La búsqueda de Sara Sofía continúa cada vez con más fuerza, pero las noticias no parecen alentadoras. Mientras su tía guarda la esperanza de encontrarla con vida, las autoridades refuerzan la búsqueda de su cuerpo en el río Tunjuelito. La clave de la investigación ha sido el testimonio de Nilson Díaz, el hombre con quien vivía Carolina Galván y que presuntamente la prostituía. Fue capturado en el marco de esta investigación y durante los primeros días sostuvo la tesis de que Carolina le había regalado la niña a una señora que había pasado en un “carro rojo”.

Sin embargo, tras semanas de estar en prisión, el hombre ha cambiado su versión y ha aceptado que la niña murió. Según su relato, ante la angustia de ver su cuerpo sin vida, decidieron ponerla en un costal y lanzarla al río. Díaz le ha dicho a la Policía el lugar donde podría estar y en los últimos días la búsqueda se ha acelerado. Un equipo de más de 150 hombres y mujeres de los cuerpos de investigación, perros rastreadores y equipos de inteligencia se dedica a esa labor.

En las últimas horas, las autoridades han dejado saber que encontraron en el lugar donde guio Nilson la búsqueda un costal con las características que describe la pareja. Sin embargo, al interior del mismo no había presencia de rastros humanos.

En los últimos días, las autoridades han encontrado dos cuerpos en la búsqueda de la niña. Uno era de un adulto y el otro, que está investigado por Medicina Legal, no parece ser de la pequeña pues al parecer está en el río desde hace mucho más tiempo.

Carolina Galván, la madre de la pequeña, detenida el pasado 18 de marzo, permanece en silencio desde entonces. Las autoridades han intentado, con el apoyo de psicólogos, sacarle esa verdad que atormenta hoy a miles de colombianos.

En la estación de policía de Puente Aranda, donde se encuentra detenida desde entonces, la han agredido para que cuente lo que pasó. Sin embargo, su relato siempre ha sido el mismo que les entregó a las autoridades en un primer momento, sin mayores detalles.

Antes de ser detenida, le entregó el testimonio a un técnico de la Fiscalía, el pasado 25 de febrero. El investigador relata que ese día llegó al barrio María Paz indagando sobre lo que pasó con la niña. Su tía Xiomara había puesto la denuncia en la Fiscalía. Ella, junto con una trabajadora sexual y una vendedora ambulante, acompañó al funcionario a buscarla en las calles. Finalmente, Carolina estaba en el parque del barrio. El funcionario la increpó y le preguntó por Sara Sofía: “Está muerta”, contestó sin titubear.

El relato de esa conversación quedó consignado literalmente en el expediente de búsqueda de la pequeña. “Me parece que fue un 27 (miércoles) de enero de 2021”, comenzó Carolina. “Yo estaba con la niña. Como a las dos de la tarde le di el almuerzo: lentejas. Después se quedó dormida”, agregó.

Carolina contó que “esa semana no estaba ejerciendo la prostitución, porque me sentía cansada y ya no desea (sic) realizar esta actividad”. Agregó que como a “las siete de la noche vi que no se despertaba. La moví varias veces y ya no se despertó. Y vi que estaba morada y me asusté. La eché en un costal y la llevé para el parque. La tuve como tres días y la tiré al río o caño”.

Bogotá, marzo 17 de 202. Foto Guillermo Torres Reina / Semana | Foto: GUILLERMO TORRES

Todos quedaron pasmados. Carolina continuó explicando por qué había decidido lanzarla allí. “El agua mantiene sucia después de que cruza la 86. Me fui para la 38, donde yo trabajo como prostituta”, dijo. La mujer agregó que “como a los ocho días después estuve detenida en el CAI de Kennedy, queda cerca de la estación de bomberos, porque mi hermana y cuñado que es policía me entregaron y allá me preguntaron por la niña. Yo les dije que había tirado la niña al caño”. La mujer le explicó al investigador que estaba libre, pues en ese momento “no tenía orden de captura y no habían encontrado el cuerpo (de la bebé) todavía”.

Sorprende que una madre pueda hablar así de su hija, y más de una niña como Sara Sofía que solo irradia cariño y ternura. Así se puede ver en el video publicado el último jueves, en el que se observa a la pequeña sonriendo, lanzándole besos a la cámara y moviéndose de manera juguetona. No es para menos, una niña de dos años vería esa cámara con curiosidad, quizá tratando de averiguar qué es lo que hacía.

