Cuando Efraín Sarmiento Cuero mató a su novia, en su celda de la cárcel de Cómbita, en Boyacá, le preguntó a los guardianes del Inpec: “¿A quién debo presentarme?”, una duda descarada y absurda ante la gravedad de los hechos. La víctima, sin saberlo, terminó en una trampa mortal de un feminicida con antecedentes criminales de violencia contra las mujeres.

Sarmiento Cuero tenía antecedentes, procesos en su contra por agresiones, abusos y asesinatos. La víctima en este caso fue identificada como Merly Andrea Rengifo. Ella lo conoció en unas visitas anteriores a personas cercanas y allí se gestó una traumática relación que nació del engaño.

El feminicida le dijo a la víctima que estaba en la cárcel por un caso de extorsión, no por otro feminicidio, un abuso sexual y un homicidio. El prontuario de este criminal resultó perturbador, digno de un maníaco social.

Cuando la Fiscalía le imputó cargos, presentó el material de prueba, las declaraciones y la evidencia, con el cuerpo de la víctima que minutos antes ingresó a la cárcel en visita conyugal. El asesino aceptó los hechos y un juez ordenó la medida de aseguramiento, que se mantenga en la cárcel.

El crimen

El pasado domingo 14 de mayo, y en el marco de la visita conyugal en la cárcel de Cómbita, Boyacá, Efraín Sarmiento Cuero, un privado de la libertad, asesinó a su pareja sentimental. Lo hizo con un cuchillo y luego le informó al personal del Inpec que acababa de cometer un crimen. “¿A quién me le presento? Acabo de matar a mi mujer”, fue lo que dijo.

Sarmiento Cuero está detenido por un caso de feminicidio y la víctima viajó desde la ciudad de Cali para visitarlo, sin saber que el feminicida tenía planeado el crimen y que esperaba su llegada para asesinarla. Ese domingo lo cumplió después de unos minutos de arrancada la visita conyugal.

“Según la investigación, el procesado, que actualmente está recluido en la cárcel El Barne de Cómbita (Boyacá), recibió a su compañera sentimental en lo que sería una visita conyugal, y luego la atacó con un arma cortopunzante”, explicó Luisa Obando, la directora de seguridad ciudadana de la Fiscalía.

La confesión fue el aviso para que guardianes del Inpec se acercaran a la celda donde efectivamente estaba el cuerpo de la mujer que dos horas antes había pasado todos los filtros de una visita normal, pero que a ella le costó la vida. El feminicida previamente ubicó el cuchillo, lo escondió en su celda y lo sacó cuando la víctima llegó a la visita.

“En el momento en que los guardias se disponían a solicitar la salida de las personas que estaban de visita conyugal, Sarmiento Cuero salió del lugar y avisó que acababa de asesinar a su mujer. El personal del centro carcelario verificó y encontró el cuerpo sin vida de la joven”, señalaron desde la Fiscalía al conocer el resultado de las audiencias.

La sentencia de muerte para la víctima estaba anunciada con las agresiones previas, el acoso, la persecución y las amenazas que, desde la cárcel ejercía el ahora confeso feminicida. El hombre seguirá en la cárcel, donde estaba antes de cometer un nuevo crimen y de atacar a otra mujer en su propia celda.

“La Fiscalía General de la Nación, a través de un fiscal de la Seccional Boyacá, presentó ante un juez de control de garantías a Efraín Sarmiento Cuero, presuntamente responsable de haberle quitado la vida a su compañera sentimental el pasado domingo 14 de mayo”, se conoció en el marco de las audiencias preliminares contra el feminicida.

La víctima, según pudo establecer la Fiscalía, era marcada en varias partes del cuerpo: la cara, los brazos y las piernas, como señal de posesión. Además la obligaba a hacer videollamadas o tomarse fotos en determinados momentos con el ánimo de exponer públicamente dónde y con quién se encontraba.

“El material probatorio recaudado permitió establecer que la víctima vendría siendo amenazada por Sarmiento Cuero, al parecer, por celos. Labores de policía judicial evidenciaron que el hombre le generaría marcas en el cuerpo, presuntamente, para evitar que ella interactuara con otros hombres”, señaló el ente acusador.

Sarmiento Cuero aceptó su responsabilidad en el feminicidio y la Fiscalía pidió, aunque ya está privado de la libertad, una nueva medida de aseguramiento tras considerar que, incluso en la cárcel, el procesado es un peligro para la sociedad.