A pocas horas de la elección de un nuevo mandatario, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, anunció un plan para que quien llegue al cargo esté preparado para afrontar el peor de los escenarios en materia de lucha contra el narcotráfico: el crecimiento histórico de los cultivos ilícitos hasta las 180.000 hectáreas. Hasta ahora el récord lo tenían las 160.000 hectáreas registradas en el año 2000.La cifra oficial que da cada año el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultuvos Ilícitos de las Naciones Unidas (SIMCI) no se ha hecho pública y es con frecuencia muy inferior a la que entrega la Casa Blanca de Estados Unidos. Por ello, este escenario que se vislumbra como alarmante por el actual gobierno, podría terminar siendo poco para lo que le espera al siguiente mandatario, teniendo en cuenta que algunos sectores creen que la medición más alta, la de la Casa Blanca, va a superar todos las mediciones, con cerca de 220.000 hectáreas sembradas. La cifra genera cada año una verdadera guerra política, teniendo en cuenta por un lado que la siembra de cocaína es el motor de las economías ilegales de los grupos armados y, por otro, que hace tres años Colombia dejó de usar lo que muchos consideran el arma más contundente: la aspersión con glifosato. De tal manera, se prevé que cuando las cifras se conozcan de manera oficial en los próximos días el efecto en las políticas que imparta el siguiente inquilino de la Casa de Nariño sea inmediato y contundente. Por lo pronto, el nuevo gobierno tendrá en sus manos un documento con el que el Ministerio de Defensa planea con mecanismos de erradicación manual y uso de equipos tecnológicos contrarrestar este exponencial aumento; para el año 2023 se espera que la medición ceda hasta las 88.000 hectáreas. Para lograrlo, Villegas anunció que a partir del segundo semestre de este año, Colombia contará con 60 pelotones conformados por 2.460 soldados profesionales para la erradicación manual, especialmente para hacerle choque a tres zonas críticas para la siembra de cultivos: Antioquia, Nariño y Caquetá. El plan que deja el ministro de defensa es que una vez salgan de las escuelas de entrenamiento, los uniformados cumplan con tres meses obligatorios de erradicación.  Adicionalmente, la Policía Nacional cuenta con 23 grupos manuales de erradicación y planea pasar a 45 a partir del primero de julio, en un fortalecimiento -que dice Villegas- ya está financiado. Según el ministerio, para mediados de año Colombia tendrá 13 departamentos libres de cultivos ilícitos. Actualmente, las ocho zonas son Caldas, Cundinamarca, Casanare, Quindío, Casanare, Huila, Risaralda, Sucre y Tolima. Para los próximos días, se sumarán Boyacá, Santander, Magdalena, Guajira y Cesar. También ocho parques naturales harán parte de ese paquete de cero siembras antes del 11 de agosto. También destacó la adquisición de tecnologías para la erradicación. Lo primero es un vehículo táctico de aspersión tipo tractor de oruga y equipos de aspersión a baja altura tipo dron. "El gobierno deja financiados los dos rubros a través de vigencias futuras y habrá documento Confis y Conpes al respecto", dijo. Estados Unidos también confirmó la adquisición de guadañas y se ha solicitado 130 GPS, adicionales a los 375 que ya hay disponibles con el fin de fortalecer la verificación que hagan las autoridades de la siembra y resiembra en el territorio colombiano. Villegas destaca que el porcentaje de resiembra bajó del 70 por ciento al 20 por ciento. Y que para finalizar el 2018, las cifras de erradicación llegarán a 70.000 hectáreas; actualmente van 21.000 hectáreas.  Con este bautizado como "documento blanco", el Mindefensa busca aprovechar los últimos días de gobierno para atenuar el golpe que representará volver -con cifras nunca antes vistas- a ser el primer país del mundo con más siembra de cultivos ilícitos en el mundo. Sin embargo, el verdadero efecto de esta noticia no solo en Colombia sino internacionalmente está por verse.