El atentado del pasado viernes que sufrió el presidente de Colombia, Iván Duque, mientras se transportaba en el helicóptero Black Hawk de la Fuerza Aérea (FAC) en la ruta entre Sardinata y Cúcuta (Norte de Santander), generó momentos de tensión entre la tripulación y varios funcionarios que acompañaban al mandatario durante el trayecto.
Cuando estaban a punto de aterrizar, los ocupantes relataron que sintieron “un ruido como si un destornillador se hubiera metido dentro del motor de la aeronave”, según relató uno de los miembros del cuerpo de seguridad del mandatario.
El helicóptero presidencial recibió seis impactos de bala en las palas (hélices) del rotor principal y cerca de la transmisión del rotor de cola. Duque iba acompañado del ministro de Defensa, Diego Molano; el ministro del Interior, Daniel Palacios, y el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, quienes tampoco resultaron heridos.
El teniente coronel Carlos Pérez, piloto que comandaba la aeronave al momento del ataque, reveló en las últimas horas detalles sobre el atentado que sufrieron en territorio nortesantandereano.
“Estamos entrenados para tomar decisiones y mantener la calma. Esto es producto del fuerte entrenamiento en el que hemos estado durante nuestra carrera militar”, aseguró el piloto de la FAC a través de un video publicado por el Ministerio de Defensa en su cuenta oficial de Twitter.
El mayor general Fernando Losada, Cmdte. de Operaciones Aéreas de la FAC, reiteró que los oficiales fueron entrenados en combate para que tuvieran la capacidad de sortear este tipo de situaciones. “Son pilotos con mucha experiencia volando helicópteros. Son los mejores que tenemos en nuestras titulaciones y prueba de ello es que llegaron a tierra con seguridad”, aseguró.
La aeronave UG60, que está equipada con dos motores, es una de las más usadas para este tipo de labores presidenciales debido a su seguridad. Sin embargo, el presidente dio la instrucción de realizar una investigación exhaustiva ante hechos notorios y ordenó salir de Sardinata (Norte de Santander) antes de lo previsto.
Entre la información que manejan las autoridades se cree que hubo alguien que advirtió a los delincuentes que el mandatario iba a bordo del helicóptero gris de la FAC. Horas después de los hechos, los investigadores encontraron dos de los fusiles desde donde salieron los disparos contra el helicóptero presidencial.
Las armas fueron halladas entre la maleza en el barrio La Conquista, de Cúcuta, a 1,2 kilómetros de la pista del aeropuerto Camilo Daza. Entre tanto, en la noche del pasado viernes hubo una junta de inteligencia y la Fiscalía activó un plan envolvente de interceptación de líneas telefónicas en el área.
En imágenes obtenidas por SEMANA, el presidente aparece acompañado del ministro de Defensa, Diego Molano, el fiscal Javier García, y algunos miembros de la Fuerza Aérea. Con una de las balas en la mano, Duque inspecciona el helicóptero, mientras escucha atentamente el reporte de los expertos.
De acuerdo con las autoridades que investigan el ataque, lo ocurrido en la ruta entre Sardinata y Cúcuta podría tratarse de una retaliación de narcotraficantes y de la extradición de cuatro guerrilleros del ELN a Estados Unidos.
Este sábado más de 40 asociaciones y unidades simbólicas de la Reserva Activa de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional emitieron un comunicado en el que se pronunciaron sobre el atentado.
“Rechazamos categóricamente el criminal atentado que se perpetró contra el señor presidente de la República cuando se desplazaba con los señores ministros de la Defensa y del Interior en territorio del departamento de Norte de Santander, en misiones especiales de Gobierno dentro de su agenda de trabajo”, señalaron en el documento en el que también calificaron los hechos como un “atentado contra la democracia, contra la institucionalidad y contra la nación en general”.