Durante los últimos años, y en particular desde el plebiscito sobre los acuerdos de paz (2016), medios de comunicación y analistas han asumido que Colombia está partida en dos. La actualidad social y política del país se caracteriza por la abundancia de discursos que enfrentan a la población colombiana.
La rápida y amplia difusión de dichos discursos, y su capitalización en el plano político, han permitido el surgimiento de aseveraciones que concluyen que el país está muy polarizado.
En este sentido, el laboratorio de transformación social Movilizatorio realizó el estudio reconciliación y polarización en Colombia para poder determinar, a través de la Teoría de los Valores Morales, qué tan polarizado está el país y en qué variables son más contradictorios los perfiles sociales.
El estudio consta de tres fases, en la primera se hizo una minería de datos y un análisis a más de 2.600.000 trinos durante 2020. En dicha fase se investigaron 6 temáticas de conversación determinando si estas estaban polarizadas o no, estos temas son: acuerdo de paz, corrupción, protesta social, Venezuela, medio ambiente, y género y diversidad.
Para la segunda fase se realizaron 2.000 encuestas por todo el territorio nacional, analizando las mismas 6 temáticas que en 2020, pero, además, sumando preguntas relativas al perfil actitudinal y de valores. “En esta fase, se logró evidenciar que los perfiles morales de la población colombiana demuestran una relativa homogeneidad que permiten matizar la idea de que existe una fractura social profunda en el país”, explica el estudio.
Esto significa que a pesar de que los colombianos tienen diferentes perfiles a la hora de concebir la vida y lo que los rodea, la polarización no es en sí un hecho que afecta a todos los aspectos, sino a temas muy puntuales.
Por ejemplo, si bien todos tienen una percepción negativa de las migraciones en el país, las diferencias radican en las razones por las cuales no están de acuerdo con mantener migrantes. Por ejemplo, para algunos se trata de un tema de falta de opciones laborales y para otros de la forma en que el Gobierno ha manejado la situación.
Además, de acuerdo con el colectivo, se pudieron identificar cuatro perfiles diferentes en los que se clasifican los colombianos:
Tradicionalistas son aquellos que son defensores del statu quo de las cosas y con una mayor afiliación religiosa. Son apegados las instituciones de defensa y seguridad, por lo que se mantienen en posiciones muy conservadoras en cuanto a temas como género y fuerza pública. Estos representan el 45 % de la muestra.
En segundo lugar están los indiferentes, que son el 23 % de la muestra. Ellos se caracterizan por su desconfianza ante las personas e instituciones. En este grupo se concentra la mayor población joven con menores índices de afiliación religiosa y tiene una particular reticencia al orden, figuras de autoridad y, por supuesto, a las instituciones públicas.
Un tercer perfil son los pesimistas, un poco más de 15 % de la muestra, que son aquellas personas que, como su nombre lo indica, mantienen una posición negativa ante la vida, lo que les ocurre y tienden a culpar al sistema de todo lo que pasa en sus vidas. Añoran un sistema que les proteja sus derechos.
Finalmente están los vocales. Un segmento que tiende a definirse por su auto-reconocimiento como actor del cambio social. Tienen una alta afiliación ideológica y quieren participar en la vida política y comunitaria porque creen en el cambio.
Luego de analizar estos perfiles, el estudio pudo determinar que si bien hay diferencias de pensamiento entre cada uno de los clusters encontrados, los colombianos comparten casi todos los valores morales como la base sobre la cual desarrollan su vida; quiere decir que son apegados a la lealtad, la justicia y el cuidado.
Sin embargo, la polarización radica en gran parte en temas puntuales y no se puede generalizar que todo el país está polarizado, concluye el estudio.