Con el panorama electoral regional resuelto, la discusión se traslada hacia los principales retos de los próximos gobernadores del país para sacar adelante los proyectos movilizadores, así como la reducción de las cifras de inseguridad y desempleo.
Por ejemplo, el nuevo gobernador de Antioquia deberá buscar estrategias para enfrentar la crisis de inseguridad que azota al departamento: el Clan del Golfo multiplica sus ganancias en las subregiones, las disidencias de las Farc ganan pueblos enteros y el ELN aterroriza con extorsiones.
La lista de preocupaciones también incluye la terminación de las vías 4G, cuyos recursos no fueron incorporados en el presupuesto nacional para la vigencia de 2024. Los sectores económicos advierten que sin esa plata se paralizaría el desarrollo vial de Colombia.
Ahí también hay un reto: mejorar la comunicación con el Gobierno de Gustavo Petro, pues los mandatarios locales se han quejado de la desconexión con la Casa de Nariño y el propio Aníbal Gaviria le dijo al mandatario en una carta: “No he sido escuchado”. Las universidades quieren ampliar sus capacidades en la investigación y requieren el apoyo del departamento. Los hospitales cargan con millonarias deudas de las EPS y la estabilidad está ausente. Y al 55 por ciento de los rellenos sanitarios de Antioquia les quedan meses de vida útil.
El manejo de Hidroituango ocupa un renglón aparte. La Gobernación es la mayor accionista del proyecto, que promete aportar el 17 por ciento de la demanda nacional de energía. Sin embargo, no comulga con las decisiones de EPM, a cargo de su construcción y operación. Sobre la mesa están las cuatro turbinas que faltan por construir.
Valle del Cauca
Uno de los retos del próximo gobernador del Valle del Cauca es el tren de cercanías, que está en estudios de segunda fase. Sin embargo, aún hay dudas. Debe iniciarse la gestión contractual y desarrollar la primera fase de la obra entre Cali y Jamundí a más tardar en 2027. Asimismo, la culminación de la doble calzada Cali-Candelaria y el puente de Juanchito.
Este es un proyecto que la comunidad lleva esperando más de 20 años. Aunque se ha avanzado este último año, dichas obras no están ejecutadas en un ciento por ciento.
Otro de los retos es completar la obra de la vía Mulaló-Loboguerrero y la avenida Ciudad de Cali hasta Jamundí. En cuanto a Buenaventura, los ojos están puestos en la profundización del dragado del puerto para que la ciudad no siga perdiendo competitividad. La violencia en Buenaventura ocupa otro episodio en el extenso libro de retos para la nueva administración del Valle del Cauca. Asimismo, se conoce que desde esta zona del país sale casi el 70 por ciento de sustancias estupefacientes hacia Estados Unidos, Centroamérica y Europa.
En esa línea, la gobernadora y el alcalde de Jamundí tienen como reto ponerles fin al crecimiento de los cultivos de coca en esta zona. Por ello son las disputas por el territorio debido al tráfico de drogas, y el municipio se ha convertido en zona de conflicto.
En cuanto a los desafíos del próximo gobernador de Nariño, está en primer lugar garantizar el cese de actividades delictivas en la región. El departamento se ha visto gravemente afectado por cuenta de los grupos al margen de la ley (disidencias de las Farc, ELN y otros), quienes tienen control territorial con sus cultivos ilícitos.
Aunque este departamento brinda una gran oferta turística, el porcentaje de visitantes se ha reducido por la inseguridad. En ese sentido, el próximo gobernador y alcaldes de los diferentes municipios deben ponerle la lupa a esta situación y volver a fortalecer la región de la mano de los comerciantes y empresarios.
Una situación similar se ha vivido en el Cauca por décadas. Incluso, estas elecciones estuvieron en riesgo a causa de esta situación. Las Fuerzas Militares aseguran que las comunidades no les permiten ingresar para cumplir con sus funciones y verificar el dispositivo de seguridad para los comicios.
Región Caribe
A nivel departamental, el gobernador electo del Atlántico y el alcalde de Barranquilla deberán concentrar sus esfuerzos en mejorar las condiciones de seguridad, plantear soluciones que disminuyan las tarifas en el servicio de energía, atacar la informalidad laboral y esforzarse para mitigar los dolores de cabeza causados por los arroyos.
Con los últimos hechos de violencia, el Atlántico pasó a ocupar el segundo lugar como el departamento con la mayor cantidad de masacres registradas en el país durante este año (8) después de Valle del Cauca (10), según informes de las autoridades policiales.
La misma preocupación deberá ser atendida por los mandatarios en el plano regional. En Sucre se registran incrementos de acciones delictivas por parte del Clan del Golfo.
En Santa Marta y Magdalena, los mandatarios elegidos deberán buscar los mecanismos que permitan acelerar los diálogos de paz con los grupos que siembran terror: las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada y el Clan del Golfo.
De igual forma, garantizar la ejecución de la infraestructura de alcantarillado para ofrecer un servicio óptimo de agua. El turismo también deberá fortalecerse en ciudades como Cartagena, Santa Marta, Riohacha y San Andrés. Actualmente, Barranquilla no cuenta con una doble calzada que conecte con Santa Marta y la única vía disponible se está viendo afectada por la erosión costera y la inseguridad de poblaciones aledañas.
En Cartagena, las autoridades deben implementar acciones que permitan combatir la explotación infantil, el turismo sexual, el microtráfico y homicidios contra propios y extranjeros.
Y en La Guajira se tiene que desarrollar un plan de mejora en vías de acceso, la consecución de agua potable para las comunidades y servicios básicos óptimos que garanticen una buena calidad de vida y la supervivencia de niños, adolescentes y adultos.
Santanderes
El reto más importante del próximo gobernador de Norte de Santander es combatir la violencia que se ha recrudecido en los últimos meses, principalmente en la zona del Catatumbo. Con ayuda de las autoridades militares y policiales, crear estrategias para frenar la expansión de grupos armados que atemorizan y someten a los ciudadanos. También es clave la erradicación de los cultivos de uso ilícito, que generan violencia y desestimulan la inversión.
Otro reto es mejorar la competitividad y la productividad de Norte de Santander, avanzando con obras de infraestructura que permitan a la región conectar los centros de producción con los de consumo.
Asimismo, el nuevo mandatario regional deberá centrar su atención en hallar soluciones a la crisis migratoria que persiste y se agrava cada día, según alertó la Procuraduría. Debido a la llegada diaria de miles de migrantes provenientes de al menos siete países, que en su mayoría hacen tránsito hacia Centroamérica y Estados Unidos, las medidas adoptadas hasta ahora han sido insuficientes y la problemática persiste.
Según el Ministerio Público, la población migrante continúa siendo víctima de trata de personas, trabajos forzados, explotación sexual infantil y estafas, entre otros flagelos.