El presidente de la República, Iván Duque, reaccionó a los crudos testimonios que se han conocido a lo largo de esta semana de militares en retiro ante la Justicia Especial para la Paz (JEP) sobre los casos cometidos de los llamados falsos positivos.

El jefe de Estado se mostró impactado por la información que ha trascendido de parte de varios exuniformados, pero aclaró en su discurso que se debe individualizar la responsabilidad frente a toda la institución.

“Todas las conductas individuales de miembros de la fuerza pública que deshonren el uniforme, que pasen por encima de la Constitución y la ley deben ser rechazadas categóricamente”, sostuvo Duque.

Agregó el jefe de Estado en su reflexión: “Yo he creído siempre en los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición y quien tenga esos delitos que diga toda la verdad, y por eso es muy importante hacer esa diferenciación de las conductas individuales de lo que ha sido siempre el criterio institucional basado en el honor y en el servicio”.

“Claro que estas cosas estremecen y además generan rechazo e indignación y por eso también tiene que aplicarse el peso de la justicia, pero es muy importante como país que sepamos todos diferenciar las conductas individuales de lo que ha sido el honor y el servicio histórico de las Fuerzas Militares”, concluyó el presidente Duque en su exposición.

Testimonios desgarradores

Ante la JEP, Sandro Pérez, que se desempeñaba como suboficial de inteligencia del Batallón de Infantería Número 15 Francisco de Paula Santander, admitió públicamente que fue uno de los coautores de estos macabros asesinatos.

“Yo represento para ustedes una máquina de muerte. Acepto ante ustedes, el país y el mundo, que utilicé mi uniforme del ejército como pretexto para dar resultados operacionales, haciéndoles creer que eran legítimos, pero en realidad eran asesinatos que se cometieron contra seres humanos inocentes”, señaló de manera preliminar.

El uniformado, de igual manera, aprovechó el momento para revelar cómo intervino directamente en estas ejecuciones y el procedimiento que utilizaron para hacer pasar a las víctimas por guerrilleros.

De acuerdo con el testimonio de Pérez, él era el que tenía la función de la logística para que nadie pudiera encontrar a los jóvenes asesinados. Además, admitió que falsificó varios documentos.

“Planeé cómo debían llegar de Soacha (Cundinamarca) a Ocaña (Norte de Santander), y cómo debían entregarse a los militares. Les robé la identidad a los hijos que ustedes tanto amaban”, anotó ante la JEP.

Luego, detalló: “Entregué documentos falsos para que fuera creíble lo que estábamos haciendo y les robé sus documentos para que pasaran como ‘NN’. Esto hacía para que fuera más difícil poder encontrarlos y saber la verdad”.

El uniformado, finalmente, les pidió perdón una vez más a las madres de los jóvenes que fueron ejecutados extrajudicialmente y les agradeció por enseñarle a valorar cada instante de la vida.

“Jamás se me quitará la vergüenza. Gracias por enseñarme el valor de celebrar un cumpleaños, un abrazo. Hoy ustedes no están con ellos y pasan necesidades por mi culpa, por mis actos. No soy digno de recibir su perdón”, subrayó.