La situación dentro de la fuerza pública parece ponerse cada vez más tensa. Los recientes retiros voluntarios muestran que sí hay un inconformismo al interior del Ejército y la Policía, que son los que más contacto con la comunidad tienen y que prácticamente son los que tienen que afrontar los ‘chicharrones’ de orden público del día a día.

Hace una semana se conoció el retiro masivo de 32 oficiales de la Policía y recientemente este medio comunicación reveló la salida por voluntad propia de otros 23 oficiales del Ejército. Ahora, se conoce que 29 suboficiales de la Policía fueron enviados a vacaciones.

Sobre este capítulo de los retiros de los integrantes de la fuerza pública, el ministro Velásquez dijo que hay mala intención, como lo señaló en el siguiente trino.

Aunque dentro de las fuerzas la explicación que entregan es que los retiros voluntarios son por motivos personales de los uniformados, SEMANA conoció que algunos han motivado su renuncia por lo que está pasando dentro de la fuerza. Como están activos mientras les sale la resolución de retiro, prefieren no hablar públicamente para evitar problemas legales o administrativos.

Sin embargo, algunos aseguran que todo comenzó con la expedición de los decretos del cese al fuego bilateral del gobierno del presidente Gustavo Petro, lo que ha generado un vacío enorme en los planes de operación de la fuerza pública. Así quedó demostrado con el caso de San Vicente del Caguán en Caquetá, donde un contingente del Esmad fue secuestrado por la guardia campesina.

¿Humillados? Policías denuncian que no fueron apoyados durante jornada violenta en Caquetá, la comunidad los desarmó y los retuvo. | Foto: Archivo particular

La fuente que habló con SEMANA, uno de los oficiales con mayor conocimiento en estos casos, dijo que quedó en evidencia que el gobierno tiene desajustada la inteligencia de las fuerzas. “Si hubiera habido inteligencia, hubieran sabido que la comunidad se estaba organizando para atacar a los policías”, le dijo la fuente a SEMANA.

Agregó que otro de los líos que han generado los decretos son desmotivación, ausencia de liderazgo, de mando y control, y ausencia de vocería del mando institucional: “Es la política de ‘paz total’ del Gobierno, pues esto ha generado que los uniformados no sepan con realidad quién es el enemigo”, señaló la fuente.

“Por un lado, les dicen que tienen que hacer operaciones, pero que no pueden hacer operaciones ofensivas porque hay unos decretos de cese al fuego, que además son confusos; los uniformados no tienen seguridad jurídica”, indicó.

Y es que así como hace un tiempo hubo en la fuerza pública lo que se denominó síndrome de la Procuraduría, dice la fuente, porque todo terminaba en investigaciones en el Ministerio Público, ahora se vislumbra un síndrome de Fiscalía, a raíz de las declaraciones que ha entregado el fscal Francisco Barbosa, quien anunció que investigará a los generales y otros oficiales si no hacen su trabajo.

“Qué dicen los oficiales, malo si hacemos porque después nos señalan de ir en contra de la ‘paz total’ y malo si no hacemos porque la fiscalía nos investiga, entonces para no terminar empapelados la gente prefiere retirarse”, le dijo a SEMANA la fuente.

Aseguró que otro de los problemas que se vienen dando es que se dan directrices confusas al interior de la fuerza. “En la estrategia están las divisiones y brigadas; en lo táctico están los batallones. Al no tener una directriz clara, la estrategia y la táctica comienzan a fallar. Mire usted: van más de seis meses de gobierno y no se conocen los objetivos de alto valor; el Ministro no se reúne con el CCOES (Comando Conjunto de Operaciones Especiales), que es el que da los golpes duros contra el crimen organizado en el país”, señaló la fuente.

El Comando Conjunto de Operaciones Especiales es una de las unidades más importantes del Ejército y desde donde se planean los ataques a los objetivos de alto valor. En su listado han estado los cabecillas de la extinta guerrilla de las Farc, el Clan del Golfo como alias Otoniel, entre otros. | Foto: GUILLERMO TORRES

Explicó el oficial: “El ministro de la Defensa se reunía por lo menos una vez por semana con el CCOES para fijar un norte de las operaciones especiales, conocer cómo iban los avances en esos planes estratégicos. En este gobierno, eso no sucede. De un momento a otro el enemigo dejó de ser el enemigo”.

Tras la afirmación de que el ministro de Defensa no se reunía de manera frecuente con el CCOES, SEMANA pudo confirmar dicha información con fuentes del alto gobierno y con gente muy cercana a las fuerzas militares.