Desde hace unos cinco años, los organismos de inteligencia del Estado tienen claridad sobre el frente Carolina Ramírez, del Estado Mayor Central, de las disidencias de las Farc.
Desde 2018, las autoridades detectaron la presencia de este grupo criminal en Caquetá, Putumayo y en el Piamonte caucano. “Los primeros comandantes no eran del área y eran enviados por alias Iván Mordisco”, dice un informe de la Fiscalía, conocido en exclusiva por SEMANA.
La actividad económica principal del frente Carolina Ramírez es el tráfico de estupefacientes, un negocio que se disputan con otras organizaciones criminales. “Utiliza los homicidios selectivos para el control social o para atacar a sus enemigos”, dice el documento.
El frente Carolina Ramírez era conocido como Armando Ríos antes del proceso de paz con las Farc, “y denominado Frente madre por su capacidad económica y militar, por su control en las rutas del narcotráfico ubicadas en los departamentos de Guaviare, Guainía y Vaupés vi, perteneciente al Bloque Oriental de esta guerrilla”, señala el informe de la Fiscalía.
“Se declaró en disidencia en junio de 2016 al mando de Mordisco. Ello conllevó al secretariado de las Farc-EP, concentrado, en Cuba a designar a Miguel Botache Santilla, alias Gentil Duarte, como comandante de este frente y así alinear al frente a las políticas del secretariado a alias Iván Mordisco”, resaltan los investigadores.
Una característica clave es que “esta disidencia se identifica como la guerrilla de las Farc en cada una de sus reuniones”.
“El nombre del Frente Carolina Ramírez, se denomina así porque fue la primera guerrillera en caer en las operaciones del ejército contra las disidencias. Este frente depende de las directrices que den el mando en el Guaviare, por alias Mordisco”, señala el informe de inteligencia.
Lo que se ha detectado, además, es que tienen una política de entrenamiento similar a la que usaban las Farc. “Incluye las siguientes actividades: levantarse temprano, hacer gimnasia, trotar, armar, desarmar un fusil, disparar, tácticas de emboscadas, adiestramiento en combate, gimnasia con armas y sin armas”.
Desde hace unos dos años, se tiene claridad que el frente Carolina Ramírez realiza reclutamiento forzado entre la población indígena.
“Este es el caso del pueblo Siona del resguardo Buenavista ubicado en la vereda Puerto Bello, donde este frente viene utilizando cuentas de Facebook, en las que muestran imágenes alusivas al grupo armado organizado residual y jóvenes dentro de sus filas, prometiendo ingresos rápidos a sus nuevos integrantes”, revela el informe.
El reclutamiento se incrementó durante la pandemia del covid-19. “En las zonas donde el GAOr 1 tiene injerencia, viene realizando reclutamientos de los jóvenes del centro poblado Galilea en el municipio de Puerto Guzmán”, señala el documento.
El frente Carolina Ramírez tiene alcance político. “Cuenta con varias directrices que hacen parte de su política actual, que demuestran el control territorial sobre las zonas de influencia y sus intereses en la toma del poder y la victoria de masas. Esta premisa sobre la toma del poder desde la política de masas y la acción de masas se puede rastrear desde los inicios de las Farc en la Segunda Conferencia, donde los pequeños grupos agrarios se organizaron en estructuras que fueron uniéndose a la estructura armada para hacerle frente al poder de la oligarquía”, advierte el documento de la Fiscalía.
Además, ha impuesto un régimen del terror para controlar las actividades de diferentes negocios. “Ha establecido una serie de normas sobre la venta de licor y el funcionamiento de establecimientos dedicados al esparcimiento como cantinas, fondas y bares, prohibiendo y restringiendo su apertura desde el viernes al mediodía hasta el domingo a las 2:00 p. m. Es prohibido para los dueños de estos establecimientos vender licores a los miembros de las disidencias y menores de edad. Los expendedores de sustancias alucinógenas, ladrones y viciosos son considerados un peligro para la sociedad y deben ser controlados por sus familiares, si esto no funciona, serán juzgados por la justicia revolucionaria, que se traduce en homicidios selectivos”.
El terror de Danilo
El comandante directo del frente Carolina Ramírez es Yeison Alexis Ojeda Gilón, alias Danilo Alvizú. Tiene unos 30 años, nació en Pitalito (Huila) y, según la descripción de la Fiscalía, “tiene habilidades políticas y por tal razón participa constantemente en las reuniones con la población”.
“Viene practicando el reclutamiento de menores desde el año 2016 cuando era cabecilla de la comisión móvil Alexis Sucre y segundo comandante de la compañía Gildardo Flórez, bajo su mano se reclutaron a varios menores de edad. Es conocido también por su manejo en explosivos e instalación de minas antipersonales”, señala el documento.
Sobre la vinculación de este frente con el negocio del narcotráfico, no hay ninguna duda: “Queda claro que sirve de intermediario con los mafiosos o compradores de droga, al menos, eso es lo que se conoce a nivel comandantes medios, que han sido los único que hasta el momento han descrito como es la participación de las disidencias en la cadena del narcotráfico”.