Medellín es una de las principales ciudades de Colombia y a medida que crece se enfrenta a los desafíos que trae la movilidad, que sin duda está relacionada con la seguridad vial. Según cifras de las Organización Mundial de la Salud (OMS), en promedio mueren por año 1,3 millones de personas en medio de siniestros viales. No siempre los que van dentro de un carro son los más afectados; por el contrario, los peatones, ciclistas y motociclistas son las principales víctimas. Y los más jóvenes (de cinco a 29 años) con frecuencia engrosan las estadísticas.

En los últimos tres años, solo en Medellín, cerca de 700 personas han muerto en siniestros viales y más de 5.900 resultaron lesionadas. Esas cifras reportadas por el observatorio de la Agencia Nacional de Seguridad vial hicieron que una estadista de la Universidad Nacional con sede en Medellín decidiera ubicar los puntos más peligrosos para los peatones en la capital de Antioquia.

Jully Patricia Saldarriaga Silva, candidata a magíster en Estadística, dejó claro en su investigación que la ciudad aún está en mora de georreferenciar sus accidentes para prevenirlos mejor. Analizó bases de datos de movilidad, población, usos de suelo y otros datos de Medellín, y los comparó para determinar con precisión dónde ocurren y hasta la posible trayectoria que llevaba el peatón.

“En este trabajo se aplicaron técnicas estadísticas para buscar explicaciones de los accidentes, tanto con heridos como con muertos. Actualmente, en los reportes de tránsito o policiales, el accidente se ubica en la esquina más cercana y no en la dirección exacta. Por eso no hay una adecuada lectura de qué cosas pueden influir en los accidentes, porque es claro que los peatones no solo cruzan por las esquinas”, dijo el profesor de Iván Sarmiento, quien asesoró la investigación.

Sarmiento también señaló que este estudio confirmó que la accidentalidad sí está relacionada con la velocidad. “Una de las soluciones que podríamos implementar es la reducción: si el límite se fija en 50 km/hora la ciudad no perdería competitividad y hasta se ahorraría tiempo porque no se cerrarían carriles enteros durante horas para atender incidentes”, explicó.

En un comunicado de la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín se explica que la investigadora Saldarriaga tomó como referencia la división de la ciudad en seis zonas, con base en los lineamientos del Departamento de Planeación de la ciudad, y revisó variables de jerarquía vial (si había autopistas, vía arteria, colectora, de primer o segundo orden), el flujo vehicular (circulación de taxis, motos, automóviles, buses y otros), el estrato socioeconómico de las zonas, el criterio de edades de sus residentes y los usos de suelo.

Durante el estudio solo se tuvo en cuenta la zona urbana de la ciudad, se excluyeron las veredas y los corregimientos. Una vez seleccionados los datos, se determinó qué trayecto tomó la persona para llegar al punto en el que ocurrió el accidente. Lo anterior fue importante, según la investigadora, porque permitió distribuir espacialmente accidentes y con regresiones se buscó si había relación entre accidentes y variables socioeconómicas.

Como resultado, se logró identificar los 10 puntos más peligrosos para los peatones en Medellín:

1. Campo Amor

2. Tricentenario Belalcázar

3. Suramericana

4. Conquistadores

5. San Joaquín

6. Patio Bonito

7. Guayabal

8. San Benito

9. El centro de El Poblado

10. Villa Carlota

La investigadora usó modelos estadísticos como Poisson y lineal generalizado. Además, indica que se propuso un mapa de calor construido con datos específicos de la ciudad por medio de un kernel (función de distribución), en los que se observaron las zonas en las que se ven más peatones involucrados en los accidentes (zonas rojas) y su relación directa con las vías de mayor velocidad como la Avenida Regional, Autopista Sur, Carrera 65 y Carrera 80.

La investigadora resaltó que, “aunque Medellín ha hecho trabajos como la implementación de semáforos, en algunas zonas como el centro es vital que la gente transite con precaución. Hay lugares como el sector de Zenú (norte) donde desde hace años hay alta accidentalidad y todavía no hay cruces seguros. La idea es que estos datos sirvan para que se revisen las zonas donde ocurren más accidentes”.

Finalmente, explicó que aunque se ubicaron los puntos con mayor mortalidad (peatones que murieron en otros accidentes), no se hizo un análisis estadístico más profundo porque las víctimas eran el 1 % de los accidentados, es decir que la muestra no era significativa.