El fallecimiento de dos personas en una inundación despertó el temor a los aguaceros en Medellín. El río que cruza por el Valle de Aburrá amenaza con arrastrar lo que se encuentre en el camino, mientras se descifra la fórmula para evitar las tragedias.
Alexandra Salazar y Gonzalo Estrada, una pareja de novios, iban en un carro por el occidente de la ciudad el fin de semana pasado cuando quedaron atrapados en la profundidad de un charco que armaron las fuertes precipitaciones. Ambos perdieron la vida en una batalla intensa contra la muerte.
El martes, otros 15 ciudadanos la esquivaron milagrosamente al ser salvados por los organismos de socorro. Un bus de servicio público, un carro particular y varias motos quedaron en medio del río Medellín, que se desbordó e invadió el soterrado de Parques del Río.
Dolorosa velada
La pareja de novios ingresó en la noche del pasado sábado al deprimido de Conquistadores, rebautizado por la comunidad como ‘Los músicos’ por una tragedia similar que tuvo lugar en el sector en 1988, donde tres artistas se ahogaron tras una noche de lluvias que acorraló a la ciudad.
Gonzalo, un empresario del sector de los metales, iba manejando. Lo acompañaba Alexandra, especialista en cosmetología y dueña de un reconocido centro de spa. Los dos tenían una relación de más de seis años.
Cuando terminaron de laborar el pasado 14 de enero, se movilizaron desde el barrio La América hacia un restaurante del municipio de Envigado. Testigos relataron que el vehículo ingresó parcialmente a la inundación. Al percatar la magnitud de la profundidad, Gonzalo trató de dar reversa sin éxito. Mientras el automóvil se hundía por el volumen del agua, se escucharon gritos en el interior: “Mi hijo, mi hijo, mi hijo”.
No abrieron las puertas porque el sistema eléctrico colapsó y bloqueó las ventanas. No pudieron romperlas, dado que estaban blindadas. Las maniobras por sobrevivir quedaron plasmadas en los vidrios del vehículo con pequeños impactos por los golpes que lanzaron.
“Todo ocurrió en cinco minutos”, detalló Alexánder Lemus, una de las personas que trató de ayudarlos. Él le pasó un martillo a un hombre que nadó hasta el carro. Una vez logró destruir medianamente uno de los vidrios, confirmó que ya habían perdido la vida.
Los bomberos drenaron el agua y hallaron los dos cadáveres. En ese instante, las identidades fueron un misterio. Valentina Salazar confirmó minutos después que una de las víctimas era su mamá. “Ellos se amaban mucho, se les notaba en los ojos. Ese hombre la amaba”, dijo la joven a SEMANA.
Reveló que una vez se reponga del dolor interpondrá una denuncia en contra de la Alcaldía de Medellín para que responda por la muerte de su madre. Ella alegará que la tragedia pudo ser evitada y, al parecer, no se trabajó lo suficiente para impedirla.
Quince milagros
Tres días después, se repitió el mismo escenario. Las fuertes lluvias sacaron de cauce al río Medellín, que inundó varios ejes viales de la ciudad. La situación más crítica se presentó en el soterrado de Parques del Río, donde 15 personas fueron salvadas de un ahogamiento.
El Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo contó que el nivel del agua subió 120 centímetros y atrapó a varios automotores. Dos motociclistas, 12 pasajeros de un bus de servicio público y una persona en el interior de un carro salieron con vida.
Este escenario no es nuevo y seguirá con fuerza en las próximas semanas. El Sistema de Alertas Tempranas del Área Metropolitana señaló que las lluvias llegarán con fuerza al cierre de enero e inicios de febrero, impulsadas por el fenómeno de La Niña.
Alejandro Echeverri, director del Centro de Estudios Urbanos de la Universidad Eafit, contó que los daños que hoy padece la ciudad son efectos del cambio climático, pero también de la falta de gestión de las administraciones. Medellín vive sus peores días bajo el agua.