Durante más de siete meses la extradición de Otoniel estuvo cantada, pero la fecha era muy incierta. El trámite, como muchos procesos en Colombia, dependía de que varias entidades dieran su visto bueno y no parecía solucionarse pronto. Sin embargo, cuando el Consejo de Estado lo destrabó esta semana, el tiquete de ida del capo a los Estados Unidos quedó en firme rápidamente.
Las imágenes que muestran cómo Otoniel recibió la noticia sorprenden por la actitud del capo. Aterrado, miraba y reclamaba, pero mantenía también largos silencios. Eran las 3:00 p. m. del pasado miércoles 4 de mayo. Varios uniformados de la Policía y la Interpol llegaron a la celda de Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, en la Dijín, donde completaba 193 días desde que fue capturado.
El detenido recibió sentado la visita frente a una pequeña mesa, acondicionada en el lugar. Allí se inició el trámite de su extradición a Estados Unidos.
Uno de los seis policías a cargo de la diligencia grababa en video, conocido en exclusiva por SEMANA, y dejó claro ese día que había testigos del trámite. “Yo le dejo la copia, como está establecido, para su nombre y firma”, le dijo a Otoniel, vestido de chaqueta negra, con tapabocas, quien se vio desconcertado en las imágenes.
Este es el video:
En el momento en el que el policía le explicó que se trataba del acto administrativo de su extradición, Otoniel solo preguntó: “¿De qué?”. Miró a los uniformados de pies a cabeza. Cuando le notificaron que sería enviado a Estados Unidos en los próximos minutos, se negó a firmar el documento.
Otoniel intercambió algunas palabras, mientras movía sus manos en señal de protesta. Un coronel jefe de la Interpol estuvo todo el tiempo frente a la seguridad del capo.
SEMANA reveló en su edición de portada este 7 de mayo el sofisticado plan de Otoniel para evitar llegar a ese momento. Hay documentos reservados que prueban que las autoridades colombianas no solamente grababan las 24 horas del día los movimientos del exjefe del Clan del Golfo en su celda (salvo las visitas conyugales) y lo escuchaban de manera legal, sino que descubrieron que tenía dos objetivos en marcha: boicotear su extradición y, el segundo, fugarse.
Cumpliendo todos los trámites legales, el capo fue enviado esa misma tarde del 4 de mayo a Estados Unidos. Encadenado de pies y manos, vistiendo el overol gris, las cámaras lo captaron lanzando madrazos, con los ojos llenos de lágrimas, respirando profundo, inquieto, y luego con su habitual sonrisa desafiante, la misma que mostró el día en que lo capturaron.
Ese gesto le cambió apenas pisó territorio estadounidense. Las primeras fotos lo dejaron ver con el ceño fruncido.
En ese país lo espera una pequeña celda en la ADX Florence, considerada la cárcel más segura de Estados Unidos y el mundo.
Allí, en medio del desierto, en Colorado, también están detenidos algunos exintegrantes de Al Qaeda, condenados por ser los responsables de los atentados terroristas del 11 de septiembre; igualmente, el Chapo Guzmán, Simón Trinidad, peligrosos asesinos en serie y otros de los peores criminales de la humanidad.
La periodista María Isabel Rueda contó las condiciones que esperan a alias Otoniel en su cárcel de Estados Unidos, donde podrá llegar a pagar larguísimos años del más estricto de los confinamientos.
¿Cómo vivirá Otoniel? En una de las 490 celdas de esa cárcel en un aislamiento total, que con frecuencia es criticado como cruel por organizaciones de derechos humanos. La celda tiene 2,1 por 3,6 metros de altura. Tiene una pequeña ventana de 107 centímetros de alto y 10 centímetros de ancho, o sea, una ventanita.
Estará bajo confinamiento total 23 horas al día y en la única hora en la que le permitirán hacer algo de ejercicio lo sacarán a una celda de metal rodeada de paredes de seis metros, que solo le permitirán mirar para arriba, para las nubes o para el cielo. Cualquier traslado a una diligencia cualquiera, cosa interna en la cárcel, del hombre que en Colombia se quejaba de tener muy apretadas las esposas, será con grilletes en los pies, esposas en las manos y una cadena en el estómago.
Su celda será totalmente insonora, para que ni se oiga su grito o los gritos de los demás; tendrá una pequeña televisión, pero vivirá rodeado de cámaras de seguridad que vigilarán hasta su sueño, en el que no se podrá, Otoniel, dar el lujo siquiera de pensar con escapar, como probablemente hacía hasta última hora en Colombia.
El mismo presidente Duque hizo hincapié en esas duras condiciones. “Otoniel tendrá un calabozo bien reducido para que se escuche los madrazos (...). Él podrá echar los madrazos que quiera. Ahora sí que va a tener espacio en un calabozo de espacio reducido, sin ningún tipo de lujo o confort, y sin ninguna capacidad de manipulación y de articular algún complot”, aseguró el mandatario.
En la Corte de Nueva York, Otoniel se declaró inocente de los cargos por narcotráfico esta semana. “La verdad es que es el colmo del descaro. Estamos hablando del narcotraficante más peligroso del mundo, pero le vendrá una sanción severa en ese país, no tengo duda de eso. Y también no tengo duda de que, una vez cumpla esa condena, tendrá en nuestro país también una sanción severa, proporcional a los crímenes que cometió”, aseveró Duque.