Aderbiss Segundo Pirela, alias Pedrito o Maracucho, llegó a los Estados Unidos, no huyendo, sino con una misión puntual: expandir el reinado de terror de alias Satanás en ese país. Por fortuna, el mismo Pedrito delató su paradero y le permitió a los investigadores de la Sijín, en Bogotá, informar a las autoridades norteamericanas.
La salida de alias Maracucho de Colombia, luego de estar al mando de la organización criminal mientras su jefe, alias Satanás, está en la cárcel, fue una orden directa. Su reemplazo en Bogotá ya estaba listo. Alias Moisés, del que no se conoce ni el nombre, tiene el encargo de mantener el grupo criminal y acumular una riqueza que ya ni siquiera calculan.
Alias Maracucho, “se calentó” dijeron algunas fuentes. Varios de sus colaboradores fueron capturados, asesinó a un miembro de la organización y su estadía en Bogotá complicó el “ambiente laboral” en la banda de asesinos, extorsionistas y traficantes. Salió hasta Turbo, en Antioquia, pero no lo hizo solo. Al menos nueve de los principales criminales de la banda de Satanás lo acompañaron.
“Se llevó a alias Piraña, Flaco, Izarra, Zancudo, Reimar, Veoveo... En todo el trayecto va robando a migrantes”, señalaron fuentes a SEMANA, quienes advirtieron cómo estos delincuentes se quedaron sin dinero en el camino y acostumbrados al crimen optaron por atracar a los migrantes.
De Turbo pasaron a Capurganá en Chocó, la puerta de entrada al Tapón del Darién, la ruta que miles de migrantes hacen todas las semanas para llegar a Centro América y de ahí a los Estados Unidos. Los sicarios, torturadores y traficantes de Satanás hicieron la misma ruta, pero armados y amenazando, comiendo lo que otros migrantes llevaban. Los atracaban, les quitaban el dinero y mientras tanto se tomaban selfies.
En Estados Unidos alias Maracucho y sus secuaces se alojaron en refugios, le decían a las autoridades migratorias que estaban tras un asilo, que eran venezolanos desplazados por la violencia y el régimen, así consiguieron ganar tiempo, dos meses de un permiso temporal que usó para llegar a Texas y en cuestión de días, andaba en camioneta, alquiló un espacio y arrancó su misión: expandir el cáncer de Satanás por las calles norteamericanas.
Mientras alias Maracucho se tomaba selfies en la entrada de México, en Bogotá, la Policía Metropolitana y la Fiscalía solicitaban una circular azul de Interpol, el documento que un mes después permitió su captura en Estados Unidos. Un importante resultado que frena, por ahora, el avance de la organización criminal en ese país. Sin embargo, el resto de delincuentes siguen en las calles, recibiendo el dinero y las armas de Satanás.
Las fuentes consultadas por SEMANA advierten que los sicarios y extorsionistas que viajaron con alias Maracucho, continúan con su misión criminal. El objetivo es hacer “inteligencia delictiva”, identificar víctimas, comerciantes, empresas para extorsionar, además de la posibilidad de traficar estupefacientes.
Por las calles de los Estados Unidos andan criminales que en Bogotá se encargaban de los asesinatos ordenados por alias Satanás, los principales responsables de las extorsiones y que a sangre lograron desplazar otras organizaciones criminales. El objetivo ahora está en ese país y las órdenes siguen saliendo de Satanás.
Los investigadores en Colombia trabajan con las autoridades norteamericanas para identificar dónde están, solicitar las circulares de Interpol y capturarlos antes de que su plan asesino se enquiste y se expandan como el virus mortal que son y que sigue matando a tantos en la capital de Colombia.