Uno de los proyectos bandera de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, es el corredor verde por la Carrera Séptima, el cual tiene enfrentados a vecinos de la zona y a diferentes sectores políticos con la administración distrital, por los fuertes reparos que hay en contra del megaproyecto de movilidad. Este tendría una inversión cercana a los $3 billones, incluyendo la compra de predios, para darle prioridad al peatón y a las bicicletas, pero generaría un caos vial en las vías circunvecinas.
Aun así, el Distrito insiste en seguir adelante con la licitación, lo que ha exacerbado los ánimos en la capital del país, más aún cuando esta semana el Distrito ordenó disolver una protesta con bombas aturdidoras.
“Lo primero que estamos proponiendo es una forma distinta de movilidad dándole más espacio a los actores viales que hoy no lo tienen; lo segundo, es mejorar el transporte público porque el 70 % de los viajes que van hoy por la Séptima son en rutas del SITP que se demoran hasta hora y media de llegar del norte al centro y lo que queremos es reducirlo a la mitad con carriles exclusivos; tercero, habrá una cicloruta continúa desde la calle 200 hasta la Plaza de Bolívar; y cuarto, haremos una inversión importante para el vehículo particular con varias obras como en la 127 donde haremos un puente, o en la 92 para cruzar al Circunvalar, donde eliminará el semáforo y se hará otro puente, posteriormente habrá otro puente para cruzar a La Calera y en la carrera 11 también habrá intervenciones, es decir, es todo un proyecto para el borde oriental de la ciudad”, explicó el director del IDU, Diego Sánchez.
No obstante, con el proyecto del corredor verde, el tráfico de carros particulares entre las calles 92 y 34 en el sentido norte – sur se acabaría, pues no habrá un carril continuo que permita el tránsito desde el norte hacia el centro de la capital del país, lo que obligaría a que todo el tráfico mixto sea expulsado a la Avenida Circunvalar y a las carreras 11 y 13. Esta situación ha generado una fuerte ola de cuestionamientos.
“No solo los vecinos de la zona se van a ver afectados, sino la movilidad de todo el oriente de la ciudad por un capricho de la alcaldesa Claudia López, porque quién sabe qué intereses hay detrás de ese proyecto”, aseguró el concejal de Bogotá por el Partido Alianza Verde, Diego Cancino.
De acuerdo con el cabildante: “si la movilidad ya está colapsada hoy en día, con este proyecto sí que va a colapsar radicalmente, pues sacar el tráfico mixto a las carreras aledañas, va a ser un caos total”.
Con este punto de vista concuerda el concejal por el partido Polo Democrático, Carlos Carrillo, quien también augura un caos para este sector de la ciudad con el corredor verde propuesto por la administración de la alcaldesa López.
“Se elimina el tráfico mixto, es decir, las motos, los taxis, las rutas escolares, las ambulancias, los carros de valores, y todo se trata de una irresponsabilidad absoluta y lo que pasa es que Claudia López toma un dogma de Enrique Peñalosa y es que en la lucha por el espacio en superficie en la ciudad hay una lucha de clases y todo se puede reducir a una simplicidad grotesca de que los ricos andan ocupando el espacio en sus carros lujosos, mientras que los pobres van en los buses, pero eso es mentira porque el transporte público en Bogotá no ha parado de perder pasajeros en los últimos 20 años y esa gente ha recurrido al carro, a la moto y a la bicicleta”, señaló Carillo.
En ese sentido, tanto Carrillo como Cancino concuerdan en afirmar que el gran objetivo de este corredor verde de la carrera Séptima es el de bajar a las personas del carro particular para que se monten al servicio público, pero visualizan que eso no va a pasar y que el proyecto sería un fracaso total en esta materia, además del caos vial que generaría.
Frente a estos cuestionamientos de un posible caos en la movilidad con la eliminación del tráfico mixto de la Séptima en el sentido norte – sur, el director del IDU respondió: “en ningún caso el proyecto va a impedir que quien tenga un acceso sobre la Séptima en el costado occidental en el sentido norte centro se quede sin acceso, todos los predios van a tener acceso”.
