Desde hace varias semanas Martha Lucía Novoa entra a su casa nadando. Una vez logra ingresar, el agua abundante no la deja poner pie en el suelo y tiene que seguir dando brazadas y patadas adentro. Las casas vecinas a la de Martha tienen la misma suerte.Hace 42 años guardó en su memoria el recuerdo más catastrófico de un hecho similar en su natal Puerto Carreño, Vichada, “donde el sol le pega los primeros rayos a Colombia”, dice con orgullo a pesar de que el 75 por ciento de la capital de ese departamento está inundada.Con voz firme dice que a diferencia de otros lugares el agua no crece de repente y se lleva las vidas, frágiles ante la fuerza de la naturaleza. No, la creciente es lenta, los pobladores pueden medir los centímetros por día, tan solo ayer, dice una joven habitante, fueron 10. Hoy ya van dos más.

Ni los simbolos religiosos se han salvado de la emergencia. Foto María de Fatima agropesca Novoa / CortesíaHa salvado algunas de sus cosas con canastas de cerveza que sirven como estantes para subir las cosas al altillo. Ya perdió un equipo con la música vallenata que tanto le gusta, el colchón está flotando y de una vajilla, que quedó en el mesón de la cocina, no sabe nada.Martha lleva dos meses fuera de su casa, tiene que pagar arriendo, sacó solo lo necesario. Y aunque vuelve y dice que esto que ha vivido es totalmente atípico, que ha sido peor que hace 42 años, el Ideam afirma otra cosa.El 7 de agosto, mientras el presidente Duque se posesionaba, varios habitantes de Puerto Carreño subieron, como si se tratase de una peregrinación católica, el cerro de La Bandera.Aunque en esta zona de la Orinoquia colombiana es normal que desde el mes de junio se presente el pico más alto de lluvia, los pobladores de Puerto Carreño tienen sus dudas. Julio y agosto también son meses de constantes lluvias, en menos volumen, pero igualmente intensas.“Esto es histórico, no es de ahora, entonces de esa forma a mitad de año los niveles de los ríos en buena parte de la Orinoquia presentan niveles altos”, dice Cristian Euscátegui, jefe de pronósticos del Ideam. Sin embargo, en el río Orinoco, a la altura de Puerto Carreño e Inírida en el río homónimo, presentan valores de hasta tres metros por encima del nivel de afectación. Por eso  la situación tan compleja.Del río Inírida se espera que pronto comience el decrecimiento. Pero en el Orinoco pasa lo contrario, Puerto Carreño se inunda. Esto se da porque los principales aportantes del río Orinoco son todo lo que viene aguas arriba del río Inírida, que le cae a Puerto Carreño y todo lo que llueve desde el Piedemonte del río Meta y Casanare le llegan al río Orinoco, pero por la parte norte, es decir de parte norte y sur llega el agua.

el 75% de la capital está inundada Foto María de Fatima agropesca Novoa / Cortesía“La condición es más crítica y por lo menos tendremos un mes o un mes y medio más bajo inundaciones sobre Puerto Carreño”, afirma Euscátegui.Los baños en las oficinas están fuera de servicio, y el lunes dirán si muchos trabajadores pueden seguir laborando. “Tenemos una isla sobre el Orinoco ahora  solo están visibles las rocas”, cuenta.

Muchas plantas acuaticas han aparecido, la basura flote sobre los barrios. Foto María de Fatima agropesca Novoa / CortesíaEl 7 de agosto, mientras el presidente Duque se posesionaba, varios habitantes de Puerto Carreño subieron, como si se tratase de una peregrinación católica, el cerro de La Bandera. “No alcancé a ver mi casa”, y si algo lograban divisar, era con sumo esfuerzo para reconocer solamente el tejado. Un mes o un mes y medio tendrán que esperar, para que el agua baje y vuelvan a ver sus cosas empapadas por los ríos.