El presidente Iván Duque llegó a Caldono, en el Cauca, en medio de varias presiones. La más grande es la que le ha puesto su mentor político, Álvaro Uribe. El expresidente lleva varios días trinando vorazmente y dando entrevistas para dejar claro que no está de acuerdo con el trato al que llegó el Gobierno de su pupilo con los indígenas. Uribe criticó que la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, se hubiese comprometido con 843.000 millones de pesos (adicionales a lo que contempla el Plan Nacional de Desarrollo) para que puedan ser destinados a proyectos productivos, educación y salud para los indígenas. Le puede interesar: "Si la autoridad implica una masacre: Uribe en contra de los acuerdos con la Minga" Las etnias colombianas han estado relegadas por años en los planes de inversión del Estado y este acuerdo podría poner fin a la exclusión en la que se encuentran los pueblos del norte del Cauca. Para Uribe, sin embargo, hubiese sido mejor darle ese dinero a los cafeteros que desde hace varios meses andan también pidiendo auxilio para solventar la crisis del precio mundial del grano. Hasta la vereda El Pital, de Caldono, han retumbado las declaraciones del jefe del Centro Democrático. Aunque muchos están indignados con las hirientes palabras de Uribe, la mayoría de ellos están más concentrados en los pormenores de la visita del presidente este martes. Los consejeros de la minga están reunidos en medio de la lluvia que arrecia en El Pital, para que ningún detalle se les escape al momento de recibir la caravana presidencial. Quieren un debate con Duque Precisamente SEMANA pudo conocer un documento agenda en el que los indígenas han estado trabajando en las últimas horas. Lo que quieren es que haya un debate político con el presidente y no una simple visita protocolaria para la foto.

Está presupuestado que Duque llegue al parque principal de Caldono a las 8 de la mañana. Uno de los consejeros del Cric, llamado Rafael Enrique Perdomo, dice que en la reunión es muy importante que el presidente firme los protocolos de lo que se acordó en la mesa de negociación. Y todo ello a la luz del decreto 1811 de 2017, que viene siendo como la base para que el gobierno sí pueda aportar los recursos a los que se comprometió. Puede leer este reportaje especial desde Caldono: Las heridas que quedaron abiertas pese a los acuerdos con la minga Luego vendría el debate que los indígenas quieren tener cara a cara con Duque. Los consejeros del Cric están interesados en que el mandatario los escuche. Y para ello han preparado palabra por palabra lo que le van a decir. El debate entonces comenzará con el tema de tierras. Se espera que el consejero mayor le haga saber a Duque lo que los indígenas piensan sobre las Zidres y los proyectos minero-energéticos a los que se oponen. Luego la discusión discurrirá alrededor de la la vida, los derechos humanos, la paz, la convivencia, los derechos especiales de las comunidades étnicas, los derechos económicos, sociales y culturales y, por último habrá una intervención sobre el Plan de Desarrollo.   Al final la idea es que el presidente dé un discurso de unos 30 minutos. Si se cumple a raja tabla la agenda que tiene planeada el Cric, la visita presidencial se demoraría tres horas. Para que el presidente Duque llegara a Caldono tuvieron que pasar muchas cosas. Hubo un enorme costo y los indígenas son conscientes de ello. Basta pasar por la vía Panamericana. Allí se ven algunas de las huellas en el pavimento: llantas quemadas, tubos rotos, piedras. Además del desabastecimiento en el sur del país y las pérdidas económicas (la Cámara de Comercio de Popayán las cuenta en 50.000 millones de pesos) se fueron  vidas humanas: un policía y un indígena fallecieron, sin contar los heridos. Para los indígenas esta minga fue más recia que las de años anteriores, cuando se apostaban sobre un sector conocido como La María, en Piendamó. “Pero allá no había dónde pelear. En Caldono, en cambio, si había con qué”, dice uno de ellos.

   Foto: Esteban Vega La-Rotta / SEMANA. Caldono, Cauca.