Horror y miedo. Eso es lo que sienten miles de campesinos, comunidades afros y líderes sociales en Nariño por el constante actuar criminal de los hombres de Iván Márquez. Agrupados en la denominada Segunda Marquetalia, el próximo 24 de junio instalarán negociaciones de paz con el Gobierno del presidente Gustavo Petro, en Venezuela.
SEMANA conoció los informes de inteligencia de la fuerza pública sobre el avance de la estructura criminal de Márquez en Colombia. Uno de los aspectos más relevantes del documento es el capítulo sobre el mando y control de la Segunda Marquetalia, concentrada justamente en el vecino país.
Desde que se conformó la nueva estructura criminal de Márquez, cuando acompañado de los fallecidos Jesús Santrich, el Paisa y Romaña renunciaron a su compromiso firmado en el acuerdo de paz en agosto de 2019, su centro de operaciones fue Venezuela.
La justificación que entregaron Márquez, Santrich, el Paisa y Romaña para traicionar el acuerdo de paz de La Habana y retomar las armas era que el Gobierno no había cumplido con lo pactado. Sin embargo, las autoridades tenían información de que varios de ellos nunca renunciaron a los negocios de narcotráfico.
En la actualidad, las agencias de seguridad colombianas ubican a 13 de los 16 cabecillas de la Segunda Marquetalia en Venezuela, prácticamente toda la cúpula, que ha actuado en connivencia con la Guardia Bolivariana.
De la dirección nacional, sus siete cabecillas siempre estuvieron en el vecino país, según el documento catalogado como ultrasecreto. Iván Márquez, Walter Mendoza, el Zarco Aldinever, Jhon 40, Enrique Marulanda, Rusbel o Rumba y Gonzalo o Chalo.
Los de la dirección intermedia también vivían en Venezuela cómodamente: Julio Enrique Rico, alias Nelson Robles; Nelson Díaz Osorio, alias Ali; Luis Cabrera, alias Diego Obando; Enrique Muñoz, alias Villa; William Danilo Malaver, alias Gerson González; y José Barragán, alias Éder Cardona.
Las fuentes de inteligencia indicaron que para hacer llegar las órdenes criminales que daban desde Venezuela, donde no eran perseguidos por las autoridades de ese país, los cabecillas de la Segunda Marquetalia designaron mandos regionales en Colombia. Ellos son Allende Perilla Sandoval, alias Allende, jefe del bloque Alfonso Cano; alias Chichico, jefe en el Cauca, y Geovanny Andrés Rojas, alias Araña, jefe de los Comandos de Frontera.
El papel de la Segunda Marquetalia en Colombia, según Zabier Hernández, exasesor de paz de la Gobernación de Nariño, fue el de alimentar la guerra en los territorios viviendo de las economías ilícitas del narcotráfico, el secuestro, las extorsiones, la minería ilegal y, sobre todo, imponiendo un régimen de terror donde hace presencia el grupo criminal.
“La Segunda Marquetalia impone limitaciones a la movilidad de la población civil, dice a qué horas pueden salir y a qué horas no. Regresaron la instalación de las minas antipersona, el reclutamiento forzoso de menores de edad, y la extorsión sigue siendo un factor grave”, señaló Hernández.
Los documentos en poder de SEMANA, construidos por inteligencia de las agencias de seguridad del Estado, muestran que la Segunda Marquetalia tiene 1.751 integrantes, de los cuales 1.262 son hombres en armas y 589 forman parte de las redes de apoyo.
Aunque la cúpula está cómodamente alojada en Venezuela, su área más fuerte es el sur del país y la costa pacífica en la frontera con Ecuador. Esta es una de las líneas donde mandan los hombres de Márquez, por los sectores de la región del río Mira, Ipiales, Cumbal, Córdoba, y continúa hacia abajo por los municipios de Túquerres y Tumaco, Nariño. Hay que recordar que, según las autoridades, la frontera con Ecuador es una de las principales rutas de los narcotraficantes en la actualidad.
Es una organización criminal
La Segunda Marquetalia hace presencia en siete departamentos, 41 municipios y 1.017 veredas, en donde tienen un control político del 28 por ciento y un control social del 42 por ciento. Tienen, además, injerencia en un 16 por ciento de las decisiones económicas en los territorios, señalan los documentos.
La dirección nacional está compuesta por la comisión 41, bajo el mando de alias Gonzalo o Chalo, con 25 integrantes; la estructura Teófilo Forero, al mando de alias Chicharrón, con 213 integrantes; Iván Márquez, con 17 hombres; la Acacio Medina, con 268 integrantes y bajo el mando de alias Jhon 40.
Uno de los brazos más fuertes de la Segunda Marquetalia y más sanguinarios son los Comandos de Frontera, con unos 523 hombres. Según el experto Hernández, esta facción tiene injerencia en Putumayo, Caquetá y la Amazonia.
La Segunda Marquetalia cuenta con otras facciones que entran constantemente en guerra con el Clan del Golfo, el ELN y las disidencias de Iván Mordisco, como la Diómer Cortés, de alias Jairo; Ariel Aldana, de alias Diego; Iván Ríos, de alias Uriel; Oliver Sinisterra, de alias el Gringo; Alfonso Cano, de alias Allende, y la 48, de alias Caqueteño, que suman más de 700 hombres en armas.
Hace unos meses se creyó que la Segunda Marquetalia se había quedado sin su jefe máximo, Iván Márquez, de quien se dijo que había muerto luego de haber sido atacado con explosivos en el escondite donde estaba en Venezuela.
Su situación de salud luego del atentado que sufrió, al parecer, en vendettas por temas de narcotráfico, siempre fue un misterio. Sin embargo, quien despejó las dudas sobre si Márquez estaba vivo o muerto fue el excomisionado para la paz Danilo Rueda, quien reveló que estaba vivo y se estaban manteniendo acercamientos de paz con él y su organización delincuencial.
Dichos acercamientos generaron una ola de críticas contra el Gobierno del presidente Gustavo Petro, quien busca darle nuevamente beneficios jurídicos a Márquez, uno de los hombres más buscados de Colombia y quien con sus actuaciones ha dejado claro que también es uno de los más despiadados.
En repetidas ocasiones, el senador Humberto de la Calle, jefe negociador del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla de las Farc, en La Habana, ha dicho que a Márquez no se le pueden dar nuevos beneficios jurídicos por haber traicionado el acuerdo de paz y esto estaba incluso estipulado en el documento.
De la Calle afirmó que el Gobierno le está enviando un mal mensaje a la sociedad colombiana al incluir a Márquez nuevamente en una mesa de paz. “Enviarle el mensaje que el que incumplió y traicionó su firma, su grupo, su palabra nuevamente se siente en una mesa, me parece que es equivocado y fomenta el ánimo de truculencia de muchos colombianos”.
Asimismo, indicó que el camino para Márquez debe ser el del sometimiento a la justicia por la vía ordinaria. “La llamada Segunda Marquetalia no debería tener esa oportunidad (diálogos de paz)”, reiteró De la Calle.
Entre el 1 de julio de 2023 y el 14 de mayo de 2024, la Segunda Marquetalia ha ejecutado más de 250 acciones criminales en el país. La mayoría de ellas, en Nariño, Putumayo, Cauca, Huila y Caquetá. La estructura más violenta ha sido la Oliver Sinisterra, con injerencia en Tumaco.
Los nuevos diálogos de paz que iniciará el Gobierno Petro con la Segunda Marquetalia en Venezuela ponen a jugar de local a Márquez, quien siempre ha buscado refugio en el país del presidente Nicolás Maduro.