 años? ¿Qué hicieron tras la muerte de Galán?

A.T.: Asesinan a Luis Carlos Galán y esa dirección se queda muda, callada, unos permanecen en el Partido Liberal, otros crean Cambio Radical, unos más han terminado en el uribismo y otros en partidos de izquierda, pero todo eso se dispersó y si ellos tenían algún tipo de liderazgo jamás lo ejercieron para mantener unida a la militancia. Durante treinta años no hubo ninguna acción o iniciativa para tratar de restaurar el partido. Y le quiero decir algo: asesinado Galán, una de las tareas más difíciles que emprendimos nosotros fue el esclarecimiento del crimen, estuvimos durante años vigilando los procesos y tratando de evitar las desviaciones en la investigación(…). Con excepción de Iván Marulanda ninguno de estos personajes que escribe la carta contribuyó en esclarecer el crimen de Galán y hoy se arropan en la bandera de los postulados y el ideario de Galán para reivindicar un liderazgo y una vocería que ellos mismos abandonaron.

En cambio, los accionantes durante los últimos tres meses les hemos estado enviando cartas invitándolos a que nos sentáramos para mirar cuál era el futuro del partido, los temas políticos(...).

SEMANA: ¿Qué pasará con Iván Marulanda? ¿Está o no en el partido?

A.T.: Él ya renunció, él se va a registrar nuevamente en el Nuevo Liberalismo, la sentencia se lo permite, se presentará como candidato al Senado por el partido. Estamos muy contentos de conformar una bancada con toda su experiencia y trayectoria. Es bienvenido.

SEMANA: Por último, ¿usted cómo llega a ser representante legal del Nuevo Liberalismo?

A.T.: Empecé con Luis Carlos Galán antes de que existiera el Nuevo Liberalismo, cuando él era senador liberal (...) Yo, a mis 19 años, firmé el acta de fundación del Nuevo Liberalismo, fui asistente de Galán en el Concejo de Bogotá y permanecí a cargo de esa función hasta el día en que el Concejo decidió remunerar a los asistentes. En esa época los concejales no tenían UTL; todo era voluntariado. Ese día le manifesté a Luis Carlos que mi acompañamiento con él nunca estaría mediado por remuneración, dignidades o recompensa. Jamás solicité estar en una lista o pedí una dignidad, pero si miran las actas estuve presente en todos los congresos y todas las convenciones y reuniones del Nuevo Liberalismo.