Y agregó: “no va a haber un carril continuo que se tome en la calle 92 y lo lleve hasta la 34, lo que va a haber es un carril pero para entrar a los predios, entonces si alguien quiere dirigirse hacia el centro, por eso le estamos habilitando mejores condiciones en el borde oriental, se trata de obras que no se habrían hecho nunca si no se hace el corredor de la Séptima”.
Por otro lado, los concejales le cuestionan a la alcaldesa López el incumplimiento de su promesa de campaña, cuando se negaba rotundamente a un TransMienio sobre la carrera Séptima, y hoy en día el diseño del corredor verde, lo que plantea es un sistema de transporte con buses.
“Claudia López hizo campaña para la alcaldía prometiendo que no iba a haber TransMilenio por la Séptima, pero incumplió, por lo que sale a proponer ahora es un sistema de TransMilenio por esta vía, y eso genera desconfianza, porque uno tiene que cumplir lo que promete”, señaló Cancino, quien cuestionó además que no se escuchó a la ciudadanía quien exigía un modo diferente de Transporte. “Se impuso la preferencia de la alcaldesa”, dijo.
Al respecto, el director Sánchez negó que lo que se presenta hacer sobre la Séptima sea una troncal de TransMilenio. “Habrá un sistema de transporte público con carriles exclusivos, pero no es una troncal, lo que decidió el diseño es que la demanda en la Séptima es variable pues hay muchos pasajeros en Usaquén y menos pasajeros en Chapinero, entonces diseñamos un sistema distinto en el que los buses, dependiendo de la demanda, son de diferentes tamaños, en Chapinero serán buses duales con puertas por lado y lado, y las estaciones no van a ser enfrentadas como TransMilenio donde un bus queda para un frente y viceversa, aquí las estaciones van es a estar desplazadas para ocupar menos espacio”, explicó.
Pese a los argumentos de la administración distrital, expertos en movilidad como el docente investigador del programa de gestión de Transportes de la UNAD, Alexander Reyes, señalan que “lo que se está generando directamente es un proyecto similar al de la administración anterior, lo único que cambia es que los vehículos utilizados para el transporte público no van a tener un carril preferencial, pero es prácticamente lo mismo”.
Así mismo, de acuerdo con Reyes, a pesar de que el proyecto busca una movilidad más sostenible con el peatón y las bicicletas, no todas las personas van a optar para bajarse del carro y usar estos modos de transporte, como por ejemplo las personas de la tercera edad.
“No le puedo generar tanto espacio a las bicicletas en un corredor de tan alta demanda, en donde se puede priorizar mejor la movilidad del transporte público”, afirmó.
Por otro lado, de acuerdo con el experto, si bien la Alcaldía, con la eliminación del tráfico mixto, lo que busca es mejorar la velocidad del corredor verde de la Séptima, lo que va a provocar es trasladar el problema a las otras vías.
“Lo que están haciendo directamente es disminuir el flujo de vehículos para que se optimice la velocidad en ese corredor, pero ampliando los tiempos en los corredores circunvecinos, como las carreras 11 y 13, eso quiere decir que se está transformando el problema de movilidad de un escenario a otro, pero no se está solucionando”, argumentó Reyes.
El docente investigador del programa de gestión de Transportes de la Unad señaló que lo estaría buscando la administración con este nuevo corredor es poder llegar, en un futuro próximo, a un cobro por congestión.
Pese a todos estos reparos y a las protestas que se llevaron a cabo esta semana en la Séptima, el director del IDU anunció que el corredor verde sigue en pie. “Estamos montando los pre pliegos de la licitación para publicarlos en la primera semana de marzo, se trata de una licitación que va a adjudicar en total 5 contratos; estaríamos pasando a publicación de pliegos en abril; la presentación de la oferta sería en mayo y la adjudicación en junio”, anunció el director Sánchez.
Es así como el Distrito espera que a finales de este año, antes de finalizar la administración de la alcaldesa López, se estén iniciando las obras de este proyecto que tardaría 2 años y medio en terminarse.