El desdén que sentía Carolina por su hija es quizá otro de los elementos más conmovedores de todos los relatos del expediente de la búsqueda de Sara Sofía. Xiomara, por ejemplo, compartió algunos de esos momentos que la llevaron a cuidar a su sobrina. “Carolina era muy desprendida. Ella podía ver la niña ahí sentada y pasaba por encima”, asegura.

Era tan notoria esa falta de cariño que incluso en el colegio lo habían advertido. “Recuerdo que una vez llegó un psicólogo del Jardín Villa Rica con la profesora a hacerle seguimiento, y la niña, que era de meses, estaba en las escaleras ya para caerse, y Carolina le pasó por encima a la niña como si nada”.

Pero, más que un silencio, al psicólogo “le llamó la atención, le dijo: ‘cómo así, Carolina, es tu hija, si ella se te cae o se le rompe un brazo’ (…)”. Agregó que “en la casa mi suegra y yo éramos las que estábamos atentas de la niña. Muchas veces la niña estaba quemada y a ella no le importaba, la niña lloraba porque estaba quemada (...)”.

La vida de Sara Sofía por eso había transcurrido llena de amor en la casa de su tía, en donde era “la niña que yo nunca tuve y que nunca iba a tener (...)”, como le relató Xiomara entre lágrimas a SEMANA.

“Sara Sofía era una niña muy linda, ella se daba a querer de todo mundo”, agregó su tía, y relató que la niña era consentida, pues era la única sobrina entre el grupo de hermanos. Contó que su hijo menor pregunta incansablemente por ella y custodia sus juguetes evitando que cualquiera los tome.

El expediente presenta una versión fría de Carolina, una mujer que muchos colombianos llevan atravesada en el alma. ¿Qué hizo con Sara Sofía? ¿Es verdad que murió en sus brazos como le dijo al investigador del CTI? ¿O es cierto que se la vendió a una señora que pasó un día en un carro rojo, como relató Nilson, el hombre con el que vivía? ¿Podría ser ella misma víctima de trata de personas?

Las preguntas suenan en millones de colombianos que siguen el caso con tristeza. La búsqueda de las autoridades cada vez es más intensa, pero paradójicamente las esperanzas de encontrarla se desvanecen. Carolina ha sostenido más veces que la niña no está viva.

La Defesa Civil ya llegó al río Tunjuelito a intensificar su búsqueda, incluso, con una draga intentan dar con su paradero. “No debemos bajar la guardia. Debemos utilizar de manera diligente y eficiente todos los recursos a disposición del Estado para aclarar los hechos de la desaparición de Sara Sofía. Todos los recursos tecnológicos y científicos que se tengan en materia de investigación deben ser utilizados en este caso”, dijo Yohana Jiménez, hija de la exsenadora Gilma Jiménez y defensora de los derechos de los menores en el país.

“La versión que a mí me dio personalmente, el 19 de febrero, que fue la última vez que hablé con ella, [cuando] me dijo que la perdonara, [fue] que la niña se le había muerto y que ella la había tirado a ese caño, que ella quería demostrarme a mí que ella podía salir adelante con la niña”, recordó su hermana ante las autoridades.

En diversas ocasiones, autoridades y rescatistas han intentado dar con el paradero del cuerpo de la niña. | Foto: Defensa Civil

Hay tanta maldad y tanta falta de amor en la historia de Sara Sofía, que la misma fiscal encargada no pudo contener las lágrimas al presentar el caso. “Tenemos el corazón arrugado”, dijo la funcionaria en la audiencia. La jurista aseguró que durante sus numerosos años de experiencia nunca antes había tenido un caso en el que una madre le generara un sentimiento similar.

“Siento pena de género, ni siquiera un animal hace eso con su hijo. Los animales pelean por sus cachorros y luchan por ellos. (A Carolina y Nilson) no se les ve un sentimiento mínimo de arrepentimiento, de dolor por saber qué pasó con la bebé, que no estaba pidiendo venir al mundo”, aseguró.

*Las fotos publicadas de Sara fueron autorizadas por su tía y tutora, Xiomara Galván Cuesta. SEMANA las publica con el fin de colaborar en la búsqueda de la niña.