De acuerdo con información hallada en los computadores de ‘Raúl Reyes’, el británico Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) elaboró un informe titulado The FARC Files: Venezuela, Ecuador and the Secret Archive of 'Raúl Reyes', cuyos resultados reviven la polémica por las posibles relaciones entre el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el grupo guerrillero. Una de las conclusiones del análisis, publicado este martes en Londres, es que el mandatario del vecino país supuestamente prometió a las FARC, en el año 2007, la suma de 300 millones de dólares.  Los resultados del informe se conocen tras dos años de análisis de numerosos documentos contenidos en los tres computadores portátiles de ‘Raúl Reyes’, así como datos encontrados en los dos discos duros y en las tres memorias USB halladas en el campamento de las FARC en el que fue abatido el jefe guerrillero el primero de marzo del 2008.  “Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) implementaron desde 1982 una estrategia internacional para obtener respaldo económico, armas y visibilidad”, dice el informe cuando analiza las relaciones de las FARC con los países vecinos con base en los documentos.  El texto destaca que aunque la guerrilla llegó a Venezuela mucho antes que Chávez, la relación se fortaleció supuestamente con el acceso de éste al poder en 1999.  "Desde por lo menos el año 2000, Chávez abrigó la clara intención de suministrar apoyo financiero en una escala calculada para afectar el equilibrio estratégico de Colombia", apunta el informe.  Según los documentos analizados, al parecer Chávez no cumplió su promesa económica, aunque el IISS no confirma que el ofrecimiento haya sido retirado. También revelan que la alianza permitió supuestamente a la guerrilla acceder a socios comerciales de Venezuela, como Rusia o China.  Para el IISS, los datos encontrados en los portátiles muestran que Chávez brindó presuntamente a las FARC un "importante respaldo político para promover su legitimidad en el extranjero" y "socavar los intereses del gobierno colombiano", y les permitió "utilizar libremente el territorio venezolano" con apenas algunas "restricciones menores".  Y es que una de las conclusiones del estudio precisa que "aunque en varias ocasiones Chávez urgió a las FARC a abandonar la lucha armada y buscar una solución política, lo hizo sólo para desviar la presión internacional y luego, cada vez, dio marcha atrás".   Así mismo, el IISS considera "improbable" que la reanudación de las relaciones entre Caracas y Bogotá desde la posesión de Juan Manuel Santos como presidente sea "duradera".   "Plan de contingencia"   Según el estudio del IISS, el Gobierno de Chávez les pidió a las FARC "que entrenaran a grupos paramilitares para defender la revolución frente a otros golpes de Estado o invasiones externas", señaló el autor del estudio, James Lockhart Smith.   "Hay que ponerlo en el contexto estratégico: después del golpe de abril del 2002, el régimen se aterró porque vio que el golpe estuvo cerca de tener éxito y vio también que no podía contar con la lealtad de las Fuerzas Armadas", explicó el académico.   De los correos obtenidos de Reyes se desprende que el Gobierno venezolano desarrolló una directiva, llamada "plan de contingencia", que llegó hasta los estamentos más bajos de las fuerzas de seguridad del Estado y que "consistía en desarrollar una base paramilitar para defender el régimen y contrarrestar futuras movilizaciones de la oposición dentro de Venezuela", agregó Lockhart.  "El plan era utilizar fuerzas paramilitares para neutralizar a opositores claves a través de asesinatos y sabotaje", afirmó.  Varios grupos paramilitares muy diversos -vinculados, según el IISS, a los círculos bolivarianos de Freddy Bernal, grupos del Barrio 23 de Enero y el Partido Comunista venezolano- estuvieron en contacto con las FARC entre finales del 2002 y principios del 2003 para recibir entrenamiento.  "No queda claro que Chávez tuviera conocimiento de este entrenamiento", aclaró el autor del estudio, quien se refirió a una reunión entre las FARC y una persona del servicio secreto venezolano DISIP en la que el enviado, un mando intermedio de esa organización, afirmó que el presidente no tenía constancia de su visita.  Esta persona, identificada por ‘Reyes’ como Amín y cuya verdadera identidad no ha podido ser verificada, "pide tres o cuatro expertos en pistoleo, carros bomba y sistemas de detonación con control remoto para que vayan a Caracas a 'cometer acciones'", sostiene Lockhart.  En el estudio se explica también que, tras una época de distanciamiento entre el Gobierno venezolano y la guerrilla, Julio Chirino, jefe de seguridad del entonces ministro de Exteriores, Alí Rodríguez Araque, fue enviado en julio del 2006 a hablar con ‘Reyes’ "con la aprobación de Chávez" para rescatar "la histórica relación con las FARC".  Esto significó a corto plazo el restablecimiento de las "relaciones", de forma que Venezuela facilitaría personal diplomático para ayudar a las FARC en otros países, asistencia médica y contratos de armas con terceros, según el IISS.  A cambio, según el informe difundido, Chirino pidió que las FARC "asesinaran al antiguo agente de la DISIP Henry López Sisco, entonces jefe de seguridad de Manuel Rosales, gobernador del estado de Zulia y posteriormente rival de Chávez en las presidenciales".  "No hay pruebas de que las FARC llegaran a hacer nada al respecto", se subraya en el documento, y se precisa que Sisco, sospechoso de participar en una masacre de civiles en 1986 y de apoyar a grupos de ultraderecha, dejó Venezuela en el 2006.  De acuerdo con el estudio del IISS, la relación del Gobierno venezolano con las FARC fue inconstante e inestable, ya que, pese a su necesidad mutua estratégica, la guerrilla, de ideología marxista ortodoxa, veía a Chávez como ideológicamente "flojo", además de que el Gobierno venezolano debía cuidar sus relaciones con Colombia.  El supuesto apoyo a Correa  El informe también hace referencia al presidente de Ecuador, Rafael Correa. Asegura que las FARC supuestamente aportaron unos 400.000 dólares en 2006 a su campaña electoral.  De acuerdo con el estudio, de los 400.000 dólares, 100.000 habrían provenido directamente de las arcas de las FARC y los otros 300.000 de aliados.  Al informe se anexan documentos obtenidos por el IISS de la Comisión Electoral ecuatoriana que demostrarían esos ingresos, a veces bajo el nombre de un grupo llamado Movimiento País.  Según el instituto, Correa habría aprobado la recepción de esos fondos para su campaña, "pero eso no condujo a una política de apoyo estatal a los insurgentes durante el corto periodo entre el ascenso de Correa a la presidencia y la muerte de ‘Reyes’", se precisa en el estudio.  Curiosamente, al principio, cuando Correa anunció su candidatura presidencial, las FARC desconfiaron de sus credenciales ideológicas de izquierdas, pero se interesaron por establecer vínculos cuando empezó a aumentar la popularidad del político.  Previamente, la presencia de la guerrilla colombiana en Ecuador había sido variable, debido a que ese territorio no era siempre seguro, ya que también operaban agentes de los gobiernos colombiano y estadounidense.  "Las FARC nunca obtuvieron apoyo estatal ecuatoriano semejante al que lograron en Venezuela", sostiene el IISS.  Agencias