A la senadora María Fernanda Cabal poco le gusta hablar del tema, pero las amenazas contra su vida son un secreto a voces que cada vez toman más fuerza en el Centro Democrático y distintos sectores políticos. Oficialmente, la Fuerza Pública no se ha pronunciado, pero la hipótesis más cercana es que provendrían de las disidencias de las Farc y el ELN, los dos grupos armados a los que Cabal ha cuestionado con vehemencia desde que inició sus labores en el Congreso.

SEMANA conoció que son dos los episodios donde la inteligencia confirmó las intenciones macabras de estas dos guerrillas. El primero sucedió tras una operación donde el Ejército dio de baja a varios guerrilleros del ELN. En el lugar encontraron unos dispositivos de comunicaciones donde aparece el nombre de María Fernanda Cabal y su familia. Lo preocupante, según conoció este medio, es que aparecen relacionadas direcciones de viviendas, oficinas y lugares que frecuenta la familia Cabal Lafaurie.

El segundo caso ocurrió tras la captura de seis disidentes de la Nueva Marquetalia en Cali, al parecer, conectados a algunos sectores de la primera línea, principal blanco de críticas de la congresista. A estos hombres se les incautó un computador y allí aparecían las fotografías, ubicación y otros detalles de los lugares donde frecuenta la senadora cuando visita el Valle del Cauca, entre ellos, una finca. La Fiscalía ya tiene abiertas dos noticias criminales e investiga de fondo el plan con el que pretendían atentar contra Cabal. Incluso ya hay fotografías de algunos posibles responsables.

El fiscal general, Francisco Barbosa; el director Nacional de la Policía, general Jorge Luis Vargas; y el ministro del Interior, Daniel Palacios, conocen el calibre de las denuncias y han estado al frente del caso.

Aunque Cabal maneja un esquema de seguridad por su papel en el legislativo, sus medidas de seguridad se han reforzado tras el anuncio de su aspiración presidencial y sus mensajes contundentes ante la opinión pública, donde cuestiona a la izquierda y especialmente a los grupos armados ilegales.

Este jueves, el precandidato presidencial de Centro Democrático Rafael Nieto puso el dedo en la llaga y en su red social Twitter confirmó lo que está ocurriendo contra la legisladora caleña: “Me ratifican que amenazas contra María Fernanda Cabal son serias y han sido confirmadas por fuentes distintas tanto en Policía como en Fiscalía”, dijo. Se solidarizó con la dirigente, su familia, y agregó: “Tengo la certeza, en todo caso, de que no la callarán. Tiene carácter, valentía y compromiso”.

María Fernanda Cabal es una mujer sin miedos, sin temores y con los pantalones bien puestos, como describen sus más cercanos colaboradores. Por eso, las intimidaciones en su contra no han sido un obstáculo para detener sus reuniones y desplazamientos donde avanza en su carrera política que le permitirán convertirse en la precandidata única del uribismo a la Presidencia o en una de las candidatas más fuertes en la lista al Senado del Centro Democrático.

Ella lideró una campaña de apoyo a la fuerza pública y al Esmad de la Policía tras la marcha del 28 de abril. Mientras gran parte del país rechazaba el papel de la institución y la izquierda divulgaba los casos de excesos de los miembros de la institución, Cabal los defendió. Incluso, los visitó y posó en fotografías al lado de la autoridad.

Las amenazas en contra de Cabal han despertado el apoyo del uribismo. El senador Ernesto Macías, con quien Cabal ha tenido diferencias públicas, expresó su solidaridad contra la dirigente y su familia. “Gracias a la inteligencia de la fuerza pública por haber detectado a tiempo el repudiable hecho, lo cual permitió al Gobierno reforzar su esquema de seguridad”, dijo.

El senador Carlos Felipe Mejía, también del Centro Democrático, expresó su solidaridad. “Rechazamos estos abominables hechos que pretenden callar su valiente voz”, expresó.

Las amenazas- según le confirmaron a SEMANA personas cercanas a la senadora- no le impedirán continuar con su carrera a la Presidencia. Al contrario, la han motivado a reforzar el contacto ciudadano en las regiones del país, entre ellas, Cali, su ciudad de origen, la más afectada por el paro nacional.