Subirse en un bus del SITP, en cualquier zona de Bogotá, principalmente en los extremos de la capital, se convirtió en un riesgo, una lotería perversa que puede poner en peligro la vida de los pasajeros, un boleto de riesgo que los ciudadanos deben jugar si quieren llegar a su casa después de un día de trabajo.
Son justamente los trabajadores, estudiantes y los más honestos de la cadena social los que deben apostar su vida por tratar de cumplir los recorridos en su rutina. Los delincuentes se suben a los buses para atracar, los pasajeros quedan en una jaula donde no tiene otra alternativa que someterse y aceptar lo que ordenen los criminales.
Tres de esos presuntos bandidos fueron capturados en medio de un atraco masivo a un bus del SITP en Bogotá. Se confiaron en la docena de hurtos que cometían a la semana y cayeron en un error que los pasajeros aprovecharon para informar a la Policía y lograr su captura mientras celebraban el atraco.
“Óscar Andrés Quintero Cepeda, John Alexander Suárez González y María Doris Bastidas Hernández fueron judicializados por un fiscal de la Seccional Bogotá por su aparente participación en un robo a usuarios del transporte público. Los hechos ocurrieron en la localidad de Engativá, occidente de la capital del país”, explicaron desde la Fiscalía.
Con la captura, las pruebas, las declaraciones de las víctimas y el reporte de los policías que lograron su captura, la Fiscalía les imputó el delito de hurto agravado, los presentaron ante un juez y explicaron por qué estas personas estarían comprometidas con este hurto, pero se investiga su vinculación con otros hechos en Bogotá.
“Según la investigación, el pasado 19 de octubre, los procesados abordaron un bus de servicio público en el sector de Engativá, en él habrían hurtado los celulares, el dinero y las joyas de varios pasajeros”, señaló el ente acusador luego de las audiencias preliminares ante los jueces de control de garantías.
Los capturados, por fortuna para los ciudadanos, fueron cobijados con una medida de aseguramiento. Los enviaron a la cárcel por considerar que son un peligro para la sociedad, que sus acciones, todas contra los pasajeros del servicio público, representan un riesgo y dejaron a las víctimas en situación de crisis y miedo en un acto tan simple como llegar a su casa.