En el proceso contra el expresidente Álvaro Uribe, uno de los secretos mejor guardados tiene que ver con los dispositivos electrónicos de su principal testigo en contra: Juan Guillermo Monsalve, condenado a 40 años de cárcel por secuestro extorsivo, porte ilegal de armas y concierto para delinquir.

Se trata de su teléfono celular marca Samsung A30, al que le falta la sim card, y su computador personal de marca HP Probook 44305, de colores gris y negro. Aunque a comienzos del año pasado el Inpec decomisó estos equipos en la celda de Monsalve, misteriosa e inexplicablemente la corte nunca ordenó que se extrajera el contenido de estos dispositivos, pese a que él es el testigo más importante en contra del expresidente.

Fueron múltiples las veces en las que la defensa de Uribe le pidió al magistrado César Reyes, de la Sala de Instrucción, que solicitara el peritaje forense del computador y el celular para obtener la información contenida en los mismos. Los archivos que allí reposan podrían ser determinantes en el desarrollo del proceso, pues lo que la defensa de Uribe quiere saber, a partir de esa prueba, es hasta dónde pudo haber llegado la relación entre Monsalve y el senador Iván Cepeda, quien denunció a Uribe. Además, hay que tener en cuenta que Cepeda aseguró que su teléfono celular, desde el cual mantuvo comunicación con Monsalve, se dañó tras una caída.

El misterio por el contenido está a punto de ser resuelto. SEMANA conoció que el viernes hubo una diligencia en la cual un juez autorizó a la Fiscalía para acceder a la información del celular y del computador personal de Monsalve. En los documentos se lee que la Fiscalía ya inició la tarea forense para extraer los datos, y tiene dos caminos: que Monsalve entregue las claves para desbloquear estos dispositivos o que los investigadores recurran al sofisticado software Cellebrite, en manos del Grupo de Informática Forense de la Fiscalía.

Los aparatos fueron embalados y rotulados cuidadosamente con etiquetas que los certifican como evidencia y trasladados a los laboratorios forenses, donde se espera que en los próximos días se conozcan avances de sus inspecciones.

Tal y como están las cosas, y ante la negativa de Monsalve de colaborar con la Fiscalía y asistir a declarar, lo más probable es que los investigadores acudan a esta herramienta para poder acceder a la información que guardaba tan celosamente este testigo, y que permaneció engavetada y perdida en los expedientes en manos de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia.

Surgen varias preguntas. ¿Por qué la Sala de Instrucción de la Corte Suprema nunca se interesó por saber qué había tanto en el celular como en el computador de Monsalve? ¿Por qué el magistrado César Reyes hizo caso omiso a las peticiones de la defensa del expresidente Uribe para que se ordenara dicha inspección? ¿No es esa una violación a las garantías del debido proceso? Si el contenido de estos dispositivos es crucial para esclarecer el caso Uribe, ¿quién responde por la ausencia de esa prueba en el expediente, que podría ser clave? ¿Había algún interés en particular?

Lo mismo sucedió con siete sim cards que también le fueron decomisadas a Monsalve en otro operativo de la guardia del Inpec. La Fiscalía tuvo que seguirles el rastro y terminó encontrándolas en un recóndito despacho judicial. Estos elementos tampoco fueron sometidos al análisis técnico requerido.

Poco a poco el contenido de estas sim cards ha sido judicializado por los jueces y ha pasado a formar parte del expediente contra Uribe en la Fiscalía. Aunque ha trascendido extraoficialmente que hay información valiosa, como contactos, cruces de llamadas, mensajes de texto y voz, por ahora hay hermetismo entre los investigadores, que no han permitido que nada se filtre a los medios de comunicación. Además, existen varias empresas que todavía no entregan la información y la incertidumbre frente a estas evidencias es total.

Igualmente, hay un hecho que llama la atención, y es que esta prueba fue a parar al expediente Uribe, mientras que la prueba del teléfono y el computador, sorprendentemente, fue adjuntada a la investigación del representante Álvaro Hernán Prada, del Centro Democrático, por los mismos hechos.

Muy probablemente los abogados de la defensa de Uribe querrán saber por qué estas pruebas no se tuvieron en cuenta y, como todo en este proceso, el tema ha generado debate público y muy seguramente terminará en los estrados, como todo en este explosivo caso.