Durante los actos de reconocimiento de responsabilidad del Gobierno y las Fuerzas Militares en la plaza de Bolívar, en pleno centro de Bogotá, las víctimas de los falsos positivos aseguran que el Estado tiene pendiente una buena parte de la verdad sobre lo que ocurrió con sus seres queridos, muertos a manos del Ejército Nacional.
Cecilia Arenas, hermana de una víctima de falsos positivos, relató lo que sucedió con su familiar, de cómo se lo llevaron y lo asesinaron en zona rural del municipio de Floridablanca en el departamento de Santander, su hermano, al mismo que hicieron pasar como guerrillero muerto en operaciones militares.
Doña Cecilia estuvo en el acto de reconocimiento del Gobierno por este capítulo deshonroso para las fuerzas militares. Ella aseguró que la actividad de este martes constituye una victoria para las mujeres que durante años insistieron que sus familiares fueron asesinados, de manera brutal y por orden de altos mandos del Ejército.
“Este evento significa para nosotros algo de victoria, en el cual estamos mostrando que no era mentira lo que nosotros estábamos hablando, que estas viejas locas víboras y lloronas, siempre estuvieron diciendo la verdad. Nuestros hermanos, hijos y esposos, no fueron guerrilleros, ni mucho menos estuvieron en combate”, señaló la señora Cecilia.
Edilma Vargas, madre de Julio César Meza Vargas, un joven que fue asesinado por integrantes del Ejército y que fue presentado como muerto en operaciones militares, advirtió que aún falta un pedazo de verdad, que algunos militares comprometidos comparezcan ante la justicia.
La señora Edilma advirtió que hay un escenario político que sigue sin responsabilidad, los encargados de dar las órdenes, que no estuvieron en este acto de reconocimiento y responsabilidad. Además, de que el general Mario Montoya, el oficial de más alto grado, vinculado a este escándalo, sigue sin contar la verdad.
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