Un operativo liderado por la Alcaldía de la localidad de Los Mártires en Bogotá permitió identificar que en pleno centro de la capital se encuentra ubicada una casa que se había convertido en escenario de frecuentes secuestros, torturas, tráfico de drogas y prostitución, a pesar de que las autoridades tenían conocimiento de los hechos que se cometían en el lugar.
Uno de los testimonios es el de una mujer que llegó al sitio motivada por la promesa de que conseguiría empleo, aunque lo que encontró fueron momentos aterradores en los que sufrió golpes, abusos y malos tratos, junto a otras mujeres.
Según la denuncia, la joven estuvo retenida en ese lugar durante varios días en los que fue golpeada, amenazada y despojada de sus pertenencias personales. Le apuntaron con un arma, la obligaron a desnudarse y a masturbarse mientras los secuestradores la grababan con un celular, amenazándola con divulgar las imágenes si denunciaba lo sucedido.
Luego de varios días retenida, la mujer logró enviar un mensaje en sus redes sociales, que sus amigas identificaron como una alerta de que algo andaba mal. “Ella dijo en sus redes que estaba sin celular, pero solo unas horas antes habíamos hablado; nos pareció raro y tratamos de ubicarla, pero desde que se fue para esa casa perdimos contacto”, dijo una de ellas.
Finalmente, los secuestradores la dejaron en libertad y la joven corrió hasta el Comando de Atención Inmediata (CAI) más cercano en Santa Isabel. Sin embargo, la mujer asegura que la respuesta de la Policía la revictimizó. Los uniformados del cuadrante la invitaron a olvidarse de todo, le dijeron que no era necesario denunciar, que en esa casa ocurrían cosas peores y no pasaba nada.
De acuerdo con el operativo de la Alcaldía de Los Mártires, el lugar es conocido como Dulce 24H, un negocio ilegal y familiar controlado por una mujer que, de acuerdo con las víctimas, sería la mamá de alias el Paisa, el hombre que golpeaba a las mujeres. En la casa ofrecían servicios sexuales, fiestas exclusivas, licor y consumo de drogas.
Amenazaron con quemarlas
Otra de las mujeres secuestradas, de apenas 25 años de edad, contó que a las víctimas las encerraron en una habitación y mientras alias el Paisa las golpeaba reiteradamente, otros dos hombres les apuntaban con un arma de fuego.
La escena fue corroborada por otra menor que, con 17 años, ya era una proxeneta. “A mí, Ángel me pegó patadas y me decía que las cosas con ellos eran a otro precio, que me iba a arrepentir, que le entregara todo. A mi amiga le pegaron con esa pistola en el hombro”, relató la joven.
Los siguientes detalles sobre lo sucedido son aterradores. Según la denuncia, el Paisa las roció con lo que sería gasolina, les cubrió la cabeza y luego encendió un pequeño soplete que les acercaba a la cara y el pelo para amenazarlas. El hombre pedía que le entregaran las claves de sus cuentas de ahorro, redes sociales y el celular.
Cuenta una de las víctimas que el miedo la invadió en ese momento. No podía respirar, el llanto y el desespero la ahogaron. Su amiga quedó petrificada, ni siquiera respondía a las exigencias de los torturadores, solo levantó la mano con su celular, como entregando una ofrenda para salvar su vida.
“Ellos me acercaron ese soplete y nos mostraban cómo lanzaba fuego. Cuando empiezo a oler a quemado, les grito que nos dejen ir, que ya les entregamos todo; luego me quitan una cadena, las manillas, anillos, todo lo que tenía. Nos dejaron solo con la ropa”, detalló la joven. Finalmente, las liberaron en horas de la madrugada sin nada en sus bolsillos.
Las bajaron por las escaleras, tapándolas con una chaqueta para evitar que los clientes las vieran. Esta escena de secuestro y tortura ocurrió mientras que en el segundo piso de la casa continuaba la fiesta clandestina, con clientes y disyoqueis.